Las bases para el éxito de la educación bilingüe

Principios y metodología básica

Verónica de Miguel
El arte de enseñar

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Si el objetivo de la escuela es formar ciudadanos capaces de integrarse en la sociedad en la que viven, tan importante es que estén arraigados en su país para construirlo y transformarlo, como que sean capaces de interactuar, a nivel global, con Europa y con el resto del mundo. Por ello se hace necesario el dominio de lenguas extranjeras; para enfrentarse a los entornos laborales internacionales, cada vez más frecuentes, dentro y fuera de España.

Partiendo de la base de que el conocimiento de idiomas es necesario para el progreso social, es preciso renovar la mentalidad y dejar paso a una serie de cambios que harán posible la tan ansiada adquisición de la competencia comunicativa en la lengua inglesa a los alumnos españoles.

El bilingüismo es la mejor manera de lograrlo, siempre y cuando se den una serie de circunstancias y se desarrollen y se implementen un conjunto de metodologías innovadoras, para no caer en el desastre del que hablaba en artículos anteriores. El tratamiento educacional deberá ser de calidad y estar adaptado a las condiciones socioculturales de los niños.

En este punto, docentes y familias deberán tener siempre muy presente las fases del proceso de adquisición del lenguaje, para lo cual os remito a mi artículo “El origen de la comunicación y la adquisición del lenguaje”, en el que explico cómo las personas aprendemos a hablar, desde que somos bebés.

Si el inicio de la comunicación en los niños comienza con la comprensión y expresión oral, deberemos seguir esta pauta natural a la hora de enseñar una lengua extranjera, pues el aprendizaje de la lengua extranjera se produce de manera similar al aprendizaje de la lengua materna.

Por ese motivo, los primeros contactos con la lengua extranjera deberán basarse en la comprensión y expresión oral, en lugar de conceder demasiada importancia a la comprensión y expresión escrita en los primeros años.

A mi modo de ver, la enseñanza de la lengua extranjera debería impartirse íntegramente en esa lengua. Para la Educación Primaria, los objetivos lingüísticos y comunicativos deberían estar centrados en la comprensión y expresión oral, para incorporar, progresivamente en la Educación Secundaria la comprensión y expresión escrita. Después, el bachillerato se centraría en trabajar los conocimientos adquiridos hacia una formación más académica o profesional

Esto no significa que en Educación Primaria no se deba enseñar comprensión y expresión escrita, sino que se debe hacer más hincapié, en un primer momento, en la comprensión y expresión oral, para la correcta y adecuada asimilación del idioma, por parte de los alumos.

La inmersión temprana en la lengua inglesa consiste en inmergir a los alumnos en el inglés, que será la lengua vehicular de la clase. Esta inmersión se debería hacer desde la Educación Infantil y se extenderá a todos los niveles durante la escolarización del alumno.

Es necesario que la inmersión lingüística comience en Educación Infantil, ya que es el momento de mayor plasticidad y la más adecuada para el aprendizaje de lenguas.

La metodología de enseñanza bilingüe deberá basarse en la coordinación entre la enseñanza de la lengua y la enseñanza de los contenidos, puesto que los niños aprenden de modo holístico. Si esta coordinación no existiera, o cojeara en algún punto, el resultado no sería el esperado.

Por lo tanto, es necesario establecer una diferenciación clara entre las asignaturas puramente lingüísticas y las asignaturas de contenidos. Las asignaturas de contenido le aportan a las de lengua vocabulario y materia que necesita, mientras que las asignaturas de lengua aportan a las de contenido las herramientas lingüísticas que les permitan desarrollar contenidos teóricos y transmitir conocimientos.

En lo que a diseño curricular se refiere, el profesor debe luchar por la integración de la enseñanza de contenido y de lengua. La unidad entre lengua y contenido tiene que respetarse y el profesor tiene que hacérsela ver y entender a los alumnos, quienes, por naturaleza, tienen tendencia a separar lo que aprenden en cada asignatura.

Las asignaturas de contenidos y la de lengua tienen que ir entrelazadas entre sí y ocuparse de un mismo tema desde puntos de vista distintos. Se trata de estudiar el mismo tema desde ángulos diferentes, que juntos formen una unidad memorable y con significado.

Mientras que las clases de contenido trabajarán más el contenido que se presenta por medio de la lengua extranjera, la clase de lengua inglesa lo que hace es respaldar esta presentación centrándose y trabajando con la lengua.

Los niños de Educación Primaria aprenden mejor por medio de la acción; por eso el maestro debe implicarles de forma activa y dejarles experimentar de forma práctica.

La clave está en crear situaciones de aprendizaje significativas. El maestro debe conseguir que los alumnos sean activos y seguros de sí mismos y procurar que adquieran hábitos de trabajo; tales como atención, persistencia, etc (aprender a aprender). Estos niños consiguen mejores resultados académicos que los que se muestran pasivos y temerosos de equivocarse.

Los profesores de enseñanza bilingüe deben evitar utilizar una metodología excesivamente centrados en el profesor (teacher-fronted clases) que no permiten que los alumnos desarrollen la producción verbal y escrita. La enseñanza bilingüe debe basarse en actividades participativas y colaborativas.

La enseñanza funcional debería convertirse en uno de nuestros objetivos como docentes. Para aprender de manera funcional es imprescindible que los niños liguen los conocimientos nuevos con los que ya poseen, para ello es muy importante que el maestro tenga muy en cuenta los conocimientos previos y evite que se olvide lo aprendido.

Los conocimientos funcionales proporcionan herramientas que permiten que el alumno se desenvuelva en diferentes contextos de su vida. En el caso de la didáctica de la lengua inglesa, el aprendizaje de la lectoescritura es clave para desenvolverse en muchos aspectos de la vida real.

El docente enseñará a los niños a relacionar información mediante ejemplos, actividades y ejercicios prácticos: esta técnica es muy útil para enseñar ortografía.

Se potenciará la proactividad y la participación de los alumnos: de cara a conseguir la comprensión lectora en lengua inglesa, por ejemplo, el maestro puede mandarles leer un texto y hacerles preguntas, para comprobar si lo han entendido.

Se intentará que el alumno construya su propio aprendizaje para estimular su autonomía. En las clases de lengua extranjera, el alumno tendrá que utilizar la lógica. El docente tendrá que hacer pensar a sus alumnos, por ejemplo; ellos mismos irán estableciendo generalidades con las normas de ortografía.

Se trata de conseguir que el alumno tenga una actitud activa. La comunicación verbal en inglés será una destreza fundamental para su vida profesional e incluso, podría ser que para la personal también, dado el proceso de globalización en que nos encontramos inmersos. El profesor tendrá que hacer ver al alumno que cuanto mayor sea el nivel que adquiera en comunicación verbal en lengua extranjera, mayor será su destreza para comunicarse con diferentes interlocutores en multitud de situaciones

La metodología de enseñanza bilingüe debe caracterizarse por su enfoque investigador, basado en la acción, utilizando la propia experiencia previa del alumno para desarrollar las estrategias de enseñanza que más se ajusten a nuestro alumnado.

En próximos artículos contaré mi propuesta metodológica.

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Verónica de Miguel
El arte de enseñar

Maestra de vocación y Comunicadora, especializada en Account Management, PR y eventos.