Nintendo© sí sabe cómo “consentirme”…

Nadie vino a mi fiesta de cumpleaños

Cómo sobrevivir cumpleaños después de que cumples 30 años.

eduardo j. umaña
Published in
5 min readApr 23, 2019

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Llegó abril y con él, otro cumpleaños.

No les mentiré, este año tuve miedo de enfrentar esta fecha.

Recuerdo cuando mis abriles eran un motivo de emoción y alegría. Esos días quedaron atrás porque cuando comienzas acumular años –en especial cuando cumples 30 años y crees melodramáticamente que es el fin del mundo–, cada cumple años comienza a convertirse en un fastidio.

Usualmente lo que me daba “miedo” era enfrentar el número con el que tendría que convivir por un año entero. Sin mencioanr de la responsabilidad y supuesta madurez que conlleva este nuevo número.

Recuerdo cumplir 21 y comenzar a enfrentar que ya no era adolescente…

Cumplir 25 y darme cuenta que los números comenzaron a acumularse…

Cumplir 27 y aceptar que los niños ya me llamaban señor…

Cumplir 28 y resignarme a que ya estaba más viejo que Kurt Cobain…

Y alcanzar los 31 para darme cuenta lo ridículo que sonaba quejándome por “estar viejo” cuando ni siquiera estaba en mis treintas.

Este año volví a tener una crisis al cumplir años, pero es la primera vez que nada tenía que ver con mi edad:

Este año tuve miedo de que nadie llegara a mi fiesta de cumpleaños.

Sí, ése miedo de primaria de darte cuenta que no tienes amigos se volvió demasiado real este año.

Es curioso cómo damos vueltas para terminar en el mismo lugar, ¿no?

Cumpleaños minimalista

Antes de que cualquiera de mis amigos que esté leyendo esto me escriba para reclamarme, debo aclarar que nadie vino a mi fiesta de cumpleaños es porque no invité a nadie.

Este año mi cumpleaños cayó el domingo de resurección por lo que tener una fiesta el domingo resultaba complicado –ya que muchos regresaban a trabajar el lunes– y festejar sábado, aunque factible, tenía el problema de que muchos de mis amigos ya tenían planes para salir de la ciudad por la vacación.

Así que preferí no poner a nadie en la complicada situación modificar sus planes de Semana Santa o de tener que decirme que no podían; a la gente se le dificulta decir la palabra “no”.

Podría decirse que aproveché esta situación para tener un cumpleaños minimalista y al final no lo celebré solo: el sábado por la noche lo pasé con mi hermana, mi primo y uno de mis mejores amigos.

Ya habiendo aceptado la idea de minimalismo en mi cumpleaños, decidí llevarlo más lejos: fui a Facebook y bloqueé mi fecha de cumpleaños para que no le apareciera a la mayoría de mis contactos.

Descubrí que el minimalismo te pone en una situación “vulnerable” que es perfecta para encontrar gratitud… porque no hay nada cómo la ausencia de algo para saber el valor que esto tiene en tu vida.

Encontrando gratitud

El año pasado tuve un cumpleaños increíble.

Mi cumpleaños cayó sábado por lo cual pude dedicarme todo el día a mi mismo. Me levanté temprano para ir al gimnasio, pasé comprando un McMuffin y almorcé con mi familia.

Después de almorzar con mi familia, mi novia me invitó a tomarme una cervezas con ella, pero realmente había conspirado con mis amigos de la maestría para sorprenderme con una tardeada en un jardín cervecero.

Por la noche tuve una gran celebración organizada por mi novia y mi hermana con el resto de mis amigos y familia en mi casa.

Fue un día sábado que sin duda, jamás olvidaré.

Lo tuve todo y no lo aprecié.

Tengo que confesar que la razón por la que tuve miedo este año era porque todos tenemos miedo a quedarnos solos.

Mi novia está estudiando en Roma y es el primer cumpleaños que no pasamos juntos. No es por ponerme melodramático, yo sé que no iba a estar completamente solo, pero comparar con el año pasado me hizo sentir un poco solitario.

Lo peor de todo es que el año pasado no aprecié todas las muestras de cariño y compañía que recibí.

Recuerdo que el año pasado, cuando estuve reunido festejando con mis amigos, tuve la oportunidad de dar unas palabras pero no dije nada. Llegó el momento y lo dejé pasar.

“Ellos saben que los quiero y saben que soy un hombre de pocas palabras” pensé para justificar que no hablé. Ahora tengo claro que era el momento perfecto para reconocer lo mucho que todos y cada uno de los que estuvieron conmigo significan para mí.

Mucho ha pasado en este año.

Una de las cosas más importantes es que aprendí que estar agradecido genuinamente es mucho más que solo sentirse agradecido, es necesario demostrarlo. Es necesario decir “me siento agradecido de tenerte en mi vida” en voz alta y decirlo en serio.

Suena tonto, pero para algunos no es tan fácil decir estas palabras. Después de todo, siempre habrá una próxima vez para decirlas, ¿verdad?

Deja de postergar

Mientras mi cumpleaños número 34 va quedando detrás de mí, veo las cosas más claras. No tomo la circunstancias alrededor de mi celebración como una razón para estar triste sino por el contrario, para estar feliz.

Un cumpleaños es un día perfecto para hacer un inventario de todo lo que tienes. No siempre las personas que más quieres estaran físicamente contigo, pero no quiere decir que no están allí para ti.

Celebré agradecido de todo lo que tengo en mi vida.

Llegué a esta edad en una pieza, con salud y con muchas personas que me quieren a mi alrededor.

Cumplí otro año más sobre los 30 y me siento feliz porque cada año que pasa me siento un poco menos ansioso por ponerme más viejo.

Si sirve de algo contar mis intimidades en este blog, que sea para esto:

dile a las personas que más quieres lo mucho que significan para ti y no lo postergues demasiado.

Esto puede ser difícil para algunos pero no tienes que comenzar con un pesado “te quiero”, puede ser algo tan ligero como “me alegra que estés aquí”.

No dejes que se te escape el momento.

Todos prosperamos con la validación, no dejes que tus seres queridos no prosperen y diles cuánto los aprecias.

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