La vanidad

Reflexión

Eduardo Escobar
Eduardo Escobar

--

No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Filipenses 2:3 NVI

La realidad es que nos gustamos demasiado. Constantemente pensamos demasiado bien sobre nosotros mismos. Consideramos que nuestra opinión es la mejor. Menospreciamos y despreciamos a los demás y sus ideas. Esto es egoísmo y vanidad.

El problema de la vanidad es que nos volvemos dependientes de nuestros logros y éxitos. Éstos no son malos, pero no tienen el poder para sostener tu vida. No pueden darte sentido, propósito y plenitud por mucho tiempo.

La situación empeora cuando nos damos cuenta que nuestra relación con Dios está marcada por el mismo patrón. Pensamos que no somos tan malos como Él dice, le llamamos mentiroso. Consideramos que no necesitamos tanta gracia como otras personas, despreciando así su amor. Constantemente tenemos la noción que merecemos mejores circunstancias, le reclamamos que se equivoca.

Por su gracia, Dios ha decidido actuar en amor. Él no toma en cuenta nuestra gran vanidad y nos rescata de ella. Él vence nuestro frustante amor por nosotros mismos, y nos permite vivir para algo mayor y mejor: Él. Mi corazón encuentra frustración y desesperanza en la adoración hacia mí, pero en Él encuentro plenitud y vida.

Ahora, puedo comenzar a vivir ya no en orgullo, ni en vanidad, sino en adoración a Él. Mi relación con Él ya no se trata de mí, mis capacidades y éxitos, sino de su grandeza y poder. Mis relaciones humanas ya no son sobre mí, sino sobre la gracia y el amor que Él ha tenido conmigo y los demás.

Padre, que tú seas más grande que yo en mi vida. Que mi alegría se encuentre en tu gloria y no en la mía. Amén.

--

--