5 formas de ayudar a tu pastor a cuidarte

Cómo ser una oveja

Eduardo Escobar
Eduardo Escobar
4 min readApr 9, 2018

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Comúnmente pensamos que la relación pastor-oveja dentro de la iglesia es unilateral. Es decir, se trata de lo que el anciano puede hacer por el creyente. Esto es un error.

En la Biblia vemos que los cristianos están llamados a ser parte activa de esta relación (Hebreos 13:17). Ser oveja no consiste en simplemente esperar que el pastor cumpla con mis expectativas sobre mi cuidado.

Aquí te comparto 5 formas en las que puedes ayudar a tu pastor a cuidarte:

1. Mantén comunicación

Alguna vez escuché que un pastor puede atender a un grupo de 20 personas de una manera cercana. Si tú iglesia tiene más de esa cantidad, la labor de tu pastor se hará cada vez más compleja.

Puede ser que en medio de las ocupaciones dominicales, él no note tu inasistencia, el dolor que puedes reflejar en tu mirada, o simplemente que necesitabas que orara de manera personal por ti.

Por esto, una forma de ayudarle a cuidar de tu vida es comunicándote con él. Si tienes alguna necesidad, crisis o simplemente tienes un compromiso que te impedirá asistir a la reunión dominical, dilo. Inclusive no necesitar algo negativo, también comunícale tus motivos de gratitud.

Dios conoce tu corazón, pero tu pastor necesita escuchar tus palabras. Hacer esto le ayudará a cuidar de ti.

2. Exprésale tus expectativas

Las expectativas son el origen de mucha frustración en la relación pastor-oveja. Si les preguntamos a varios cristianos de la misma iglesia ¿qué esperas de tu pastor? Obtendremos todo tipo de respuestas: desde los que piden visita, hasta quienes requieren consejería o los que buscan formación teológica.

Tu pastor no se guía principalmente por lo que una oveja busca, pero conocer tus expectativas le ayudará a servirte mejor.

Pídele con amor aquello que desees y, como un buen pastor, aunque no te de lo que quieres, buscará servirte en lo que necesitas.

El pastor de tu iglesia no trabaja para cumplir tus expectativas, sino las de Cristo, pero que tú le pidas le ayudará a cuidarte mejor.

3. Adopta su pastoral

Todos los pastores tienen una visión sobre como cuidar a la iglesia que Dios les ha encargado. Tal vez no es lo que tú quisieras. Pero si estás en esa iglesia le ayudará que adoptes su perspectiva del ministerio.

Aunque tu pastor debe abarcar todas las áreas ministeriales, cada uno tiene dones y talentos distintos. Hay quienes son más maestros, otros consejeros, y algunos visitadores. Adopta su pastoral.

Si tu pastor es maestro, sé alumno. O si se desarrolla bien en el área de la consejería bíblica, búscalo de esta manera. Tal vez él pastoree a través de la visitación, entonces recíbelo en tu casa.

Si tú adoptas su visión del cuidado pastoral, disfrutarás de su servicio en el área que Dios le ha dado más fuerte.

4. Cuida de su vida personal

Los pastores también son ovejas. La cabeza de la Iglesia es Cristo, no tu pastor. Él se cansa, agota, enoja, entristece, preocupa y descuida.

Aparte de orar por él, pregúntale cómo está, en qué puedes ayudarle, cómo puedes apoyar a su familia, qué necesidad está pasando.

Aunque tú pastor te amará aún cuando no le cuides, le harás la labor más fácil cuando tú también cuidas de él.

5. Expresa tus desacuerdos en amor

Estar en desacuerdo con tu pastor está bien. Si tienen el propósito de glorificar a Dios, las diferencias que puedas tener con él sobre la vida de la iglesia serán entre que es lo bueno y lo mejor.

El problema viene cuando estas diferencias no se hablan de frente, sino en chisme. Si tienes una preocupación por la vida de la iglesia exprésala personalmente. Aún cuando no vean la solución de la misma manera, lo más probable es que concuerden en el problema y te agradezca tu amor por el cuerpo de Cristo.

Aunque a veces es difícil escuchar una crítica, tu pastor siempre preferirá que le hables de frente y con amor a que lo critiques a sus espaldas. Esto le ayudará a cuidarte mejor.

Soy pastor

Por la gracia de Dios, soy pastor de una iglesia cristiana. He estado en el ministerio por ocho años. Y durante este tiempo Dios me ha permitido amar y ser amado por ovejas. Muchas de ellas han hecho estas cinco recomendaciones conmigo y me han ayudado a cuidarlos mejor.

Hay mil cosas más que puedes hacer para ayudar a tu pastor a cuidar de ti. Pero estas son cinco con las que puedes empezar.

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