Autoestima ¡siempre arriba!

Muchas veces vivimos períodos en los que no ocurren cosas positivas, o al menos así lo pensamos. Creemos que todo nos sale mal y no somos lo suficiente buenos, inteligentes o agradables para los demás. A eso le llamamos baja autoestima.

Existen varias definiciones sobre esa palabra, y mucho se dice sobre los daños psicológicos y hasta físicos que puede causar. En mi opinión, es una insatisfacción sobre nosotros mismos que se vuelve adictiva, pues mientras más nos dejamos llevar por ella, mayor se vuelve el círculo vicioso que impide ver la realidad y vivir una vida plena sin complejos de ninguna índole.

Generalmente, la autoestima comienza a ser descubierta a partir de la pubertad y regula la forma de ver la vida y de sentirnos, porque en dependencia de cómo nos autovaloramos podremos actuar. A una persona con baja autoestima le cuesta hacer amistades con facilidad e integrarse socialmente; tiende a caer en estados depresivos de los cuales es muy difícil salir.

Los jóvenes que padecen este mal suelen perderse grandes momentos deseando ser de otro modo, soñando con una vida distinta o un cuerpo diferente en lugar de apreciarse, aceptarse y comprender que no existen personas perfectas, ni siquiera las más bellas exteriormente, pues todos tenemos algo que nos desagrada. Lo importante es definir quiénes somos y qué queremos llegar a ser.

Tener una imagen, una actitud positiva sobre nosotros mismos y averiguar qué nos hace felices pueden ser formas que ayuden a elevar la autoestima y el control individual. ¿Lo principal? Querernos, saber que no hay personas iguales y no por eso se es menos; entender que cada cual es especial a su manera y que todos tenemos nuestros encantos, aunque no seamos capaces de verlos.

No importa ser altos o bajos, más o menos delgados, rubios o trigueños: el secreto radica en creer que somos tan suficientes y capaces como los demás, pues solo así los otros nos verán de esa manera. Comunicar seguridad y confianza sin importar lo que otros piensen te ayudará a sentirte fenomenal y grande.