‘El balcón en invierno’, de Luis Landero

A veces podemos sospechar de las ideas de los autores, pero siempre concluyes que son tan humanos como cualquiera.

Pocas veces me he encontrado un libro que me recuerde una película. Y menos cuando una y otra no tienen absolutamente nada que ver, además, sus protagonistas no tienen nada en común, ni sus intereses se corresponden. Pero esto me sucedió con El balcón en invierno, del escritor extremeño Luis Landero, y la película alemana Good Bye Lenin.

La historia que nos propone Landero no es otra que el camino que lo condujo a convertirse en escritor, cuando en su casa apenas contaban con un libro. La pobreza intelectual y material se anteponía con la fuerza, el trabajo, el ingenio y la narrativa oral.

Es un relato del cual conocemos el final desde el principio. Como sucede con Estambul, de Orham Pamuk. Pero con sus elementos particulares que hacen de la historia algo único. Y es aquí donde me encontré el paralelismo con la película protagonizada por Daniel Brühl.

Mientras leía, observaba en el relato una cierta nostalgia por parte del autor por una época: el franquismo. Me inquietaba esa mirada por indulgente, por melancólica, incluso cariñosa. Cuando se trata del momento más oscuro de la Historia de España.

Sin embargo, conforme me iba introduciendo en esa Extremadura de pobreza y ese Madrid de extrarradio, comprendí que esa mirada era la misma que dirigía el Alex Kerner, protagonista de Good Bye Lenin, a la desaparecida República Democrática Alemana. No se trata de una nostalgia por esos regímenes totalitarios, ni por sus instituciones ni por las realidades que crearon. Sino que es el telón de fondo en el cual tanto Landero como Alex encontraron algo parecido a la felicidad. El primero a través de su camino hacia la escritura, el segundo, como dice la última frase de la película, porque esa Alemania desaparecida le devolvía el recuerdo de madre.

Entonces comprendí el valor del libro de Landero más allá de su historia personal. El comprender que la felicidad se puede encontrar incluso en los tiempos más oscuros. A pesar de que la Historia (con mayúscula) se meta en tu casa, en tus relaciones, incluso entre tus sábanas, el ser humano siempre tiene la capacidad de encontrar el camino para sobreponerse a la misma y transformar su propio destino, aun cuando parece que la realidad está en su contra.

No he leído nada más de Luis Landero. Pero esta propuesta, quizá la más personal, me parece un buen comienzo para emprender nuevas lecturas del autor. Y ojalá vuelva a cuestionarlo y vuelva a perturbarme. Porque de eso se trata leer, ¿no?

El balcón en invierno. Luis Landero. Tusquets Editores. España, 2014. 245 páginas. 17 euros. Comprarlo en Amazon.