‘A propósito de las mujeres’, de Natalia Ginzburg

No son mujeres fáciles ni populares estas que Ginzburg nos muestra en estos relatos y, sin embargo, las comprendemos.

Fátima Casaseca
El Buscalibros
3 min readJun 5, 2017

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L a escritura de Natalia Ginzburg es traicionera. Parece trivial, indiferente, como si solo pasase por allí y se limitase a acariciar ligeramente la superficie de las cosas. Pero a medida que vas leyendo te das cuenta de que no es así. Ni mucho menos.

En sus textos, que arrastran al lector con suavidad, casi engatusándolo para que confíe, de pronto aparece una frase que lo cambia todo. Como un golpe en la cabeza, te aturde y te despeja al mismo tiempo, realzando los contornos de aquello que tenías tan cerca y que, por eso mismo, no te habías parado a mirar con atención.

En el artículo que precede a esta colección de relatos, dice Natalia Ginzburg que las mujeres somos una estirpe desgraciada e infeliz con muchos siglos de esclavitud a nuestras espaldas y que tenemos la malsana costumbre de caer en un pozo. Un pozo de melancolía, oscuro y profundo, del que no siempre sabemos salir, porque las mujeres pensamos mucho en nosotras mismas y lo hacemos de una forma amarga y febril que los hombres desconocen.

¿Tiene razón Natalia Ginzburg? Bueno, no hay más que leer los relatos que vienen a continuación. Son relatos A propósito de las mujeres, pero no todos en primera persona. En muchos de ellos solo las intuimos, de lejos, a través de la mirada de otros: un extraño, su marido, sus hijos.

Una mirada curiosa, porque a pesar de ella (o quizá precisamente por ella), Ginzburg consigue que veamos más allá. Son mujeres que se rebelan o no, mujeres que no saben si quieren a sus hijos, que se sienten culpables, solas, desorientadas, atrapadas o felices, que tienen una vida, la vida doméstica, esa tan aparentemente sencilla y, sin embargo, tan llena de matices y sabiduría.

En estos relatos, Natalia Ginzburg consigue apelar a la mujer que todas compartimos. Sin florituras, sin decirte que va a hacerlo. A traición. No son mujeres fáciles ni populares estas que Ginzburg nos muestra y, aun así, las comprendemos. Porque en ellas conseguimos intuir una parte de nosotras mismas, el pozo oscuro y amenazante que nos acompaña, como una sombra, a donde quiera que vayamos.

Leed a Ginzburg. Cuanto antes. Os cambiará la vida.

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Fátima Casaseca
El Buscalibros

Nadie se muere de esto (Sept. 2016 PRH DeBolsillo) y Una mamá española en Alemania (Planeta) mamaenalemania@gmail.com