Organización Nelson Garrido
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La Organización Nelson Garrido (ONG), ubicada en Caracas (Venezuela) es más que un colectivo, es un espacio contracultural donde diversos tipos de arte conviven diariamente. En esta charla hablamos con Gala Garrido, la actual gestora del espacio, acerca de la historia de la organización, de las temáticas que trabajan (siempre conectadas a la política y a lo social), del acercamiento del vídeo a la fotografía y de sus expectativas de conocer Brasil y participar del E.CO en Santos.
¿Puedes hablarnos un poco de la historia de la organización?
Para empezar, no somos un colectivo de fotografía como tal sino que somos un espacio contracultural que esta aquí en Caracas. Nunca nos imaginamos que ese espacio iba a ser lo que terminó siendo, principalmente por parte de mi papá que es Nelson Garrido.
La historia de la organización tiene mucho que ver con el hecho de que mi papá siempre adoptaba a una serie de asistentes a los que iba formando en su escuela de fotografía. En ese momento acá en Venezuela no había escuelas formales de fotografía, y cuando conseguimos este espacio, que es la casa de mi bisabuela, la idea era tener un estudio más grande para que mi papá pudiera hacer sus trabajos de fotografía, y sin querer eso coincidió con la crisis que hubo aquí por los paros petroleros en 2002. Así que a partir de ese momento, de manera muy orgánica, empezaron a surgir propuestas de los mismos alumnos o asistentes de mi papá. Empezamos proyectando una película, después invitamos a otra gente y así poco a poco nos dimos cuenta que teníamos un espacio alternativo que hacía diversas actividades artísticas.
Hoy somos un espacio autogestionado sostenido por una escuela de fotografía. La escuela fue desde el inicio el hilo conductor que poco a poco fue mutando hasta abarcar una gran cantidad de áreas, pero nuestra columna vertebral es la fotografía. Siempre decimos que la fotografía es una excusa para hablar de la vida, sobre la libertad y otras maneras de vivir.
Actualmente además de la fotografía, tenemos un espacio de serigrafía, hay un curso de danza, hay grupos de teatro, también el periódico “El Libertario” funciona en este espacio, tenemos grupos de resistencia indígena que hacen sus reuniones políticas aquí, etc. Entonces digamos que el espacio es un contenedor de varios colectivos o minorías que van haciendo su vida aquí. Ya tenemos doce años y en ese tiempo la ONG ha ido cambiando según la gente que la habita.
Finalmente yo (Gala Garrido, hija de Nelson Garrido) dirijo el espacio desde hace siete años y estoy encargada de todo el funcionamiento. Al principio estaba a la par con mi papá pero ahora me estoy encargando sola pues él está mucho tiempo en el exterior.
¿Existe, además de ti, un grupo principal de personas que trabajan en el espacio?
Naturalmente las personas formadas aquí van quedándose en el espacio. Además tenemos una cantidad de gente trabajando juntas en proyectos específicos, por ejemplo Deborah Castillo, que es una fotógrafa que fue formada aquí, Violette Bule, también otra fotógrafa, Juan Toro que está trabajando sobre la temática de la violencia, María Antonia Rodríguez, Martín Castillo, etc., también tenemos un estudio de audio entonces hay gente de la música, ¡son muchísimos artistas! Además ahorita hay un grupo fijo que trabaja conmigo de manera cotidiana haciendo que el espacio funcione, ellos son Dalia Petrillo, Daniel Mijares, Frinee Saldivia, Tomyslav Lucic y Roberto Bressanutti.
A parte de eso nosotros funcionamos un poco como una familia o sea, la gente que ha sido formado aquí o la gente que se acerca al espacio, pasa unos años aquí y hace su proceso creativo, o vienen y muestran lo que están haciendo, todos opinamos. Así funcionamos, como que retroalimentándonos todo el tiempo.
¿Los artistas del espacio trabajan las mismas temáticas o hay algunas temáticas que son más desarrolladas que otras en los proyectos?
Creo que lo que tenemos en común entre todos los que hacemos vida aquí es el trabajo que reflexiona sobre la violencia y la impunidad. También el tema social y de la situación del país es una cosa que todos tocamos. Creo que hay una preocupación que compartimos con respecto a ese tema y eso tiene que ver también con el contexto del espacio, que aún es un espacio de resistencia aunque mucha gente esté dejando el país porque la violencia esta fuera de control por completo.
Además las instancias que deberían estar dando apoyo a esta área en el país están totalmente adormecidas y lo poco que hay tiene que ver con el discurso político del régimen, entonces la gente que es disidente o que tiene otros puntos de vista queda de alguna manera totalmente fuera del juego. Y ahí es cuando la ONG tiene un papel: el de darle espacio a todos esos discursos de las minorías de resistencia o de disidencia del país. A parte en la ONG respetamos las posiciones políticas diversas que existen y a través de la imagen y de las otras áreas discutimos y reflexionamos ese contexto.
A pesar de que empezamos en la fotografía nos fuimos cercando de gente de distintas áreas, y creo que lo que nos une es el discurso de la disidencia. Al principio éramos apenas fotógrafos pero ahora puedo decir que nos sentamos a discutir y a reflexionar los trabajos de los otros. Hay ilustradores, gente de danza, de performance, video, etc., y esa diversidad le da vigencia al proyecto y hace que sea muy rico por el tema del intercambio constante. Así que entre nosotros también ayudamos mucho a desarrollar los trabajos de otros. Aunque somos un grupo, respetamos muchísimo las individualidades y los lenguajes de cada uno, pero no podemos negar que hay un hilo conductor a nivel de discurso y a nivel de lenguaje que sí nos une como organización.
En este contexto que está viviendo el país, ¿se puede notar el desarrollo de otros espacios culturales o de fotografía en Venezuela?
En el país realmente faltan muchos espacios, pero sí existen algunos. Digamos que las iniciativas privadas han ido tomando el rol que deberían estar teniendo los museos o las instancias culturales del Estado. Estas instituciones tienen códigos y otras maneras de trabajar, que también son necesarias, pero no alcanzan a cubrir todas las demandas. Por ejemplo, en el ámbito del arte aquí en Venezuela, las galerías ahorita han tomado un duplo papel: de alguna manera son un espacio museográfico pero que tienen la necesidad de vender, entonces en esos espacios solo entran ciertos tipos de discursos que son rentables de alguna manera.
Proyectos como el nuestro hay muy pocos, porque no somos galería. Aunque tenemos espacios expositivos todavía no vendemos, entonces no estamos con esa preocupación de hacer rentable el negocio. También podemos ser un espacio de experimentación, donde los artistas pueden desarrollar una idea que no necesariamente tiene que tener salida para vender, pues el espacio se gestiona a través de la escuela, que es la que hace que todo lo demás del proyecto sea posible.
¿Identifican que está creciendo entre los alumnos de la escuela esa voluntad de crear colectivamente, o ellos aún piensan en la creación artística como una actividad individualista?
Aquí hacen vida muchos colectivos, y la ONG como tal también funciona como colectivo a nivel cotidiano porque tenemos un equipo de trabajo que hace todo lo posible para que así sea. Pero tenemos estudiantes que son desde personas que desarrollan un trabajo personal por su cuenta hasta personas que trabajan juntas en una serie de iniciativas que nacen de la escuela. Sí hay colectivos, pero no sé si los llamo colectivos. Porque en verdad lo que generan en grupo son proyectos muy específicos, pues ellos en paralelo siguen manteniendo su trabajo personal.
Específicamente la manera en que funcionamos nosotros es a través de un sistema que se llama “curadoría abierta”, que de hecho fue así como elegimos lo que mandamos ahorita para E.CO. Los que hacemos parte de la ONG nos sentamos en una mesa, mostramos todos los trabajos y seleccionamos, según lo que nos está planteando la persona o el festival, que trabajos van a ir, cómo se comunica el trabajo de uno con el otro, y a través de discusiones entre todos decidimos que va a la exposición.
Otro tema que está muy presente actualmente en las artes visuales es la utilización del video por los fotógrafos, ¿en el espacio de la ONG se ve ese acercamiento de la fotografía a otros medios?
Yo en mi trabajo personal utilizo solo fotografía, pero sí, veo que hay una tendencia no solo aquí, sino a nivel mundial. De hecho estaba discutiendo eso con unos amigos, que ya muchos fotógrafos están utilizando también el video como parte de su trabajo o ya experimentan pequeñas acciones de frente a la cámara.
De los artistas que trabajan aquí, Max Provenzano, que va a ir conmigo a E.CO, registra las performances que hace tanto en video como en fotografía y cuando tiene una muestra envía una cosa u otra, o sea, o el video o el registro fotográfico; José Joaquin Fiegueroa en sus últimas series ha incluido video también y hace performance frente a la cámara; la misma Deborah Castillo también está utilizando muchísimo el video ahorita dentro de su trabajo.
Hay algunos que nos mantenemos nada más que con la fotografía, por ejemplo Juan Toro, Violette Bule, mi papá Nelson y yo. Creo que los medios digitales están dando esa facilidad de “coquetear” con el video, ya que las mismas cámaras fotográficas te lo permiten y por eso hay una tendencia a nivel mundial por parte de los fotógrafos a utilizar video, pero no sé realmente por qué está pasando eso.
¿Ya conoces Brasil? ¿Qué expectativas tienen al venir para el E.CO en Santos?
Nunca he estado en Brasil, pero sí tuve la oportunidad de compartir con un artista brasileño que conocí en México. Se llama Paulo Nazaret y hace performance e instalaciones. Hace ya un tiempo debí haber ido a Brasil para un encuentro de espacios alternativos pero finalmente no se realizó, así que estoy feliz que esta vez finalmente vamos a poder conocer Brasil. También me ilusiono porque siento que ahorita en Brasil, culturalmente están pasando un montón de cosas y me encantaría poder verlo en persona.
En Santos vamos a representar a la ONG Max Provenzano (el performancista que ya te comenté) y yo. Me encantaría desarrollar algo allá pero tengo que ver como es el plan de trabajo, que según Claudi va a ser intenso. Además me encantaría tener tiempo para poder hacer algo de mi trabajo personal, o para poder intercambiar con otros artistas y generar otras piezas en conjunto, pero vamos a ver como es el plan de trabajo.
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Sítio del colectivo: http://www.organizacionnelsongarrido.com/
Originally published at ecosantos.art.br.