El arrepentimiento

Reflexión sobre el perdón

Eduardo Escobar
Eduardo Escobar

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16 Por eso le mandaron a decir: «Antes de morir tu padre, dejó estas instrucciones: 17 “Díganle a José que perdone, por favor, la terrible maldad que sus hermanos cometieron contra él”. Así que, por favor, perdona la maldad de los siervos del Dios de tu padre». Génesis 50:16–17

Nuestro arrepentimiento es imperfecto. Inclusive cuando reconocemos que hemos hecho mal, pedimos perdón de manera inadecuada. Más que lamentarnos por ofender a la otra persona, nos dolemos de las consecuencias que nuestro mal ha traído sobre nosotros.

La buena noticia es que el perdón de Dios no depende de la perfección de nuestro arrepentimiento. No es nuestra bondad la que mueve a Dios, es lo contrario: su amor es lo que nos mueve a Él.

Cuando los hermanos de José, quienes lo habían vendido como esclavo, querían asegurar su perdón lo hicieron de manera egoísta y engañosa. Su motivación se encontraba en su propia seguridad, y su método fue la mentira. Aún así, recibieron perdón de José, en Cristo, el verdadero José, recibimos aún más y mejor perdón.

Señor, gracias porque aún cuando debo pedir arrepentirme de mi arrepentimiento, tu perdón no se detiene. Amén.

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