Divulgando la divulgación
Como ya he comentado en otras entradas, si me dedico a escribir un blog de divulgación científica y escepticismo es porque me divierte y aprendo al hacerlo. No negaré que resultan satisfactorias las manifestaciones de aprecio que recibo cuando algunos de mis seguidores leen mis entradas y que mi ego (cuya magnitud no me atrevo a ponderar) se enaltece cuando tantas horas de trabajo se ven recompensadas por un elevado número de visitas.
Cada cuál sigue en este mundillo los cauces que considera oportunos para promover su trabajo. No es mi propósito aquí el criticar procedimientos ajenos, sino más bien manifestar el mío propio. No considero que mi trabajo como (intento de) divulgador resulte imprescindible; hay excelentes divulgadores tanto en blogs, como en podcast de radio y vídeo. Por ello creo que aquellos interesados en leerme sabrán que publico algo nuevo cuando escriba alguno de mis (múltiples) tuits promocionando mis nuevas entradas o se encontrarán enlaces a mis artículos en mi página de Facebook. O puede que cuando alguno de mis lectores a los que haya gustado mi entrada compartan, sin coacción alguna por mi parte, un enlace a mi blog. Repito, estoy muy agradecido.
Por eso cuando publico nueva entrada en el blog no pido explícitamente con menciones concretas ni mensajes directos que la compartáis.
Por eso no bombardeo las listas de correo, grupos de Telegram, Whatsapp o Twitter avisando de que debéis leer lo que acabo de escribir.
Por eso evito escribir tuits con imágenes multietiquetadas (nunca lo he hecho).
Por supuesto, esto excluye a mis amigos más íntimos. Pero esos los puedo contar con los dedos de una mano y, en la medida de lo posible, también evito presionarles para que me lean. Aunque en ocasiones sí les pido ayuda para revisión.
Por entonar un mea culpa, quizás sí he insertado alguna vez un enlace a alguna de mis entradas en conversaciones de Twitter, pero siempre que viniera a colación.
Porque asumo que si os interesa lo que escribo (que podéis ser grandes amigos míos sin que dicho interés se manifieste) acabaréis enterándoos de mis nuevas entradas y –si tenéis tiempo, ganas y os interesa el tema– puede que las leáis. Porque asumo que todos mis seguidores y amigos tienen una vida y cosas más importantes (o, al menos, urgentes) que leer lo que escribo en el blog.
Si os ha gustado os animo a que lo compartáis con quien queráis. Y podéis hacer clic en el corazoncito que hay al final del artículo.
