Los estómagos, de Luna Miguel

Un poemario desgarrador y visceral que reflexiona sobre la enfermedad, sobre la alimentación y sobre nuestro estómago como el centro de todo.

Inma Herencia
El Buscalibros
3 min readJun 2, 2016

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No recuerdo exactamente la primera vez que leí uno de sus versos, cómo llegué hasta ella. Lo único que sé es que desde entonces quedé enganchada. La poesía de Luna Miguel te atrapa, a veces te mece, a veces te araña, siempre deja poso, se queda latiendo en tus pensamientos y en tus entrañas.

Luna Miguel es una de las voces más interesantes dentro de la poesía española actual. A sus veintitantos años ha escrito varios poemarios como Estar enfermo, Pensamientos estériles o La tumba del marinero. Y es que Luna tiene mucho que decir y no piensa cortarse a la hora de hacerlo. Algo de lo que me alegro profundamente. Ha publicado hace poco El dedo, un ensayo sobre la masturbación femenina que estoy deseando leer. Pero vayamos al volumen que nos ocupa: Los estómagos.

Decir algo de este brutal poemario es una tarea harto difícil. Imposible hacerle justicia. Imposible encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sus versos provocan. Y es que la poesía es el lenguaje de las emociones, de los sentimientos. Un don que solo algunos poseen: los poetas. Y tratar de explicarlo o definirlo es casi desvirtuarlo, porque los poemas se explican por sí mismos. Pero no podía dejar de hablar de este libro.

Los estómagos es un poemario en el que la autora quiere hablar de su relación con el vegetarianismo, de cómo lo que comemos afecta a lo que somos, una reflexión sobre nuestra alimentación y sobre nuestros estómagos, como bien reza el título.

«Aprendimos a amar frigoríficos repletos de piel».

Pero el estómago es mucho más. No es solo una parte física de nuestro cuerpo con la que hacemos la digestión. Es también donde anidan los nervios, donde se forman los nudos. Donde todo sucede.

«Todo está entre el pecho y la vagina (…)
De qué manera podríamos definir el vientre.
De qué manera
la caja torácica esconde otra materia gris. El
estómago
está entre el pecho y la vagina. Más lejos o más
cerca que los nervios. Más lejos o más cerca
que el amor de la mascota
».

En este poemario tan visceral y corpóreo entra de repente, como un elefante gigante, la enfermedad. Y entonces la autora traza un impresionante paralelismo entre el hecho de que el ser humano consuma otros animales para sobrevivir, y el cáncer, que no es más que nuestras células comiéndose a sí mismas.

«Pones agua a hervir pero hierves tú. La araña
atrapa a la cucaracha y le hace un vestido de
huesos blancos
».

En Los estómagos hay dolor, hay enfermedad, pero también hay esperanza, una luz al final del túnel que, aunque tenue, resplandece. La escritura de este poemario coincide con la enfermedad de la madre de la autora, por ello el cáncer está tan presente a lo largo de todo el libro. Y por ello hay tristeza. Una búsqueda de respuestas, esa búsqueda que todos hemos emprendido alguna vez: cómo afrontar el dolor inmenso de la enfermedad de un ser querido, cómo sobrellevarlo, cómo sobrevivir, en definitiva.

«La tristeza ya no es bonita, es solo tristeza y
por eso hablamos con frases breves y oraciones
tiernas.
¿Salvará la ternura a los enfermos?
».

Al final de este libro, dividido en cuatro capítulos, hay un anexo precioso. Una carta de despedida dedicada a su madre que conmueve, que pone la piel de gallina.

«Ana,
yo me quedo en buenas manos. Yo me quedo en
buenas voces y con miles de gargantas
».

No puedo más que recomendaros que os acerquéis a Luna, que la descubráis. Su poesía es franca, está cargada de crudeza, pero también de sensibilidad y de belleza.

Los estómagos. Luna Miguel. La Bella Varsovia. España, 2015. 84 páginas. 9,50 euros. Comprarlo en Amazon.

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Inma Herencia
El Buscalibros

Cordobesa asentada en Madrid. Amante del cine, de los buenos libros y de la tranquilidad. Coleccionista de marcapáginas. A veces hago fotos.