El misterio de la isla de Pascua

Matías Blanch
El Bigote Lector
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5 min readSep 8, 2018

Breve biografía de Katherine Routledge y la expedición de Mana a la Isla de Pascua en 1914

El “Misterio de la Isla de Pascua” fue publicado en 1919 por Katherine Routledge. Esta mujer fue la primer antropóloga en estudiar la isla. Nació en el norte de Inglaterra en 1866 en una familia cuáquera, una religión católica pero disidente del puritanismo, lo que en sus tiempos le valió la persecución por herejes. Quizás imbuida por el espíritu igualitario de su religión, rompió con los prejuicios de su época y se graduó con honores en Historia Moderna en 1895 cuando la asfixiante época victoriana estaba llegando a su fin (la reina victoria moriría en 1901). Viajo a África a investigar, como arqueóloga, la migración de mujeres de Inglaterra a Sudáfrica y en 1966 se casó con William Scoresby Routledge. A cientos de kilómetros de la luna de miel habitual, se fueron a vivir entre los Kikuyu en el África Británica del Este (hoy día Kenya).

Fueron buenos tiempos para la pareja. Katherine cargaba con una maldición familiar sobre sí misma y debió requerir una enorme fuerza mantenerla a raya durante tantos años. Ya en Inglaterra, la pareja publicó un libro sobre sus experiencias allí: “With A Prehistoric People” (“Con Gente Prehistórica”?). Pero la ambición de Katherine no disminuía y planearon una expedición hasta una pequeña isla en medio del Pacífico que había permanecido hasta entonces como un misterio para los estudiosos. La arqueóloga partió de Farmouth, Inglaterra, el 13 de Marzo de 1913 con su marido y sus demonios en la goleta Mana. El nombre fue tomado de Robert R. Marett, un antropólogo, famoso por su obra de religiones comparadas. Katherine sentía un gran respeto por Marett quien luchó para que las mujeres pudieran obtener los mismos grados que los hombres en la Universidad de Oxford.

Moais

Se detuvieron en Brasil y Patagonia antes de pasar por el Estrecho de Magallanes y seguir hasta Rapa Nui, su objetivo. No sin antes tener una buena dosis de inconvenientes en el mar con las provisiones y los científicos. Crawford, geólogo y arqueólogo, abandonó la expedición en San Vicente luego de una serie de discusiones y conflictos con Scoresby. Lowry-Corry, otro geólogo británico, entonces localizado en Chile, se sumó cuando se detuvieron en Valparaíso. Partieron pero poco después tuvieron que volver 400 millas hasta Valparaíso para dejar en el Hospital Británico a Lowry-Corry que sufría fiebre tifoidea. Cuando llegaron a la isla, no tenían personal científico en la expedición al margen de ellos mismos.

La pareja viajó hasta la isla para responder quiénes eran aquellos hombres que habían poblado ese lugar remoto, de dónde venían, desentrañar el misterio de las estatuas gigantes y qué sentido tenían para los habitantes actuales. Al llegar a la isla, cartografiaron, fotografiaron, excavaron e inventariaron artefactos, moais(estatuas), ahus(plataformas), hares(casas) y anas(cuevas). También trazaron una genealogía de los habitantes. Una isla que hoy sabemos debe haber alcanzado en su momento culmine de superpoblación las diez mil personas, en ese entonces, eran menos de 300 luego de un sinfín de hechos trágicos. Vivían en pésimas condiciones explotados por una compañía escocesa-chilena Williamson que tenía 25 años de usufructo sobre la isla para criar ovejas. La “Compañía de Explotación de Isla de Pascua” llegó a tener 70.000 ovejas sueltas por toda la isla mientras que el resto de los habitantes fueron confinados a la bahía de Hanga Roa donde aún hoy día se concentra el 95% de la población.

Campamento de los Routledge

La historia de la isla es como una pieza de un fractal mayor, la historia de Occidente. Un pasado de hazañas culturales, guerras, esclavitud, enfermedades, pobreza, engaño y sometimiento por países más poderosos y menos honestos. En Rapa Nui se puede leer condensada nuestra historia con lo peor de sus tropiezos. Es imposible no hacerlo sin sentir culpa y frustración al saber todo lo que allí se perdió gracias a la “civilización” moderna y su necesidad de cristianos, esclavos, pastos y trofeos. En 1887, el rey Atamu Tekena firmó un tratado con el gobierno de Chile escrito en español y rapanui (con palabras en tahitiano). La versión en español era muy distinta de la versión nativa. En esta, había una declaración de amistad y protección; en la otra, Chile obtenía soberanía absoluta sobre la isla.

Juan Tepano

Los Routledges con la ayuda de Juan Tepano, uno de los lideres de la tribu en ese entonces, pudieron comunicarse con los nativos pero las relaciones con los rapa nui pronto se deterioraron cuando se inició rebelión liderada por Angata, una mujer-medicina, contra el rancho de ovejas que dominaba la isla. Katherine había tenido contactos con el espiritismo y la escritura automática durante su estancia en Londres, quizás eso, o su enfermedad latente, fueron la causa que Angata le produjera una impresión tan grande que decidió mover el campamento hasta la otra punta de la isla luego de conocer a la anciana. La expedición quedo así dividida en dos campamentos y de no haber sido por la intervención de las autoridades chilenas a bordo del Baquedano la expedición podría haber concluido en tragedia a manos de los nativos rebeldes.

Finalmente, en 1915 dejaron la isla y en 1919 publicaron “El misterio de la isla de Pascua” que aún hoy es un clásico sobre la isla y su pueblo. La impresión de Katherine sobre los rapa nui de entonces fue absolutamente negativa pero la que le dejó Angata fue indeleble. Años más tarde cuando ya no podía mantener a raya la maldición que heredó de su familia, sus visiones estaban pobladas de voces de moais y de la anciana. Murió en un manicomio en 1935. Su familia siempre culpó la influencia de aquella mujer de la esquizofrenia paranoide que derrotó la entereza con que Katherine Routledge mantuvó tantos años a raya a sus demonios.

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Matías Blanch
El Bigote Lector

Lector, aprendiz de filósofo, artesano del código, rolero. IG @elbigotelector