UN AÑO NUEVO

La Navidad dio a luz a nuestro rabino común, el que compartimos en enseñanzas de cómo es posible encarnar lo divino en lo humano que revela el amor al prójimo.

Amor en fraternidad que hace posible la libertad en la ley que fue en su magisterio la Torá, no vino a abolir sino a llenarla de espíritu para reparar su sociedad en la equidad que reclamaba con justicia social por los excluidos frente a la corrupción de su tiempo.

No es casual que iniciemos la cuenta de nuestros años seculares el día de su circuncisión, señal de un pacto que está aún vigente para una humanidad que todavía tiene que devenir más humana. Al iniciar un nuevo año evocando los suyos hoy asumimos los mismos desafíos que entonces: amar al prójimo como un hermano, ser libres en la ley y justos en equidad.

Que el nuevo año 2019 nos convoque a renovar este pacto con estos valores eternos como alianza sin hacer diferencias, ya sea en la fe judeocristiana de lo mesiánico compartido como visión o en los valores seculares universales de todos los hombres y mujeres de buena voluntad que, como seres espirituales que somos por lo divino que vive en lo humano, podamos contribuir desde nosotros, y con los otros, para ser instrumentos de nuestro bienestar y del bien común.

Así ya nos habremos comprometido en el pacto de, no solo desear un feliz año como lo haremos hoy, sino en hacerlo juntos como hermanos para que el 2019 sea tan nuevo como bueno.

¡Feliz año que iniciamos!

¡En amistad y bendición!