‘¡A las armas!’, de Quique Peinado

Un manifiesto por el fútbol de toda la vida. Un alegato en contra de las multinacionales. La defensa del barrio que vio nacer al club franquirrojo. La historia viva del Rayo Vallecano.

El Buscalibros
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5 min readJan 20, 2016

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«Y por eso esta historieta futbolera de mi vida (o de mi vida futbolera) se verá salpicada por ideología, boxeo, historietas de mi barrio y algo de balompié. Estás a tiempo de cerrar el libro ahora».

Hay libros que atraen por su gran formato, otros por la gran historia que cuentan, algunos por su portada sugerente o por las ilustraciones que contienen… También los hay que, sin hacer mucho ruido, se cuelan en tu biblioteca para ofrecerte historias cotidianas, serias, incluso proverbiales, que te hacen reflexionar sobre aspectos de la vida que consideras más que trillados, por ejemplo, el fútbol.

¿Qué hay de nuevo en el fútbol? Siempre se dice aquello de «veintidós tíos corriendo detrás del balón». Un tópico para los que cada vez entendemos menos la vorágine consumista en que se ha convertido el balompié. Quique Peinado, autor de ¡A las armas!, recoge unas palabras del político catalán David Fernàndez i Ramos sobre el Barça con las que coincido plenamente: «y es verdad eso de que es más que un club; ahora en concreto es una multinacional». El fútbol ha perdido aquella magia de los sábados por la tarde o los domingos por la mañana cuando tu equipo favorito se jugaba no solo los tres puntos, sino el honor de ser vencedor, frente a otro equipo, en una lucha que, por lo general, estaba bastante equilibrada.

Ahora el fútbol se juega lejos de los terrenos de juego. Despachos, dinero, lujo, fama, drogas, política… Un combo de cosas que si bien antes existían y parecían inherentes al fútbol, ahora se agravan en una lucha permanente de egos, donde los orígenes del equipo se han perdido. Donde el aficionado lo es no por identificarse con su club y llevarlo en su corazón, sino por los títulos que gane. Un «aficionado de serie», como nos avisa Quique Peinado.

Y esto es ¡A las armas!, una reflexión sobre el fútbol a partir del equipo del barrio de Peinado: el Rayo Vallecano. O como a él le gustaría que se le llamara: la Asociación Deportiva Rayo Vallecano. Un manifiesto por el fútbol y por Vallecas sin ocultar nada, sin guardarse ningún sentimiento. El autor lo tiene claro: se siente orgulloso de ser de izquierdas y del Rayo. Las dos cosas le vienen de familia: su abuelo fue represaliado de la Guerra Civil y su padre se murió votando socialismo (cuando decir «socialismo» todavía quería decir algo); de lo del Rayo también tienen culpa sus padres: fueron de los primeros en animar a un joven equipo de barrio que jugaba en Tercera División.

El libro está distribuido en cinco partes: FAMILIA, BARRIO, POLÍTICA, ESTADIO y FÚTBOL. Siguiendo este esquema, Quique Peinado nos ofrece una visión personal de lo que es el Rayo Vallecano combinando no solo sus reflexiones, sino también los testimonios de personas que han sido algo en Vallecas o en el Rayo Vallecano. Hablo de Policarpo Díaz Arévalo, Poli Díaz, el «Potro de Vallecas», famoso boxeador de la España ochentera. O el Wilfred Agbonavare, «Willi», el mítico portero de aquel Rayo «matagigantes». Otros no son tan famosos: Manolo del Río es el gerente del gimnasio que hay en los bajos del Campo del Rayo Vallecano y de donde han salido, según Peinado, algunos de los más gloriosos boxeadores españoles. Él habla de que la «milla de oro» del boxeo patrio está allí, en Vallecas.

Un relato mundano con sorpresas, como las palabras que el propio autor recoge de David Fernàndez i Ramos, miembro de la independentista CUP, al parecer seguidor del Rayo y de Vallecas, al que describe como un barrio símbolo de la revolución social de este siglo. Contradicciones de la vida: David Fernàndez, cuyos padres eran una de Zamora y otro de León, es hoy un independentista catalán radical sin afición por un equipo de fútbol de Cataluña, y prefiere pasar el rato viendo al Rayo y mezclarse con los Bukaneros, la hincha franquirroja. Será, como el propio autor indica, que los lemas que vitorean los Bukaneros van más allá de lo estrictamente deportivo para marcarse himnos de carácter social y reivindicativo.

Los hitos de un equipo modesto como el Rayo Vallecano pasan por rememorar sus victorias contra los grandes. Sobre todo contra el más grande de la zona: el Real Madrid. Las dos temporadas seguidas en las que el Rayo consiguió vencer al todopoderoso Real Madrid están grabadas en la retina del autor como si fueran las finales de una Champions League. La épica de David contra Golliat hecha realidad.

Las agonías de un equipo modesto por mantener la categoría sabiendo que en ello le va hasta la existencia como club, son también parte del relato emocionado del autor cuando ordena su particular top five de emociones al límite.

Quique Peinado también critica a los antiguos y nuevos mandatarios del club de su barrio. Critica los cambios del nombre del equipo y del estadio que hicieron los Ruiz-Mateos cuando la matriarca del clan estaba en la presidencia del club. O que sea un inversor chino el que ahora regente su club a través de un «testaferro». Cosas del mundo actual, de la globalización capitalista.

Antes de concluir me gustaría dar dos pinceladas más. La primera es alabar a la editorial Libros del K.O. por tener la colección en la que se incluye este libro: «Hooligans Ilustrados». Una especie de biblioteca para los verdaderos aficionados al fútbol. Copio la entradilla que la propia editorial tiene en su web para presentar este catálogo:

«El fútbol hecho literatura. El alimento espiritual de fajadores y tuercebotas. La crónica sentimental de un escritor a través de los colores de su equipo de fútbol. Algo de épica y mucho barro. Recuerdos de infancia, amores adolescentes y ajustes de cuentas. Escaramuzas de patio de colegio y goles milagrosos desde el medio del campo. La champions y tercera».

La otra pincelada es sobre el autor. No os dejéis llevar por la falsa impresión de que este periodista y presentador de televisión maneja mal la pluma. Todo lo contrario, se le nota bien dotado del arte de la narrativa y cuenta las cosas tal y como las ve. Como un cronista de la realidad. Un periodista, vamos.

¡A las armas! es también uno de los cánticos preferidos de la hinchada vallecana, que, como este libro, nos anima a la revolución. Aunque yo me veo mayor para empezar a fumar petas y dejarme la voz en los estadios de fútbol, es cierto que ¡A las armas! ha despertado en mí la afición futbolera de mi niñez. Si queréis ver qué hay más allá de lo que aparece en los telediarios sobre el deporte, aquí tenéis una buena excusa, porque este libro toca todos los palos que rodean a un club: su barrio, su gente, su afición y su historia.

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