La GRAN entrega del Corporate Hacker: Su Hacker femenino

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Llevamos un tiempo usando el término Hacker Corporativo, especialmente desde el lanzamiento en 2016 del movimiento internacional que lleva el mismo nombre. En cambio, el término Hacker femenino ha florecido naturalmente esta primavera, durante un taller con pioneros de la transformación cultural y organizacional. Desde entonces, siento la necesidad de recuperar este término y profundizar en su significado.

Mi experiencia me demuestra, por un lado, que son cada vez más las personas que ya no se reconocen en la misión puramente mercantil de la organización, ni en su cultura interna deshumanizada. Estos hackers suelen pasar por distintos estados emocionales, a menudo procesos personales profundos, que les invitan a cuestionarlo todo, hasta llegar el momento de elegir entre quedarse o dejar la organización parcial o totalmente.

Me hice esta misma pregunta yo mismo hace casi 10 años: ¿contribuir a transformar desde dentro? ¿transformar desde fuera? ¿crear algo totalmente nuevo? En cualquier caso se trata de reinventar empezando por uno mismo.

Si nos centramos ahora en los Corporate Hackers, es decir, en los que se quedan, mi segunda observación es que, a pesar de haber cambiado de propósito vital, la energía y otros esfuerzos siguen los mismos patrones y pautas de siempre, es decir…

Un ritmo frenético y poca respiración. Altas metas y poca celebración durante el camino.

¿Qué significa despertar el hacker femenino que llevamos dentro? ¿Qué beneficios encontraremos en este gran viaje hacia el interior?

<> CUIDARSE a uno mismo

Cultivar el espacio interno para dominar los momentos más “agotadores”: es decir, se trata de conseguir el profundo, frágil y a la vez tan necesario equilibrio, del que el símbolo Taoísa Yin-Yang ya nos hablaba. Nos hemos perdido en una sociedad Yang y toca iniciar un viaje Yin hacia el interior. Por eso, no me sorprende para nada el reciente éxito que tiene el mindfulness en las organizaciones. No es una competencia ágil, pero sin duda es la parte más “yin” de este mismo líder ágil.

La calidad de la escucha, y el diálogo interior que se establece, toman más espacio poco a poco. Solemos llamarlo intuición, no se trata solo de decidir desde una mente racional, sino que algo, más profundo, nos enseña que es la decisión justa aquí y ahora.

<> CONFIAR en nuestra pequeña voz interior cada vez más presente y rebelde.

Reconocer este cambio de era es aceptar dejar el antiguo paradigma por un nuevo umbral, y querer formar parte de ello.

Hemos visto ejemplos en el ámbito laboral cuando hemos hablado de los modelos de organizaciones naranja — en los cuales la competitividad, la meritocracia y el logro son los motores que hacen funcionar lo que se asimila a la metáfora de un engranaje…Es el reino del Ego, super y sobre potente. Lo encontramos cada día en la mayoría de nuestras culturas de trabajo. Podríamos quizás limitar, para nuestro asunto de hoy, el modelo verde a una etapa de transición antes de llegar al modelo Teal. Éste nos invita a conectar con la plenitud como 1 de los 3 avances de las empresas Teal.

Ir más allá del EGO, es en cierta forma aceptar el no-saber: si el rumbo y propósito está claro, el camino está por explorar. Es cuando realmente la magia puede operar: mente más abierta, corazón más abierto, una nueva voluntad que se percibe individual y colectiva.

<> SOSTENER los esfuerzos en el tiempo: Invitación a reconectar con la ciclicidad y las prácticas más tradicionales.

La otra gran pregunta que se plantea el Hacker femenino es desafiar lo que hemos visto en el ritmo frenético Yang y aprender a liderar desde una perspectiva mente-cuerpo más equilibrada. Hay un paso del taoísmo a la medicina china y me fascina descubrir cuánta sabiduría ancestral hay aún vigente en las prácticas de salud orientales.

¿Os imaginais a un médico que os prescriba unas prácticas de Qi-Gong o un baño de bosque* en occidente?

Son tratamientos contemporáneos orientales para luchar contra el estrés, y lo que hacen es, sorprendentemente, enseñarnos a respirar y celebrar los equilibrios naturales que existen en nuestro entorno, acercarnos a la ciclicidad de la vida. Nos muestran que es necesario aceptar que nuestra energía cambia de acuerdo al momento que estemos transitando. No podríamos, aunque quisiéramos, escapar a ello. Así que es hora de dejar de pelearnos con nuestra naturaleza, empezar a entendernos, preguntarnos qué necesitamos en ese momento y respetarnos.

El hacker femenino es el gran reto personal de viaje hacia el interior, como una nueva competencia/disciplina clave para poder integrar las paradojas diarias de nuestro día a día laboral.

Para mí fue una cierta revelación desaprender sobre el sentido actual de la palabra disciplina. Si dejamos a un lado la sensación de “castigo” a la que la asociamos ahora, y nos remontamos a su significado etimológico, “discípulo”, se convierte más bien en un proceso de aprendizaje, de esfuerzo para el futuro.

Termino con una serie de preguntas:

¿Cuándo fue la última vez que conscientemente marcaste un momento para ralentizar el ritmo yang? ¿Cómo te sentiste?

¿Cuál fue la clave que te permitió actuar diferente de lo acostumbrado?

¿Cuál sería la práctica diaria ideal para ti para abordar el día frenético con más calma y serenidad?

¿Cuál es tu práctica actual, quizás no tan visible, que te permite mantenerte motivado y lograr los pequeños y grandes hitos de tu agenda laboral?

Os agradezco vuestra lectura y espero que vuestro hacker Femenino os esté llamado más la atención.

* Si hace un siglo los médicos recomendaban baños de mar y tratamientos con aguas termales, hoy algunos recetan baños de bosque. Distintos estudios avalan sus propiedades terapéuticas

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