PT Barnum nos estafó (de nuevo): The Greatest Showman no es buena peli

El show más grande fue haber visto la película con alguien que no sabía que había ido a ver un musical

eduardo j. umaña
EDUARDIARIO
4 min readJan 17, 2018

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The Greatest Shoman (2017)

No soy fan de los musicales, pero ahí estaba un domingo frente a una pantalla completamente negra –o blanca– esperando a que la función de The Greatest Showman comenzara.

Las luces de la sala se apagaron por completo y el logo clásico de la 20th Century Fox apareció frente a mí. No pude evitar la avalancha de sentimientos que ver el logo desató en mi porque en mi infancia siempre estuvo frente a las películas de Star Wars.

Sin embargo, tenía reservas importantes sobre esta película y uno de los logos más icónicos de mi infancia no las borraría de mi mente.

El silencio de la sala fue interrumpido por un victorioso coro seguido de percusiones espectaculares, pero características de las canciones de pop modernas. En la pantalla, la sombra de un Hugh Jackman tras bambalinas se movía al compás del ritmo mientras rompía en canto.

A la par mía, un pobre cristiano exclamó (casi) gritando:

¡Puta! ¿Es un musical esta mierda?

“Por supuesto, ¿que no lo sabías?”, respondí en mi mente mientras pensaba en quién va al cine en esta época de los blogs, los posts y Youtube, sin saber nada sobre la película que está a punto de ver. Sentí un poco de envidia al pensar eso porque creo que es la mejor manera de ir al cine: sin preconcepciones ni prejuicios.

Ése claramente no era mi caso.

Entré a ver The Greatest Showman sabiendo que era un biopic/musical sobre PT Barnum, estadounidense pionero del show business y charlatán profesional que vivió en el Siglo XIX y a quién se le adjudica la creación del circo moderno y, erróneamente, la frase “cada minuto nace un nuevo tonto”.

Puede que él no haya acuñado la frase, pero sí fue político. Primero como Demócrata y después como Republicano, y eso era todo lo que necesitaba para saber que esta experiencia fílmica sería dolorosa y sangrienta

Y luego no lo fue, pero tampoco presencié una obra maestra.

Más High School Musical, menos biopic

The Greatest Showman es un musical que se toma excesivas libertades para contar el nacimiento del show business en forma de contar la historia de cómo PT Barnum inventa el circo moderno.

La mayor fortaleza de la película es su mayor debilidad y es que es en esencia una película de Disney.

Un niño huérfano y pobre, pero con infinita imaginación y millones de sueños, conquista a una princesa de alta sociedad y le promete darle la vida que merece a cualquier costa.

Rápidamente su hambre de superación se convierte en avaricia una vez comienza a tener un poco de éxito y, más rápido aún, comienza a anteponer su codicia y ego ante la felicidad de su familia.

Paradójicamente, Barnum lleva a cabo todo tipo de actos atroces y egoístas en su camino al éxito, pero todos los personajes parecen perdonarlo fácilmente sólo porque sí.

Parece que es beneficioso ser una persona blanca con mucho encanto y labia.

Si suena como una trama simple y reduccionista es porque lo es. No estoy exagerando.

Sin embargo, creo que esto funciona por dos razones.

Primero, la película triunfa como un musical inspirador porque irónicamente Hollywood –de todas las instituciones– nos recuerda usando canciones que la verdadera felicidad no la compra el dinero y, además, celebra un tema de actualidad: la inclusión social.

Segundo, Hugh Jackman se roba todo el show y luego un poco más.

Wolverine es el showman más grande

Después de la poderosa y violenta actuación final de Hugh Jackman como Wolverine en Logan hace casi un año, el actor regresa para participar en un musical.

Es un contraste grande, pero ver Hugh Jackman apoderarse de la pantalla como PT Barnum es mejor que nada.

Jackman, quién probablemente es un patrimonio nacional viviente en Australia, suele robarse el show y esta no es la excepción. Es más, es la única actuación que resalta en la película y cuando él no está en pantalla estás pensando, ¿dónde estará Hugh y qué estará haciendo?

No cualquier artista puede actuar con sutileza, ganar kilos de músculos para una película de acción y bailar mientras canta en el mismo año, y es necesario que un artista que puede hacer eso, como Jackman, cargue la película porque la música –aunque está bien producida y es interpretada estelarmente– está llena de himnos y coros emotivos que no dejan de sentirse como que estarían mejor aprovechados en una película animada de Disney o en High School Musical.

Cerrando el telón

Mientras meditaba sobre The Greatest Showman para hacer este ejercicio de escribir sobre una película que no fuese sobre Star Wars, escuchaba el soundtrack de la película para “inspirarme” y evocar la experiencia de haberla visto en el cine.

Durante este proceso recordé que la película tiene un poderoso himno que casi te arranca del asiento y termina con una emotiva bomba melódica que literalmente lleva a casa el mensaje y final feliz.

Una de las reglas más importantes del cine de entretenimiento es que te tiene que atrapar con la primera escena y te tiene que mandar con una sonrisa para tu casa.

En este aspecto la película es un éxito porque, aunque no es narrativamente rica y no tiene desarrollo de personajes coherente, cuenta una historia bonita y positiva decorada con canciones pop modernas.

Después de todo, y en palabras del PT Barnum de Jackman, el arte más noble es hacer feliz a las personas. A lo que yo agregaría, sin importar los medios que ocupes para alcanzar ése fin.

Calificación: 🎩🎩🎩

¿Leíste que escribí sobre Star Wars y quieres saber dónde puedes leer mis comentarios sobre The Last Jedi? No te preocupes, te tengo cubierto:

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