‘Cómo ser Bill Murray’, de Gavin Edwards

Un divertido acercamiento a las increíbles historias que han convertido al actor y humorista en un fenómeno de internet.

Blanco Humano
El Buscalibros
5 min readOct 17, 2017

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Este no es un libro de autoayuda. Actualmente podemos encontrar un montón de libros que tratan de enseñarlos a ser mejores personas, más asertivas, más populares, más delgadas, más satisfechas de nosotras mismas o incluso todo a la vez. A pesar del título, este libro no pretende enseñarnos a ser Bill Murray porque es imposible. Es decir, Bill Murray solo hay uno y el puesto está ocupado ahora mismo (por Bill, precisamente). Y, sin embargo, es posible que, tomado en serio, este libro pudiera ser el mejor exponente de la autoayuda escrito nunca. Para empezar, está escrito como un libro de autoayuda. Tiene una serie de puntos para lograr fácilmente un objetivo totalmente inalcanzable (lo que, estaréis conmigo en que es lo que tienen en común todos los libros de autoayuda). Pero no solo eso. El personaje del que trata tiene ese tono burlón de sabio oriental que a menudo hemos visto en el cine (cuyo representante más conocido sería seguramente Yoda, a pesar de no ser precisamente oriental) y que parece tener el secreto de la sabiduría, la felicidad o, al menos, de cómo saber montar una buena juerga.

La figura de Bill Murray es bien conocida por cualquiera que no haya estado en una isla desierta los últimos treinta años, aunque solo sea por haber visto Cazafantasmas, Atrapado en el tiempo, o Lost in Translation (y espero sinceramente que, como mínimo, todas ellas). Lo que es menos conocido, o yo al menos no sabía, es que de un tiempo a esta parte una leyenda urbana se ha tejido a su alrededor en internet. Aparentemente, en un momento dado empezaron a circular versiones de una historia que, más o menos, venía a ser así: Alguien está comiendo patatas fritas cuando un desconocido mete la mano en su bolsa. Al mirarlo descubre que es ni más ni menos que Bill Murray en persona, que le guiña un ojo y le susurra: «Nadie te va a creer». En algún momento la historia se hizo tan grande y los testimonios tan frecuentes que preguntaron al propio Bill en una entrevista sobre ello.

«Me lo han comentado muchas personas — contestó — . Muchísimas. No sé qué decir. Seguramente haya una respuesta precisa, algo absoluta y perfectamente adecuado». Y añadió con una sonrisa: «Pero… madre mía, parece una locura, ¿no? Es demasiado raro. Delirante».

Ese, sin duda, es Bill Murray.

Este libro nos cuenta, de la manera amena y divertida habitual en los reporteros de Rolling Stone, la vida de Bill, el personaje, el actor y la persona, rodeada de un montón de anécdotas fantásticas de su vida, todas ellas minuciosamente documentadas por testigos de todo tipo, desde famosos deportistas a gente anónima de la calle. El personaje, sin duda, parece estar lleno de claroscuros, no se nos presenta como un hombre santo. Sin hacer excesivo hincapié en los aspectos oscuros de su personalidad, intuimos por ciertos detalles que es, sin duda, un sujeto de imprevisible trato cuanto menos difícil (sin ir más lejos, tras el rodaje de Atrapado en el tiempo, él y el director Harold Ramis, que habían sido amigos desde muy jóvenes — compartieron mochilas de protones en Cazafantasmas — , se pasaron veintiún años sin hablarse hasta que el hermano de Bill lo convenció para que fuera a despedirse de él poco antes de su muerte en 2014; Ramis había contado que nunca llegó a saber por qué Bill le había retirado la palabra, lo que le atormentaba). El libro, sin embargo, parece más interesado en contarnos el lado divertido de su personalidad y nos muestra a un hombre que logró la fama, la perdió y, lejos de hundirse en la depresión, decidió vivir la vida de una manera única y personal, como si fuera una gran fiesta. Es cierto que muchas de las bromas que gasta tienen gracia precisamente porque es un personaje público el que las hace (como aparecer en medio de la despedida de soltero de un desconocido o tapar los ojos a alguien en un semáforo y decir: «¿Quién soy?»). Pero, en líneas generales, es realmente refrescante ver como alguien decide tomarse a sí mismo a broma y, simplemente, disfrutar la vida.

En la parte final del libro se hace un repaso exhaustivo de la filmografía del autor que pueda ser una interesante guía para los que pretendan dar una oportunidad a las películas que no hayan visto de Bill. Mi consejo es simplemente que se vean tantas como sea posible. Sus actuaciones se convierten en un espectáculo muy impresionante cuando sabes que habitualmente improvisa sus diálogos sorprendiendo no solo a sus compañeros de reparto sino al propio director.

No creo que este libro me haga mejor persona ni que nunca me atreva a robar un coche de golf para ir de juerga con él o ir por ahí con un gorro de pescador, unos pantalones cortos y una camisa hawaiana, pero, de vez en cuando, ante situaciones complicadas de mi vida, me gusta preguntarme: «¿Qué haría Bill Murray?». No sé la respuesta, pero tratar de imaginarla siempre me divierte.

El libro es realmente divertido y se lee con facilidad. La edición de Blackie Books es tan buena como nos tienen acostumbrados (y esto no es en absoluto una sorpresa: hacen unos libros realmente preciosos). No puedo más que recomendar encarecidamente esta lectura.

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Blanco Humano
El Buscalibros

Esta sección está pendiente actualización. Poco a poco, ¿vale? Sólo soy una persona, jó. Yo es que me indigno...