Cómo orar para evangelizar

Evangelismo

Eduardo Escobar
Eduardo Escobar
5 min readJun 13, 2018

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Compartir las buenas noticias del Evangelio es parte de la vida cotidiana del cristiano y la iglesia. Sin embargo, el hecho de que sea habitual no significa que podamos realizarlo en nuestra propia capacidad. De hecho, no podemos hacerlo por nosotros mismos. Por lo tanto, parte de nuestra oración diaria debe ser por nuestra labor constante de evangelización.

Aquí te comparto seis motivos por los cuales orar para evangelizar .

Orar por nuestra relación con Dios

―Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será este el Cristo?

Juan 4:29

Aunque es posible hablar de aquello que no somos, esto no es lo mejor. El evangelismo nace del flujo, de verdad y gracia, que viene de Dios hacia nosotros y rebalsa hacia aquellos que nos rodean. Compartir nuestra fe es consecuencia de ésta en tu vida.

Cuando el Evangelio impacta nuestras vidas, somos transformados, hay constante arrepentimiento y confianza hacia Dios, el evangelismo deja de ser una obligación externa para convertirse en un anhelo interno. Tú relación con Dios define cómo evangelizas.

No evangelizar es una gran señal de alerta sobre nuestra lo crítico de nuestra condición espiritual. ¿Cómo puedes avergonzarte y ocultar de aquello que amas y adoras?

En primer lugar, debes orar por tu relación con Dios. Este es el fundamento de todo lo demás.

Orar por nuestro amor por los demás

Hermanos, el deseo de mi corazón, y mi oración a Dios por los israelitas, es que lleguen a ser salvos.

Romanos 10:1

Amar a Dios y amar al prójimo no es lo mismo. El primero produce el segundo. Si amo a Dios por consecuencia lo haré con el segundo. Si es así, deseo el bien mayor de aquellos que me rodean. No hay mayor bien que Cristo.

Nuestro amor por las personas es un fuego que inicia en la cruz. Jesús murió por pecadores como yo. Aún cuando yo no lo merecía, Él me amó. Aunque otros no lo premien, Él los ha amado. ¿Por qué entonces yo no haría lo mismo?

Este afecto hacia los que me rodean debe ser alimentado por la palabra, que me indica cómo hacerlo, y la oración, que me entona para realizarlo. Dentro de nuestra oración diaria debemos pedir que Dios mueva nuestra devoción por los demás, incluyendo al no creyente.

En segundo lugar, debes orar por que Dios enardezca tu amor por aquellos no creyentes que te rodean.

Orar por fe en el poder de Dios

―Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente – , pero no para Dios; de hecho, para Dios todo es posible.

Marcos 10:27

El nuevo nacimiento es un milagro asombroso. Implica un paso de muerte espiritual a vida, de amor al pecado a aberración hacia éste, de odio a Dios a adoración a Él. Esta es una obra más allá de toda capacidad humana. ¡Es imposible para ti!

Pero no es imposible para Dios. Él es experto en salvar pecadores. Lo ha hecho en millones de ocasiones sin un sólo fallo. Cada vez que Él coloca su mirada sobre aquel que quiere rescatar, lo logra. Nunca ha fallado. Nunca lo hará. No hay persona que sea tan terrible que su Evangelio no pueda transformar. ¡Él salvará!

Cuando evangelizamos, es fácil perder esto de nuestra perspectiva. Nuestro corazón pecaminoso olvida que no es nuestra capacidad la que salva, es la de Dios. Por esto, necesitamos orar constantemente para que Dios aumente nuestra confianza en su poder.

En tercer lugar, debes orar pidiendo fe en el poder de Dios para salvar.

Orar por nuestra habilidad

Oren también por mí para que, cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a conocer con valor el misterio del evangelio,

Efesios 6:19

Aunque Dios salva, y lo hace a través de nuestra imperfección, nuestra habilidad tiene un rol, secundario, en la evangelización. Todo creyente debe buscar desarrollar sus habilidades para dar testimonio.

Una habilidad básica para evangelizar es la explicación del Evangelio. Esto no significa que seamos Charles Spurgeon predicando, más bien es que tengamos un manejo claro de las verdades escenciales necesarias para compartir el cristianismo.

Perfeccionar esta destreza implica tomar un taller, leer un libro, conversar, y practicar constantemente. Pero no buscamos una habilidad mecánica, como un método único, sino una capacidad en el Espíritu que nos permita exponer de manera natural la gracia de Jesús.

En cuarto lugar, pedimos por la asistencia del Espíritu para crecer en nuestra habilidad de expresar el Evangelio y razonar en él.

Orar por oportunidades

Después de testificar y proclamar la palabra del Señor, Pedro y Juan se pusieron en camino de vuelta a Jerusalén, y de paso predicaron el evangelio en muchas poblaciones de los samaritanos.

Hechos 8:25

Existen dos extremos erróneos en cuanto a las oportunidades de evangelizar.

Hay quienes son, en extremo, agresivo haciendo que todo tema gire en torno a su fe. Esto puede tener un aire piadoso. Pero es poco sabio. Alguien en este enfoque no confía en los tiempos de Dios para salvar.

El segundo extremo consiste en ser, en extremo, pasivo desaprovechando hasta la oportunidad más manifiesta. Esto puede parecer muy respetuoso. Pero también es poco sabio. Desde esta perspectiva no estamos confiando en el poder de Dios para salvar.

Debemos orar pidiéndole a Dios para que nos permita provocar y aprovechar cada oportunidad evangelística. En ocasiones es sabio provocar la plática. En otras no. Inclusive, algunas veces es sabio callar y sólo escuchar. En otras no.

¿Cómo diferenciar? Pídele a Dios la sabiduría para hacerlo. Muchas veces actuamos de acuerdo a nuestra propia impulsividad o temor, no sobre una base sabia.

En quinto lugar, debes orar pidiendo sabiduría para provocar y aprovechar las oportunidades para dar explicaciones sobre tú fe.

Orar agradecido

Pero precisamente por eso Dios fue misericordioso conmigo, a fin de que en mí, el peor de los pecadores, pudiera Cristo Jesús mostrar su infinita bondad. Así llego a servir de ejemplo para los que, creyendo en él, recibirán la vida eterna.

1 Timoteo 1:16

El evangelismo es un privilegio. Dios no sólo nos permite ser objeto de su gracia, también nos invita a ser espectadores, y participates, de la gran película de salvación que es este universo. Poder ser instrumentos en sus manos es un gran motivo para agradecerle.

Existen ordenes que son un privilegio y un placer. Exponer el cristianismo es una de ellas. En último lugar, debes orar dando gracias a Dios por el gran privilegio de evangelizar.

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