“Asesinato”, escribió

eduardo j. umaña
EDUARDIARIO
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4 min readMay 22, 2015
Descasansa en paz nuestro dulce y tierno cirujano, nos salvaste operando nuestros corazones.

Recuerdo esa noche como si fuera ayer. Estaba tomando mi agua mineral nocturna mientras leía las noticias de ese día en mi computadora. Nunca estás preparado para escuchar malas noticias. Es más difícil inclusive cuando son noticias de alguien que ha fallecido. Es devastador cuando una persona, no, un fenomenal y gallardo hombre, que te ha guiado con su ejemplo, inspirado con su temple y te ha dado esperanza con su cálida sonrisa, desaparece. Tu vida nunca será igual. Esta fue la noche que me enteré de que McDreamy había muerto.

La vida nos arrebató a McDreamy y yo me di cuenta de la manera más impersonal. La noticia se había propagado de manera casi viral minutos después de que sucediera este trágico evento en el entonces más reciente episodio de Grey’s Anatomy.

Mi relación con este show es algo complicada. De manera burda creo que puedo decir que es una serie de televisión que detesto. Bueno, quizás no es tan complicada. Vi las primeras temporadas porque mi novia de ese entonces era fan de la serie, lo que quería decir que éramos fans de la serie. Era una de esas adorables actividades para hacer en pareja, supongo. Una vez terminó la relación mi interés no logró sobrevivir. No era porque ya no podía comentar y discutir tramas y capítulos con mi novia, era porque la serie era mediocre en sus mejores momentos.

Grey’s Anatomy no es oro en lo que respecta a guiones, dirección y producción, y creo que no debería serlo. Su atractivo yace en el melodrama de telenovela y en sus actores bonitos; por actores me refiero a actores y actrices bonitos. El melodrama es suficientemente bueno pero el problema principal que siempre tuve con la serie es que es un relato muy mundano. Por un lado, El hospital parece un motel donde jóvenes calenturientos desahogan sus superfluos sentimientos y satisfacen sus bajas pasiones. Por otro lado, la narrativa de la serie endiosa a la carrera de medicina, es decir, parece que para Hollywood las únicas carreras que existen y son emocionantes son la medicina, las leyes y la publicidad. Eventualmente me veré forzado a realizar un tratamiento para una mini-serie sobre la compleja, dramática y erótica vida de un ingeniero.

Creo que puedo pasar por alto todo eso. Lo que no puedo pasar por alto es que Shonda Rhimes, la creadora, productora y una de las escritoras de Grey’s Anatomy es una persona poco creativa y abusa del sadismo para mantener a la audiencia viendo su programa. Sin mencionar que el asesinato de maneras perturbadoras y despiadadas de personajes es un medio que utiliza para despedir a los actores y actrices que interpretan a esos personajes. Parece ser que cada vez que Shonda tiene algún problema con alguno de sus empleados, escribe una historia en la que su personaje es eliminado brutal, repentina e injustificadamente. Es un chiste que parece más bien sacado de un capítulo de Friends.

Yo sé que en la realidad no se puede controlar la vida y la muerte porque no vivimos un guión prescrito, pero las repercusiones de estos eventos en nuestras vidas tienen un objetivo. Aún si este objetivo no es predestinado y depende de nosotros encontrarlo cuando enfrentamos situaciones duras como es la muerte de un ser querido. No obstante, cuando se cuenta una historia, la vida y la muerte sí pueden controlarse y por ende, en la ficción, este recurso debería servir a un propósito. El propósito de contar y plasmar una idea, dar una lección o contar una experiencia.

Matar a un personaje en una historia, ya sea serie de TV, película o libro, no debe ser algo que se escribe sin un propósito o “conforme vas” de manera improvisada. Mucho menos debe ser una herramienta para despedir a un actor o una actriz. Debería ser algo planeado. De manera que el impacto que causa el drama de una muerte sirva de vehículo para transmitir un sentimiento importante. Después de todo las historias de ficción son una facsímil de la realidad y deben reflejar cómo la vida y la muerte de las personas a nuestro alrededor forjan nuestras propias vidas e historias personales.

¿Cuál se supone es la ganancia del espectador, cuando desde el principio se vende la idea o ilusión que McDreamy es el galán con el que Meredith será feliz para siempre, sólo para ser asesinado de la manera más caprichosa porque el actor es un divo? Es una manipulación tan grande como la que sufrieron todos los que vieron How I Met Your Mother al ver el final que parecía traicionar todo lo que la serie propuso en su premisa inicial.

Y sí, la ficción es como la vida. No se puede comenzar un proyecto sin saber cuál es el objetivo final o meta del mismo. Muchas personas en su diario vivir, o en su trabajo, comienzan alguna empresa o proyecto con un objetivo que no se ha matizado bien. Las personas que lo hacen, probablemente son personas desordenadas. Muy probablemente, son también, poco eficientes en la organización y consumo de sus recursos. Hay cosas que se pueden improvisar y cosas que no. En mi experiencia, para triunfar en los estudios, proyectos, negocios y algunos otros aspectos de la vida, hay que tener una clara idea hacia donde queremos llegar y, más importante, cómo planeamos llegar. Claro, sin olvidar que hay que dejar espacio para modificar el plan de vez en cuando.

Después de todo, hasta un gato parlante logró describirlo con elocuente y filosófica claridad cuando aconsejó a Alicia, diciendo, “si no sabes hacia dónde vas, no importa qué camino tomes”.

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