No seas otra cara en la multitud. Vía Pixabay.

‘1984’: un decálogo de Estrategias de Manipulación Mediática

Guía práctica para identificar las estrategias de manipulación de la información que utilizan los políticos y los medios.

eduardo j. umaña
EDUARDIARIO
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15 min readJul 28, 2020

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¿Qué tienen en común 1984, la novela clásica de George Orwell, con las Estrategias de Manipulación Mediática propuestas por Sylvian Timsit? Probablemente no mucho a primera vista, pero quiero argumentar que ambos son ‘tratados’ sobre los peligros de creernos todo lo que nos dicen sin pensar por nosotros mismos.

Con el internet de las cosas hoy en día tenemos acceso a toda la información, pero al mismo tiempo existe una abundancia de falta de criterio, y hay que ponerle alto.

“Si quieres una imagen del futuro, imagínate una bota pisoteando la cara de un ser humano, para siempre”, exclamaba O’brien mientras quebraba emocional y físicamente a Winston Smith en el clímax de 1984, la novela de George Orwell. Esta frase deja claro el objetivo de “el Partido”: aniquilar toda curiosidad que promueva el individualismo y el pensamiento crítico. El mundo que pinta 1984 es sin duda uno oscuro –no por nada la novela clásica es íntimamente relacionada con la definición de distopía. En la cultura popular inclusive se usa la palabra “orwelliano” para describir escenas macabras.

1984 es una ucronía ya que cuenta la historia de un mundo alternativo, un mundo que en 1984 era dominado por fascismo extremo. Cuando George Orwell se planteó escribirla (circa 1945) la describió como una moraleja de lo que podía pasar más que como una historia de ciencia ficción. Es en este sentido que las ideas –léase miedos– no sólo son válidos sino que siguen siendo demasiado reales hasta el día de hoy.

Ciertamente, re-visitar el mundo distópico de Orwell más de 70 años después de su publicación confirma la condición humana porque su contenido se mantiene vigente.

Vivimos en un mundo en el que tenemos que estar alerta de nuestro alrededor porque, por la abundancia de estímulos a la que estamos expuestos, es cuando más criterio debemos tener. Es por eso que me pareció apropiado rescatar puntos importantes señalados por Sylvain Timsit en su decálogo de 2002, “Estrategias de Manipulación” (“Stratégies de manipulation” en francés), que resume cómo los Gobiernos y algunos políticos buscan manipularnos. Como dato curioso, la lista de Estrategias es comúnmente atribuida de manera errónea al famoso lingüista estadounidense Noam Chomsky.

A menudo, la realidad es más extraña que la ficción y cuesta creer que Orwell escribió de manipulación mediática mucho antes de que los medios tuvieran la prominencia actual. Así que me pareció que sería divertido revisar estas Estrategias de Manipulación Mediática y buscar cuáles de éstas son usadas en 1984.

Todos deberíamos conocer mejor las estrategias de manipulación mediática en caso de que la sociedad comience un descenso en una espiral de destrucción a convertirse en una sociedad distópica controlada por fascismo.

(Está demás aclarar que para hablar de 1984, tendré discutir sobre la trama de la novela, así que “spóilers”, supongo.)

1. La estrategia de la distracción.

La primera estrategia planteada por Sylvain es un elemento primordial del control social que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas. Esta estrategia se puede poner en práctica mediante la llamada “técnica del diluvio”, que es una inundación continua de distracciones e informaciones insignificantes.

Algo importante de recalcar es que la estrategia de la distracción es indispensable para “impedir” que el público se interese por conocimientos esenciales en áreas de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética.

En la novela ‘1984’

En la realidad paralela creada por Orwell, el Partido y el Hermano Mayor (o Big Brother) ejercen su control sobre la sociedad con una diversidad de mecanismos represivos y estrategias de manipulación mediática como el de la distracción.

El Hermano Mayor difunde ideologías a través de la “telepantalla” (telescreen en inglés), que hace las veces de una computadora actual –que puede mandar y recibir información– y que tiene la capacidad de “vigilar” el comportamiento de los ciudadanos. Mucho del contenido de las telepantallas es para promover el pensamiento de el Partido y degradar la individualidad, pero los ejemplos claros de distracción se encuentran en dos tipos de transmisiones.

El primer ejemplo lo vemos cuando en un pasaje de la novela anuncian una victoria contra Eurasia, victoria que “podía terminar la guerra finalmente”, para distraer de la noticia de que bajarán la ración de chocolate de 30 g a 20 g. El segundo ejemplo lo vemos en las transmisiones de la Lotería, ya que el mismo Winston reconoce que probablemente están amañadas y que simplemente sirven para crear distracción en forma de esperanza para los proles, que es como se le conoce a la clase trabajadora/baja.

No es nada difícil ver cómo en nuestra sociedad los medios de comunicación suelen usar esta estrategia colocando noticias más “llamativas” o polémicas –pero un tanto frívolas– para distraer de los temas que realmente requieren de la atención y criterio del público.

Es justo como cuando Winston confunde una revuelta para comprar cacerolas con una revolución, y piensa, ¿por qué nunca gritan así por algo que tenga verdadera importancia?

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones.

El teorema de esta estrategia se resume con el siguiente aforismo: problema-reacción-solución. Donde se crea un problema, que es una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea “el mandante” de las medidas –solución– que se desea hacer aceptar.

Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u permitir atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también, crear una crisis económica o de seguridad para hacer aceptar como mal necesario el retroceso de los derechos sociales (como ocurre al declarar guerras) y el desmantelamiento de los servicios públicos.

En la novela ‘1984’…

“Los Dos Minutos de Odio” –a veces referido simplemente como “el Odio”– es un programa diario que, exactamente como su nombre lo dice, son dos minutos dentro de la programación diaria en los que se transmite un programa con los enemigos ideológicos de el Partido y donde se espera que la población no solo mire sino que se una al odio. Queda implícito en la lectura que el programa es, al menos, transmitido con permiso de el Partido y, en el peor de los casos, una fabricación hecha por ellos.

La manera en que se plantean enemigos públicos como Emmanuel Goldstein, sugestionan de manera masiva a la población a entrar en un odio público y colectivo que demanda la persecución de Goldstein. Parte se debe a un precondicionamiento o lavado de cerebro, parte a que Goldstein es planteado como alguien que amenaza el estilo de vida que el Partido proporciona. Como justamente uno de los mensajes de odio lo deja claro, la democracia es imposible, el partido guarda la democracia.

En los últimos años, en Estados Unidos se ha proliferado una desconfianza y temor dirigido hacia personas que provienen de medio oriente debido a que los grupos extremistas que causan actos de terrorismo provienen de estas regiones. Sin importar que esto es una generalización del radicalismo islámico y que permite justificar que la guerra e intervencionismo en esas zonas nunca acabe.

3. La estrategia de la gradualidad.

Según el planteamiento de Timsit, para lograr que se acepte una medida que en cualquier contexto sería inaceptable, basta aplicarla gradualmente, poco a poco, por años consecutivos.

Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, desempleo en masa y salarios que ya no aseguraban ingresos decentes, entre otras, fueron algunas de las medidas que fueron instauradas en países que experimentaron con el neoliberalismo durante las décadas de los ochentas y noventas, pero que se implementaron de manera gradual. Todos estos cambios, si hubiesen sido implementados de una vez, sin lugar a dudas hubieran provocado una revuelca en masa.

En la novela ‘1984’…

Esto es un punto que es esencial en 1984, no porque se ve suceder, sino porque no se ve.

Una de las razones por la que esta novela es tan celebrada es porque el mundo distópico que pinta George Orwell es uno sumamente gris y, sobre todo, un mundo plausible sin importar que leyeras la novela en 1951 cuando fue publicada o la leas en 2020. Es más, en muchos aspectos 1984 resulta hasta profética.

Sin embargo, la pregunta es clara: si las medidas represivas del Hermano Mayor son tan extremas, ¿cómo es que nadie intentó detener al Partido cuando iba adquiriendo más poder? Y para mí, la respuesta es clara: las medidas represivas en Oceanía –súper Estado compuesto por América y las islas Británicas dónde ocurre la historia– ocurrieron de manera gradual.

En el mundo de Winston, ni siquiera está claro qué es verdad y qué es mentira en su presente y pasado y, ni siquiera está ni claro si es realmente el año 1984. Para que el Partido lograra borrar estas líneas tuvo que haber ocupado una estrategia de gradualidad parecida a la manera en la que líderes fascistas de nuestro mundo han ascendido al poder.

Esta es una de las razones por las cuales nunca debemos dejar de poner atención a lo que pasa a nuestro alrededor y preguntarnos por qué.

4. La estrategia de diferir (postergar).

Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato, la postergación es un mal de los seres humanos y también es otra manera de hacer que se acepte una decisión impopular. Basta con presentar una nueva política como “dolorosa y necesaria” para obtener la aceptación pública en el momento y aplicarla en el futuro.

Esta estrategia funciona porque el “sacrificio” no es inmediato y porque el público siempre tiende a esperar ingenuamente que “todo estará mejor mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

En la novela ‘1984’…

No voy a estirarlo. En mi recolección de hechos planteados en la novela no existe una instancia puntual en la que el Hermano Mayor a través del Partido puntualmente ocupe esta estrategia o una similar. El Gobierno de el Partido es uno que funciona más basado en la opresión que en la democracia por lo que, una estrategia que en esencia busca que la gente “acepte” verdades duras postergando un sacrificio, no es una que tenga lugar.

Es más, se puede especular que la gradualidad implementando políticas extremas y represivas y la de diferir-postergar en 1984 sí ocurrieron y tuvieron lugar poco después de la Segunda Guerra Mundial cuando el Hermano Mayor comenzó a apoderarse de Oceanía.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente coeficiente intelectual. De acuerdo a Sylvain es una cuestión de sugestión. Cuanto más se intenta buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantil y condescendiente.

En la novela ‘1984’…

El ejemplo más evidente en el mundo creado por George Orwell es la misma “nuevalengua” (o newspeak). El nuevo-inglés es el idioma oficial que el Partido busca gradualmente volver la regla –de nuevo con la gradualidad– y es una arma lingüística que busca limitar la mente, criterio e inteligencia de las personas. De acuerdo a un pasaje del libro es parte del programa de lavado de cerebros.

Esta nueva lengua no se dirige directamente a los adultos como niños, pero el mismo idioma que Hermano Mayor busca instaurar está apuntado a hablar de manera simplificada; el vocabulario incluye palabras que hasta suenan formadas por un niño: “vidapropia” (ownlife), “doblepensar” (doublethink), “caracrimen” (facecrimen), “patohabla” (duckspeak), entre otras, son palabras nuevas que buscan continuar la promoción de la ideología de el Partido. Otras que terminan de dejar claro el infantilismo son “bienpiensa”, “blanconegro”, “antecrimen”

En un pasaje Syme le explica a Winston la importancia de su trabajo creando el diccionario de nuevalengua, “si tienes una palabra como ‘bueno’, ¿qué necesidad hay de una palabra como ‘malo’, cuando ‘nobueno’ sirve?” y queda claro cómo el Partido está simplificando el lenguaje. Syme todavía va más lejos cuando explica que palabras como “excelente” pueden ser descartadas para usar expresiones como “másbueno”. Para el partido, el inglés o viejalengua contiene “vaguedad e inútiles matices de significado”.

La diversidad de palabras en nuestro idioma nos permiten expresar nuestros puntos de vista únicos de manera más diversa y rica, y no debemos dar esto por sentado.

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.

Hacer énfasis del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional y, finalmente, al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos.

En la novela ‘1984’…

Como expuse en la segunda estrategia, George Orwell plantea “Los Dos Minutos de Odio” como un mecanismo por medio del cual el Partido crea problemas que demandan una acción y resolución concisa. Para lo cual, aparentemente, han creado un líder revolucionario que amenaza con destruir el status quo de la sociedad, causando un efecto de unidad al odiar un objetivo común. El programa del Partido está diseñado para evocar las emociones y las más bajas pasiones de la población.

El programa es tan exitoso que inclusive sirve para la transferencia emocional de odio cuando el enemigo cambia de cara, como visto cuando el enemigo de Oceanía pasa de ser Eurasia a Esteasia. Nadie de la población ocupa el criterio para reflexionar la manera caprichosa y repentina en la que parecen cambiar las alianzas y enemistades entre súper Estados en el mundo de 1984.

“Los Dos Minutos de Odio” llegan a ser tan efectivos que ni el mismo Winston puede evitar unirse al odio con euforia en el calor del momento, como cegado de toda razón:

“Lo horrible de Los Dos Minutos de Odio no era que se esperaba que todos y cada uno tuviera que participar sino, al contrario, que era absolutamente imposible evitar la participación porque uno era arrastrado irremisiblemente. A los treinta segundos no hacía falta fingir. Un éxtasis de miedo y venganza, un deseo de matar, de torturar, de aplastar rostros con un martillo, parecían recorrer a todos los presentes como una corriente eléctrica convirtiéndole a uno, incluso contra su voluntad, en un loco gesticulador y vociferante. Y sin embargo, la rabia que se sentía era una emoción abstracta e indirecta que podía aplicarse a uno u otro objeto como la llama de una lámpara de soldadura autógena.”

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.

Con esta estrategia se busca que la población sea incapaz de analizar y pensar por sí misma, y que lleguen al punto de carecer de criterio. Esto puede verse en el mundo actual: muchas personas son incapces de comprender las nuevas tecnologías y, por extensión, los métodos utilizados por los medios para controlar directa o indirectamente el contenido que consumen. Para el autor francés, esto puede considerarse como una manera de ejercer esclavitud.

Sylvain ocupa un pasaje del libro “Armas Silenciosas Para Guerras Tranquilas” para aclarar cómo esto sucede en la sociedad:

“La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores.”

En la novela ‘1984’…

En 1984, la estructura de clases en Oceanía es clara y rígida: el Partido Interior (Inner Party) está compuesto por el 2% de la población y representa a la clase alta; el Partido Exterior (Outer Party) es el 13% de la población y representa a la clase media; y el Prole (Proletariat) están compuestos por el restante 85%.

La estrategia de ignorancia y mediocridad es estudiada por George Orwell en la novela por cómo plantea a los proles, quiénes son explotados como fuerza laboral, reciben poca educación y viven en condiciones paupérrimas. Los barrios donde residen están plagados por drogas y violencia, y los proles son descritos como un sector que encuentra placer en actividades triviales; que es la razón por la que son manipulados con programas como la Lotería.

Este es una de las estrategias más efectivas del Partido en la novela y es evidente ya que uno de sus eslogan dice, “los prole y los animales son libres”. Manteniendo a la mayoría de la población en la ignorancia es como el gobierno mantiene su poder. El mismo Winston concluye esto en un momento cuando reflexiona que, en los números de los prole, yace la esperanza de una rebelión que podría derrocar el reinado de el Partido, pero que ellos mismos están muy absortos en su mediocridad para darse cuenta de este hecho.

Desgraciadamente, basta con ver a muchos países de Latinoamérica –sobretodo los más corruptos– para ver que esta estrategia no solo es usada sino que es abusada.

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Incentivar al público a creer que es genial –o que está de moda– el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto es también una estrategia de manipulación. Esta estrategia no es complicada de explicar y era una de las banderas de las antiguas –¿difuntas?– cadenas de cable como MTV e E! Entertainment TV, que se encargaban –¿encargan?– de llenar sus franjas de programación con Reality Shows que hacían –¿hacen?– justamente esto.

En la novela ‘1984’…

No exactamente vulgar e inculto, pero el Partido busca vender la idea de que el newspeak sea adoptado por más personas y lo hacen empujando la idea de que a través de él, “encajarán” y tendrán mejor estatus dentro del partido. Esta se puede ver como una estrategia que complementa a la anterior, primero creas las condiciones necesarias para que los prole se mantengan ignorantes y mediocres, y luego les haces creer que eso es lo correcto para lograr que la ignorancia y mediocridad perdure.

9. Reforzar la autoculpabilidad.

Esta estrategia puede considerarse como la “última parte” de la estrategia que introdujo el concepto de mantener a la población ignorante y mediocre. Consiste en hacer creer al individuo que solamente él es el culpable de su propia desgracia. Esta desgracia es causada por la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y recuerden, ¡sin acción, no hay revolución!

En la novela ‘1984’…

A mi parecer Winston es un personaje sumergido en una depresión cuando abre la novela. En los primeros pasajes de la misma es claro que tiene un anhelo de ser él mismo, de hacer algo diferente y significativo con su vida, pero está muy sumergido en su rutina y su ánimo muy aplastado por la vigilancia opresiva del Hermano Mayor como para hacer algo al respecto. Sin mencionar que la amenaza de ser evaporado si muestras un atisbo de individualidad sería suficiente para desmotivar a cualquiera de buscar cambio en su vida.

El panorama pintado en 1984 es distópico como otras novelas de la épocas lo hicieron. Claro, muchas otras novelas actuales superan a 1984 pintando un panorama de distopía más profundo y rico en contexto de ciencia ficción, pero George Orwell optó por imaginar algo sutilmente más macabro: la pérdida de agencia en tu vida. Oceanía y el Londres que conocemos a través de Winston en 1984 es un mundo gris y sin esperanza, y resulta sumamente deprimente.

La moraleja aquí es sencilla: nunca dejar de luchar por ser seres análiticos y con criterio, y jamás dejar de defender nuestra individualidad.

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En su propuesta, Sylvain plantea que en el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites dominantes. Y que gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológica.

Hemos llegado a un punto en el que estos “sistemas” han conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. En el mundo actual queda claro, nuestros teléfonos permiten a las compañías conocernos más de lo que nosotros nos conocemos a nosotros mismos.

Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre si mismos.

En la novela ‘1984’…

El Partido conocía únicamente lo que necesitaba saber de los proles y era que debían mantenerlos simples de mente. No era deseable que los proles tuvieran formación política, bastaba con inculcarles un primitivo patriotismo (para que aceptaran recorte de raciones, más trabajo, etc.) y saber que, en resumen, para controlarlos no había que perder de mente esto de ellos:

“El arduo trabajo físico, el cuidado de la casa y de los hijos, las discusiones triviales con vecinos, películas, fútbol, la cerveza y, por encima de todo, el juego de azar, colmaban el horizonte de su imaginación.”

Tener caracterizado de esta manera a la población y alimentarlo justo con los estímulos que más conectan con ellos es esencial para ejercer control. Mantenerlos en estos estadíos de complacencia ayudaba en gran manera a el Partido, porque al carecer de ideas propias concretas, las rebeliones que podía imaginar un prole, era bien limitadas.

Pensamientos huérfanos

Me pareció sumamente interesante encontrar los paralelismos entre Estrategias de Manipulación de Sylvain Timsit con la novela de 1984 de George Orwell. Particularmente porque 1984 fue escrita alrededor de 1945 y continúa siendo un testamento de cómo funcionan las estructuras de poder y los peligros de responder con complacencia ante éstas.

¿Estás de acuerdo con mi análisis? ¿Será que estiré mucho algunos conceptos para que pegaran? De cualquier manera, hay mucho que aprender y mucho que discutir de ambas lecturas, así que espero sus comentarios al respecto.

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