Cómo convertir el vino en agua

Celebrando el día internacional de la homeopatía

Guillermo Peris
El blog de Melquíades

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Hoy, 10 de abril, se celebra el Día Mundial de la Homeopatía en honor al nacimiento de su creador, Samuel Hahnemann. Aunque esta pseudoterapia no ha sido capaz de demostrar nunca su efectividad, aún cuenta con millones de seguidores en todo el mundo. Llevo tiempo intentando convencer a los usuarios de bolitas de azúcar de la inutilidad de estos productos, pero empiezo a ver que quizás no estaba haciendo las cosas correctamente.

A grandes rasgos, una discusión habitual con un defensor de la pseudoterapia X suele seguir este guion (con alguna variación en el orden de las frases):

(Yo) Pues ya te digo yo que X no funciona. La mayoría de los estudios publicados demuestran que no es mejor que el placebo, y un reciente metaanálisis… blablabla.
(Él) Mira, a mí no me hables de estudios científicos. Seguro que la mayoría están pagados por las farmaceúticas.
(Yo) Lo cierto es que si te fijas en los conflictos de intereses del artículo…
(Él) Yo lo único que te puedo decir es que a mí me funciona tomar X y que tuve una enfermedad que los médicos no me curaron hasta que fui a un X-ólogo.
(Yo) Ya, pero eso puede ser debido a muchas causas, como efecto placebo, regresión de la media, sesgos cognitivos…
(Él) ¡A MÍ ME VA BIEN!

Pero a veces ignoramos lo más básico: explicar en qué consiste esa terapia. Esto me ha pasado recientemente tratando de convencer a un consumidor habitual de productos homeopáticos:

(Yo) Pero, ¿tú sabes qué es la homeopatía?
(Él) Sí claro, son extractos de plantas medicinales.
(Yo) ¿No te estarás confundiendo con fitoterapia?
(Él) Pues…

Cuando le explique cómo se fabrican los productos homeopáticos se quedó perplejo. No sé si conseguí convencerle de que la homeopatía no es eficaz para ninguna dolencia, pero al menos le dejé con la duda.

Pese a que he dedicado varios artículos en mi blog a hablar de la homeopatía (por ejemplo aquí, aquí y aquí) lo cierto es que nunca he hablado sobre su fundamento. Supongo que se debe a que hay muchos artículos que ya se han dedicado a hacerlo, y de forma más clara de lo que yo lo pueda hacer. Aún así, me he animado a intentar explicarlo a los seguidores de mi blog, y si es posible combinando el rigor con un poco de humor. Si quieres una explicación más detallada y rigorosa, te aconsejo que te descargues de forma gratuita el libro de Arturo Quirantes sobre homeopatía que puedes encontrar aquí.

La que has “liao”, Samuel…

Empecemos. La homeopatía se basa en dos principios: Lo similar se cura con lo similar (similia similibus curantur) y el principio de dilución (cuanto más diluida está una sustancia, más potente). Originalmente, Samuel Hahnemann…

…un momento. ¿Por qué explicarlo yo si lo puede hacer mejor el nieto bastardo de Samuel Hahnemann?

Aunque en este vídeo de la Asociación Escéptica de Chile se cuenta con algo de humor la fabricación de productos homeopáticos, lo cierto es que la explicación se aproxima mucho a la realidad. Seguro que has entendido que en el matriz con la dilución de vino 30D no hay nada de vino. Lo mismo ocurre con las diluciones homeopáticas.

Te pondré un ejemplo. Una de las diluciones más habituales del preparado homeopático Arnica Montana (que suele prescribirse como analgésico y antiinflamatorio) es 30CH. No te quiero liar con la diferencia entre 30CH y 30D, basta con que sepas que mientras que en la notación D se diluye 1 parte de sustancia activa con 9 de agua, en la notación CH se utilizan 99 de agua, por lo que la dilución es mucho mayor. Pues bien, si quisiéramos hacer esta dilución de forma directa, y no paso a paso como en el vídeo, deberíamos llenar de agua una esfera con un diámetro de 150 millones de kilómetros (la distancia entre la tierra y el sol) y poner una única molécula en el centro de la esfera.

Hala, a ver si encuentras tu molécula aquí.

Después agitaríamos esta esfera y tomaríamos un sorbito para curarnos (o tomaríamos una bolita de azúcar bañada en ese agua). ¿Sinceramente crees que te vas a curar así? Piénsalo. Espero que ahora entiendas mejor la siguiente afirmación.

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Guillermo Peris
El blog de Melquíades

Aprendiendo a divulgar ciencia y desmontar pseudociencias. A veces escribo cuentos. Y a veces bailo. Cientifista (eso me dicen).