Estonia y su política frente a la crisis, ¿Una lección para Costa Rica?

Gloriana Naranjo Porras
Economía Internacional
5 min readJun 6, 2019

Estonia se venía desarrollando de gran manera luego de establecer una economía de mercado (posterior a pertenecer a la Unión Soviética), sus políticas eran cuidadosas con respecto al manejo del crecimiento de créditos, sin embargo era difícil de identificar alguna irregularidad cuando se encontraban en medio de una transformación.

Las políticas utilizadas por Estonia antes de la crisis eran poco usuales para hacerle frente a los procesos cíclicos, por ejemplo; sus políticas de tipo de cambio fijo y sus políticas de austeridad en el gasto público lo hacían diferenciarse del resto de los países europeos. Sin embargo, estas medidas podían cambiar una vez que Estonia ingresara a la Unión Europea y pasara a utilizar el mecanismo de tipo de cambio europeo (ERM por sus iniciales en inglés) dictado por el Banco Central Europeo (BCE), el que también podía influir sobre sus decisiones fiscales.

Para el 2008, al explotar la crisis financiera, los flujos de capitales se detuvieron casi por completo, causando grandes daños en la economía de Estonia, sobre todo en la producción, construcción y manufactura, que se vio reflejado en un aumento en el desempleo que llego a ser de 13.5 % en el 2009, comparado con 4.6% en el año anterior a la crisis.

Ante esta situación, Estonia podía utilizar los métodos “tradicionales” que implementaban los demás países de la UE, que consistían en políticas fiscales expansivas y disminución en la recolección de impuestos. Esto habría permitido que la demanda se estabilizara e impedido que los precios cayeran, según los criterios del BCE, sin embargo Estonia decidió por su cuenta.

El gobierno de Estonia determinó abordar la crisis mediante políticas de austeridad para controlar la inflación, devaluación interna y unir fuerzas para integrar los mercados entre los países de la UE. Estas medidas de haberse implementado en otros países bálticos, hubieran sido causantes de disturbios y descontentos entre los ciudadanos pero para los estonios no era algo nuevo, estaban tan a gusto que el gobierno fue reelecto en el 2011.

El aumento del impuesto sobre la renta fue otra de las medidas que se tomaron para estabilizar y elevar los ingresos del estado, también incrementaron dos puntos porcentuales el impuesto al valor agregado, pasándolo de 18% a 20%. (Staehr, 2013)

Se utilizaron las reservas que se tenían antes de la crisis y se realizaron los esfuerzos necesarios para atraer los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos, los cuales buscan respaldar el desarrollo económico de los países de la UE. (European Commission, 2007–2013)

El tema de seguridad social tampoco se quedó sin reformar, las contribuciones al seguro social se incrementaron, mientras que se le puso un alto al crecimiento de las pensiones.

Todas las medidas anteriormente mencionadas, fueron formas de incrementar los ingresos del estado, mientras que por otra parte también se hacían recortes en los gastos públicos, disminuyendo el empleo público y sus respectivos salarios. Asimismo se redujeron los programas sociales y se establecieron restricciones a los beneficios de atención médica. (Mezo y Bagi, 2012)

Las municipalidades de igual forma se comprometieron a hacer recortes en sus presupuestos, dando como resultado un sector público con un déficit de 2% en el 2009, el cual seguía cumpliendo con los criterios establecidos por Maastrich, en donde aparte de tener que mantenerse dentro de las metas de déficit, se tiene que cumplir con los límites de inflación, deuda nacional, tasas de interés y tipos de cambio, todo esto con el fin de mantener el euro como su moneda nacional. (Maastricht Criteria, 2012)

A pesar de su principio de austeridad, Estonia invirtió en innovación apoyando a las empresas que necesitaban apoyo financiero para impulsar sus ideas, además se invirtió en infraestructura vial, aeropuertos y en telecomunicaciones, específicamente en el internet, principal herramienta para la innovación que se estaba buscando.

Estonia y su sistema tributario

En 1994, Estonia fue el primer país de Europa en introducir el impuesto único o “Flat Tax”, que reemplazó tres tipos de impuestos: sobre el ingreso personal, sobre la propiedad privada y otro sobre los beneficios corporativos con una tasa uniforme del 26%.

Actualmente, Estonia se encuentra en la posición número uno del ranking que realiza la fundación Tax Fundation, por tener el sistema tributario más competitivo de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. (Tax Foundation, 2014)

No solo se le reconoce por ser un sistema de impuesto único, también se le alaba por ser alentador para el ahorro y la inversión, como lo es en el caso de los impuestos sobre los beneficios corporativos, donde solo se grava si las ganancias son distribuidas entre los accionistas a una tasa del 20%, pero si estas ganancias en vez de ser distribuidas son reinvertidas, automáticamente son exentas de gravámenes.

La economía de Estonia es un caso fascinante de estudiar, muchas organizaciones internacionales y diferentes países le han prestado atención a sus políticas, tanto así que hasta se ha llegado a considerar un fenómeno económico.

Hay muchos aspectos que se pueden analizar acerca de este país en temas económicos, sin embargo de este artículo se pueden realizar tres importantes conclusiones por las cuales Estonia ha estado en el ojo de muchos académicos alrededor del mundo.

Inicialmente, Estonia ha llamado la atención por su transición de una economía de planificación centralizada como la soviética, a una economía de libre mercado. En la década de los 90s, se creía que una transición como esta sería un proceso muy largo y de enormes costos. Sin embargo, Estonia demostró que se puede hacer en un tiempo de corto- mediano plazo y sin grandes traumas “sociales”.

Segundo, las políticas implementadas por Estonia desafiaron la ortodoxia y demostraron que se puede lograr salir de una gran recesión haciendo lo contrario a lo que prescribe el manual económico del “mainstream” keynesiano, el cual establece que la forma de hacerle frente a una recesión económica, es mediante el aumento del gasto público para así reactivar nuevamente la economía.

Por último, las reformas fiscales que se implementaron tanto durante como posteriores a la crisis, dan grandes lesiones para muchos países que actualmente están enfrentan fuertes déficits fiscales, como es el caso de Costa Rica. Importante señalar, que Estonia demuestra cómo funciona y los beneficios que conlleva para la economía la implementación de un impuesto único o como comúnmente se le conoce, un “flat tax”.

Si bien, cada país tiene un pasado y contextos diferentes, Estonia da una cantidad de lecciones que se poden emular; sobre todo en aquellos países donde se estén presentando cambios estructurales, es cuestión de tomar lo que se ajuste a las necesidades de cada economía en específico.

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