Por Rab. Sergio Bergman
Celebramos el Día de los Humedales retomando fundamentalmente una agenda legislativa. Hay una ley de humedales que fue sancionada en el Senado pero que no pudo prosperar en la Cámara de Diputados. Esto nos pone a ahora en una posición proactiva de retomarla, a través del grupo de diputados que van a liderar la agenda ambiental en el Congreso.
La Ley es importante porque lo que permite es que haya una visión de política nacional respecto a preservar y cuidar este aspecto de nuestro territorio nacional, que es el 23 % y tiene las posibilidades de ser una reserva de agua, en términos de la contención del crecimiento de los ríos y de las cauces hídricas; generando ecosistemas sustentables en sí mismos. Al mismo tiempo, impulsar la posibilidad de que las comunidades que están en estos humedales puedan desarrollar actividades productivas y sociales, fundamentalmente la identidad del turismo, que le va a sumar valor a estas dimensiones.
Muchas veces la sociedad no tiene plena conciencia de cuáles son los humedales. Sin embargo, los visitamos y transitamos, sin registrar que son, por ejemplo, la Costanera Sur, el Río de la Plata o el Delta del Paraná, que también marca la distancia entre aquello que se confunde con una zona anegada y aquello que tiene potencia de desarrollo.
Ahora bien, este recurso a veces está asociado a la pobreza, porque en general se relaciona con el desborde de los ríos. Por eso hay que plantearlo como desarrollo de un ecosistema que no ponga en riesgo la vida y la calidad de vida de la gente, que muchas veces se instala en la línea de agua y después, cuando viene la inundación, esto — que sería como un amortiguador del caudal hídrico — se transforma en un riesgo para las personas. Acá debe haber una política de infraestructura que haga el trabajo que tiene que hacer para que la gente no quede sometida a estos vaivenes climáticos.
Por otra parte, es indispensable mencionar la importancia de los ciudadanos y muchísimas ONG que se involucran. Valorar la participación de los ciudadanos que, mucho antes de que haya un Ministerio, defendieron estas agendas y estos espacios; y también es una muy buena oportunidad para reconocer esa participación cívica que nos hace, ahora, desde el Estado, responder con mayor grado de envergadura, dado que esto tiene que ver con una política nacional.
Por otra parte, es indispensable mencionar la importancia de los ciudadanos y muchísimas ONG que se involucran. Valorar la participación de los ciudadanos que, mucho antes de que haya un Ministerio, defendieron estas agendas y estos espacios; y también es una muy buena oportunidad para reconocer esa participación cívica que nos hace, ahora, desde el Estado, responder con mayor grado de envergadura, dado que esto tiene que ver con una política nacional.
