La fórmula de la cibercultura

Marcela Ochoa Saldarriaga
El arte en la cibercultura
4 min readMar 13, 2018

¿Cuál es la fórmula de la cibercultura?

Debe de existir, o por lo menos, es algo que nosotros queremos imaginar y no contentos con esto, crear. Es por ello que en esta manifestación artística quisimos descubrir la fórmula de la cibercultura y, más allá de plantearla, materializarla y hacerla realidad -que, desde una perspectiva interna del equipo y la cual esperamos nuestros compañeros compartan, pueda dar respuesta a lo que consideramos son los elementos clave que sumados dan vida a la cibercultura-.

Es así como a partir de todo el ejercicio teórico, las bases dadas en el curso hasta el momento y las experiencias y vivencias que cada integrante posee y pone en manifiesto en el momento de plantear la estrategia y el ejercicio, consideramos que la fórmula perfecta para hacer posible la cibercultura es la suma del arte más la tecnología (A+ T=C).

Arte:

Este elemento lo tuvimos en cuenta ya que a través de él es posible reafirmar la creatividad, la imaginación y el trabajo inventivo para transformar e interpretar el mundo. Podemos afirmar que gracias a un pensamiento artístico en el marco de la cibercultura, los procesos de colaboración y co-creación adquieren una estética propia, en donde lo universal sin totalidad impulsa a aquellos quienes no son escuchados ni tenidos en cuenta en espacios artísticos convencionales a realizar sus propias manifestaciones, a la vez que la concepción de “lo artístico” se transforma por completo, ya que no está adherida a un sujeto o a unas reglas estéticas convencionales –y para que esto sea posible, el arte debe pasar por la mente de la acción colectiva-.

Fue así que en el proceso de repensar el concepto y vincularlo a nuestra idea, llegamos a la conclusión de que el arte existe en todas partes, desde lo individual y en lo colectivo, desde un saludo hasta la interacción completa y, en nuestro caso, algo tan simple como pararse, pedir la colaboración de extraños y crear una conexión entre ellos para que fuera viable la creación de una letra, que desde la perspectiva de los participantes no poseía mucho sentido pero para nosotros como creadores de la fórmula era vital para que ella pudiera ser completada.

El concepto, a su vez, lo vinculamos con el oficio de varios de los integrantes del equipo, quienes son influenciadores en redes sociales. Cada uno desde sus perfiles virtuales hicieron que, por un momento, no fueran ellos quienes influyeran en las decisiones de las personas sino que éstas fueran quienes decidieran por ellos, invirtiendo así los roles.

Tecnología:

Ésta se ve permeada por el arte, tanto en su inspiración, como en su diseño y posterior ejecución/uso. Ella se materializa y ayuda a dar vida a la cibercultura cuando hace posible los procesos de inteligencia colectiva -tomando como ejemplo la red-. Es por ella y los ciclos continuos de creación y experimentación que la componen que podemos decir que esos progresos en materia de interacción e integración son viables en un contexto como el nuestro, una modernidad permeada por los avances tecnológicos y la omnipresencia del ciberespacio.

El recurso de la tecnología en este caso lo utilizamos en el proceso tanto de planteamiento como de ejecución de la estrategia inicial que consistía en, a través de encuestas en la red social Instagram, materializar la participación en una primera instancia e incitar a que las personas que pudieran ver los stories votaran por los lugares a los que ellos querían que nuestros compañeros fueran a desarrollar la actividad.

Cibercultura: Según nuestra fórmula, la cibercultura es el resultado de la sumatoria del arte y la tecnología; esta es una forma de pensamiento acerca de cómo las personas y la tecnología interactúan. Es decir, para nosotros, lo importante en este punto es conectar ideas, conceptos y distintas formas de expresión usando las herramientas tecnológicas que se nos brindan, generando participación e interacción -mediante la cual se puedan generar propuestas artísticas que se puedan difundir a través de la red, como es el caso de este proyecto-.

Cómo lo hicimos:

Como punto de partida acordamos que para darle vida a nuestra fórmula era esencial la participación de las personas. Es por esto que, tomando como recurso el hecho de que varios integrantes del equipo son lo que denominamos Influencers en la red social Instagram (Vanessa, Camilo y Daniela respectivamente), decidimos dar vuelta a los roles de poder y, valga la redundancia, influencia, incitando a las personas que decidieran a través de una dinámica de encuestas a dónde querían que ellos fueran a desarrollar la actividad, sin saberlo concretamente.

Posteriormente, procedimos a convocar personas en los lugares asignados para que nos ayudaran a formar las letras correspondientes que conformarían nuestra fórmula. Es así como, simbólicamente, quisimos representar lo esencial de la colectividad y la interacción para que la fórmula sea real. Para nosotros, la interacción de los usuarios de las cuentas de Instagram eran indispensables para el desarrollo y el resultado final de nuestro performance- cómo su participación puede influir en la creación de la formula que consideramos es la cibercultura-.

A su vez, esta actividad colectiva nos sirvió como un medio para dar a conocer el concepto de cibercultura como tal a más personas que tal vez no tenían ni idea de a qué se refería este término o de cómo se podía aplicar.

Haciendo una retroalimentación grupal del ejercicio, llegamos a la conclusión de que este fue un poco más complicado de lo que parecía, no en términos de la participación de las personas por medio de Instagram sino que a la hora de necesitar la participación física de las personas para conformar las letras: muchos se oponían porque les daba pena, porque no tenían tiempo o por otros motivos. En general pensamos que este ejercicio logró llenar nuestras expectativas al respecto y que mediante estas propuestas podemos acercarnos de una manera más contundente a las personas que no conocen lo suficiente del tema.

Podríamos llegar a plantear en un futuro nuevos proyectos que sirvan como una guía en el ámbito educativo y que sean a su vez didácticos, para que tanto niños como jóvenes y adultos puedan aprender nuevos conceptos como lo es el de cibercutura.

--

--