El mejor eslogan publicitario de IKEA: el naming de sus propios productos

Que Ikea es una de las empresas del sector retail más potentes en la actualidad no hay duda. Que sus campañas promocionales para crear marca ocupan un espacio en el imaginario popular, tampoco se le escapa a nadie. Incluso partidos políticos se han fijado en su catálogo para crear sus campañas. Pero poca gente se ha percatado de una gran fuerza publicitaria de la marca: el naming de sus productos.

Y es que esos nombres imposibles para las personas que no entendemos los idiomas del norte de Europa, en realidad tienen un significado. Por ejemplo, Fjälkinge es el nombre de una localidad de Suecia de apenas 1690 habitantes. Pero además de por nombres de lugares de esos países, también pueden encontrarse muebles y accesorios de Ikea con nombres de persona (por ejemplo, la línea Billy de oficina).

Este naming no responde solo a propósitos de marketing. También ha sido elegido debido a que Ingvar Kamprad, expresidente y fundador de la marca, es disléxico. De esta forma, puede recordar el nombre de los productos que se venden en sus tiendas.

El naming de Ikea no es una mera coincidencia

Esto es lo que podemos entender como verbal branding. Una forma de dar personalidad a la marca más allá del slogan, los colores o la imagen. Se trata de construir una identidad propia.

Basándose en esto, la empresa de publicidad Åkestam Holst preparó una campaña de brand naming para Ikea muy singular: renombrar los productos según los problemas cotidianos que solucionan a los consumidores. Por ejemplo, una lamparita de noche pasa a llamarse (solo en la campaña) mi hijo tiene miedo de la oscuridad, o un sofá cama ha sido renombrado como mi pareja ronca. Todo ello, encaminado a facilitar el que los consumidores se sientan más identificados con la marca Ikea y pasen a percibirla como la solución a sus problemas.

En definitiva, el naming es mejor dejarlo en manos de expertos para no incurrir en ningún riesgo que pueda afectar a la identidad de la corporación.