La caligrafía no es solo cosa de niños

Son muchos los docentes que han recomendado a sus alumnos que aprovechen este verano para practicar su caligrafía. Y es que estos días de época estival han sido tradicionalmente utilizados para repasar y reforzar las materias escolares.

Verónica de Miguel
El arte de enseñar
2 min readAug 1, 2017

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En este repaso de verano, siempre ha cobrado gran importancia la caligrafía, sobre todo en las edades comprendidas entre los 4 y los 8 años. Tras este momento, la caligrafía pasa a un segundo plano, eclipsada por otros temas “más importantes”.

A pesar de la tradición que arrastra la caligrafía, su enseñanza ha perdido calidad de unos años a esta parte, como consecuencia de que, actualmente, escribir bien va perdiendo importancia a medida que los niños van creciendo, hasta que se llega a un punto en que lo único que se valora es el contenido.

La cuidada, complicada y hermosísima caligrafía que aprendían nuestros abuelos en la escuela ha dado paso a una mucho más sencilla, en la que a duras penas se intuye la vaga unión de unas letras con otras, influenciada por la letra de imprenta.

Los primeros años de nuestra vida se caracterizan por un constante aprendizaje; contenidos de todo tipo revolotean por la cabeza de nuestros pequeños buscando convertirse en sus conocimientos del futuro.

Es en este primer momento cuando se debe mostrar a los alumnos el arte de escribir bien, el gusto de dibujar cada letra, convirtiendo cada letra en una creación artística.

No obstante, tener una buena caligrafía es importante a lo largo de toda nuestra vida, por lo que, aunque nos cueste hacérselo entender a los jóvenes, debemos inculcarles el gusto por escribir a mano y por el mantenimiento de la caligrafía en la edad adulta.

La aplicación de las nuevas tecnologías en el aula no debe hacerse sin dejar un hueco para herramientas como la pluma y el tintero, pues los elegantes trazos de la plumilla estilográfica son imposibles de lograr de ninguna otra manera.

No podemos privar a los niños de hoy y adultos del mañana de vivir la experiencia de sentir cada letra, crear con cariño cada dibujo y dejar volar su creatividad gracias a la caligrafía.

De este modo abriremos a los jóvenes puertas que les animarán a prestar atención y cuidar su letra, voluntariamente, ahora y a lo largo de toda su vida.

Las nuevas tecnologías y las modernas técnicas educativas deben ser aprovechados para mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje, nunca para simplificarlos, empobrecerlos o limitarlos.

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Verónica de Miguel
El arte de enseñar

Maestra de vocación y Comunicadora, especializada en Account Management, PR y eventos.