‘El regreso’, de Alberto Manguel

¿Quieres saber qué se siente al caminar por un sueño? ¿Quieres recordar esa sensación? Manguel te lleva, acompáñale.

molinos
El Buscalibros
4 min readMar 31, 2017

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Nestor Fabris, argentino, vive exiliado en Roma. Lleva allí una existencia apacible, dedicado a la venta de antigüedades y con una vida anclada en sus rutinas y manías. Lo conocemos cuando se prepara para volver a su país, treinta años después, con motivo de la boda de su ahijado. Un chico al que no ha visto nunca y con el que no ha tenido nunca una relación cercana. Por ese motivo tiene dudas sobre el viaje. No quiere dejar sus rutinas y su cómoda vida, pero, por otro lado, en el fondo le apetece volver. ¿Qué habrá pasado después de tanto tiempo? El deseo y la curiosidad por lo desconocido y el miedo a abandonar lo cotidiano y seguro se presentan en un equilibrio que se decanta, finalmente, por el lado del viaje.

Al llegar al destino todo es conocido y extraño a la vez. Cercano y remoto. Reconocible y diferente. La ciudad le anima y le agota. Le provoca alegría y una amarga tristeza. Manguel, con su estilo corto y preciso, va dibujando el ambiente. El lector lo percibe sacando de un folio en blanco, con el carboncillo y la mano, las luces y las sombras de los lugares que Nestor va reconociendo y desconociendo al mismo tiempo. Una atmósfera irreal y onírica, como los grabados de Gustave Doré, se va creando alrededor de los pasos de Fabris y también de los pasos del lector. La sensación onírica se acentúa con cada encuentro de Fabris con su pasado, con cada reconocimiento por su parte de un paisaje, un edificio, una calle, un libro, un olor, un comercio, un nombre.

Con cada paso de Fabris, que no deja de caminar en todo el libro, y con cada frase que escribe Manguel la sensación de pasar de la realidad a un sueño se va acentuando. Igual que caemos dormidos, caemos a este sueño que en primer lugar parece amable, divertido, un viaje a la nostalgia de lo perdido y reencontrado en unas dimensiones espaciotemporales cargadas de la extrañeza de lo onírico, pero que va poco a poco transformándose en un sueño inquietante, cansado. Una experiencia pegajosa de la que queremos salir porque ya no estamos cómodos, porque al principio lo que nos acogía era mayor que lo que nos extrañaba, pero llegados a un punto de la caminata de Fabris el peligro subyacente parece tomar la iniciativa convirtiendo la extrañeza en pesadilla, en una de esas raras transiciones que tienen los sueños . Ya solo queremos, nosotros y Fabris, escapar. No hay monstruos, no hay fantasmas, pero la realidad del sueño nos aterroriza por todo lo que tiene de posible.

«Después, cuando supe que te habías ido, solo pedí que cuando estuvieses solo, te vieras obligado a repetir mi nombre, en cualquier lugar que estuvieses, desesperado. Que por más lejos que te fueses, te persiguiera mi recuerdo. Que cuando la muerte te alcanzase, mi sombre siguiera persiguiéndote. Y que cuando yo murieses, la historia de tu desdicha me llegase al fondo de mi tumba, para oírla».

Nestor Fabris vuelve para hacerse perdonar, para recuperar lo que dejó esperando que quede huella de lo que él hizo y se encuentra con un presente afectado por el pasado y por sus acciones. ¿Es un sueño o es la realidad que no quiere ver?

Podemos huir de la realidad, correr lejos física y mentalmente de aquello que nos aterroriza, que nos asusta, que nos sobrepasa, pero no podemos escapar de nuestros propios sueños en los que habita todo lo que recordamos, lo que creemos recordar, lo que no sabemos que recordamos, lo que imaginamos, lo que jamás nos atreveríamos a pensar conscientemente y lo que no queremos recordar. Huir de la realidad, como hizo Nestor Fabris al marcharse es fácil. Escapar del sueño de la realidad posible y probable es imposible, escapar de nuestros errores y lo que significaron sólo se logra despierto, nunca dormido, por eso El regreso es una lectura que se te queda pegada como esos sueños adherentes, que al despertar por la mañana se paladean en la boca durante horas y días por todo lo que de realidad contenían en ellos.

El regreso es un relato enorme en su dimensión editado por Navona en una edición pequeña y manejable porque es una historia para tener a mano.

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