‘Sapiens: De animales a dioses’, de Yuval Noah Harari

La historia de la humanidad como nunca nos la han contado, arrojando luz sobre su pasado, presente y futuro, con un tono fresco e interesante.

Blanco Humano
El Buscalibros
5 min readSep 9, 2016

--

«El dólar, los derechos humanos y los Estados Unidos de América existen en la imaginación compartida de miles de millones de personas».

Debo confesar que compré este libro por error. Acababa de leer la Historia de la filosofía occidental, de Bertrand Russell, y me apetecía repasar la historia general, que tengo un tanto abandonada. Esperaba un volumen que se limitara a contar, de forma lo menos aburrida posible, la historia de la humanidad, y me encontré con algo que sobrepasaba, con mucho, mis expectativas.

Titulado originalmente Sapiens: A Brief History of Humankind (Sapiens: Una breve historia de la humanidad, lo que a mi entender es un título más atractivo que el empleado aquí) es un éxito de ventas aclamado por la crítica, que incluso el creador de Facebook ha recomendado en su club de lectura. Su autor es un experto en historia medieval, doctorado en Oxford, que actualmente es profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Ha escrito varios libros y numerosos artículos, pero este es su primer éxito mundial.

Es cierto que De animales a dioses hace un recorrido por la historia de la humanidad, pero lo hace con una mirada nueva que nos lleva a sorprendentes conclusiones sobre lo que creíamos conocer. Cosas como que, probablemente, una de las primeras cosas que hizo el homo sapiens fue acabar con todos los demás homos con los que coexistió (para luego ponerse a exterminar sistemáticamente todos los demás grandes animales que se encontraba), que la revolución agrícola (pasar de ser cazadores-recolectores nómadas a dedicarnos a la agricultura y a la ganadería) seguramente no fue tan buena idea como parecía (llega a decir que quizá fue el trigo el que nos domesticó a nosotros en su propio beneficio), o que es fascinante que finalmente triunfaran las religiones monoteístas a pesar de que son inconsistentes en sí mismas y tienen mucho menos sentido que el politeísmo al que sustituyó (de hecho realmente lo que ha triunfado es un maniqueísmo mezclado con algo de politeísmo, a pesar de que las propias religiones lo nieguen). Pero no se para ahí. Dice que la mayoría de lo que conforma nuestra realidad es un «orden imaginario» (realmente no existen físicamente ni las empresas, ni los países ni, desde luego, el dinero). Habla de la tortura a la que sometemos a los animales en nuestro propio beneficio. Señala lo pacífica que es la humanidad actual en contra de lo que nos puede parecer (por la sobreexposición de la guerra en los medios). Trata de explicar las causas del machismo (no llega a ninguna conclusión satisfactoria, lo que en sí mismo es el mejor alegato contra el machismo; es más, señala el absurdo de la supremacía del sexo más fuerte en una especie que se caracteriza precisamente por el uso de la inteligencia). Habla de cómo la idea de progreso es algo totalmente moderno y de su relación con el capitalismo. Nos advierte de los peligros del libre mercado. Se plantea el problema de la felicidad y apunta al budismo como una solución a la permanente insatisfacción (en parte biológicamente determinada, pero favorecida por el consumismo necesario para el adecuado funcionamiento del sistema capitalista) del ser humano. Nos explica que vivimos en realidad en un imperio global y plantea una muy interesante reflexión sobre las formas en que evolucionar el ser humano en otra cosa (seguramente extinguiéndonos a nosotros en el proceso).

Encontramos perlas de sabiduría como estas:

«El consumismo nos dice que para ser felices hemos de consumir tantos productos y servicios como sea posible. Si sentimos que nos falta algo o que algo no va bien del todo, entonces probablemente necesitemos comprar un producto (un automóvil, nuevos vestidos, comida ecológica) o un servicio (…) Cada anuncio de televisión es otra pequeña leyenda acerca de cómo consumir determinado producto o servicio hará nuestra vida mejor».

«Para que funcionen, las personas que operan un sistema de cajones [burócratas] han de ser reprogramadas a fin de que dejen de pensar como humanos y empiecen a pensar como amanuenses y contables. Como todo el mundo sabe, desde tiempos antiguos hasta hoy, los amanuenses y contables piensan de una manera no humana».

«El orden americano consagraba [habla de la declaración de independencia] asimismo la jerarquía entre ricos y pobres. La mayoría de los americanos de la época no tenía ningún problema con la desigualdad causada por el hecho de que los padres ricos transmitían su dinero y negocio a los hijos. En su opinión, la igualdad significaba simplemente que las mismas leyes eran de aplicación a ricos y pobres. No tenía nada que ver con los beneficios de desempleo, la educación integrada o el seguro de enfermedad. (…) Quería decir [La libertad] simplemente que el Estado no podía, excepto en circunstancias inusuales, confiscar la propiedad privada de un ciudadano o decirle qué hacer con ella».

«¡Qué terrible sería pensar que mis seres queridos y yo podemos vivir para siempre, pero solo si no nos atropella un camión o un terrorista no nos hace volar en pedazos! Es probable que la gente potencialmente amortal no quiera tomar ni el más mínimo riesgo, y la agonía de perder un cónyuge, un hijo o un amigo íntimo sería insoportable».

¿Todo esto lo hace con el simple afán de ser controvertido? Bien, tengo que decir que, si era eso lo que quería, ha fracasado totalmente. En un mundo en el que una mala combinación de palabras en Twitter puede conseguirte fácilmente un linchamiento mediático, un libro que carga (al menos en parte) contra la Santísima Trinidad de occidente (Dios, Patria y Dinero) apenas consigue que un par de críticos sesudos alcen despectivamente una ceja. Tengo que decir que el simple hecho de que los masones, el grupo Bilderberg y los reptilianos no se hayan unido para quemar este libro y hacerlo desaparecer de la existencia discretamente, habla muy bien tanto de la humanidad como del propio libro (y quizá muy mal de las teorías conspiracionistas). Quizá algunas de sus conclusiones puedan parecer exageradas o no suficientemente fundadas, pero logran su objetivo de hacernos pensar.

¿Es un buen libro? Pues bien: yo lo leí hace un año y para esta reseña lo he vuelto a leer completo, subrayando frases, en unos cuatro días, y he disfrutado mucho en el proceso. Es un tocho de unas 450 páginas en mi edición (descontando índice y referencias bibliográficas) que habla de historia, política, economía, filosofía y genética (entre otras cosas). Lo hace de un modo ameno, pero a menudo riguroso y requiere un cierto esfuerzo mental por parte del lector (no es Teo va al parque, supongo que ya os lo imagináis). Sin embargo, en este libro hay sabiduría, y me parece que pocas obras merecerán tanto el esfuerzo para comprender un poco mejor el género al que pertenecemos: la especie humana.

De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad. Yuval Noah Harari. Traducción de Joandomènec Ros. Debate. España, 2014. 512 páginas. 23,90 euros. Comprarlo en Amazon.

--

--

Blanco Humano
El Buscalibros

Esta sección está pendiente actualización. Poco a poco, ¿vale? Sólo soy una persona, jó. Yo es que me indigno...