‘Eva’, de Arturo Pérez-Reverte

Sexo, algo parecido al amor, dinero, barcos, la URSS y Tánger en la segunda entrega de la serie Falcó de Pérez-Reverte.

ruizmaso
El Buscalibros
5 min readSep 19, 2019

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Quien abre un libro de Arturo Pérez-Reverte sabe qué se va a encontrar de antemano. Es probable que encuentre barcos y mares, la pasión confesa del autor; seguramente el lector también encuentre Historia, pues hay cosas que reprochar al autor, pero nunca en la documentación: el estudio histórico de la escena donde se plantea la acción es siempre impecable, minucioso e inteligente; sin duda habrá amor, o algo parecido a eso… lealtad, amistad sin pedir nada a cambio, relaciones personales profundas, viejas en ese sentido; y acción, en pequeñas o grandes dosis, pero siempre acción.

Pues ya os he hecho spoiler, porque esto es lo que podréis encontrar en Eva: una aventura de Lorenzo Falcó, la segunda entrega de esta saga creada por Pérez-Reverte ambientada en la Guerra Civil española y que recrea las aventuras de Lorenzo Falcó, un espía al servicio del SNIO (Servicio Nacional de Información y Operaciones), aparato de la inteligencia del bando franquista durante el enfrentamiento con la II República española entre 1936 y 1939. Al igual que la primera entrega está publicado por Alfaguara en edición de tapa dura.

En esta ocasión la escena discurre en Tánger, que en el año 1937 disfrutaba del estatus de Zona Internacional de Tánger en un condominio internacional que la convirtió en una ciudad multicultural y abierta a Europa y a África. Allí, amarrado en uno de sus muelles, permanece atrapado el buque mercante Mount Castle, ondeando la bandera republicana y guardando en su interior parte del Oro de Moscú. Acosado por el destructor franquista Baleares, el Mount Castle se había visto obligado a atracar en zona neutral en su camino hacia el Mar Negro, donde se haría la entrega de una buena cantidad de oro procedente de las reservas del Banco de España en pago por los servicios prestados por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) al bando republicano en la guerra fratricida contra el fascismo que representaba Franco.

A Falcó le toca, como siempre, «bailar con la más fea» e intentar llegar a una solución, pacífica o no, para que el Mount Castle decida entregar el oro al gobierno de Franco antes de un previsible desenlace que dé con los huesos del mercante en el fondo del Mediterráneo. Una situación compleja y difícil de resolver desde el inicio, aunque un mediador del tamaño de Falcó hace siempre abrigar esperanzas de un aventura llena de giros que hagan las delicias del lector.

Sin embargo, desde mi punto de vista, este es uno de los puntos flacos de la obra. Pérez-Reverte controla a la perfección todas las técnicas narrativas, casi se podría decir que hay veces que se «regodea» en ello, y es por eso que, a mi entender, con tanta floritura (y perdonen la expresión) la trama no desemboca en ningún sitio. La acción está dispersa a lo largo de toda la obra, lo que hace mantener la tensión lectora, y eso está bien porque siempre hay una excusa para engancharse al libro, pero, pasado ese impulso inicial, de nuevo el lector se hunde en una lectura demasiado descriptiva, con continuas idas y venidas espaciotemporales por la vida del protagonista que pocas veces aportan algo interesante a la acción en curso. Mi sensación final es que, si bien la trama parece rodar sola, el final me ha parecido soso y desconsoladamente previsible.

Por otra parte, algunos personajes, como Garrison, quedan levemente bosquejados, como en una penumbra que parece augurar un papel relevante y que finalmente se emborronan en esa penumbra para ni siquiera tener una frase que decir. Me estoy imaginando a un director de cine interesado en llevar la obra a la gran pantalla. Y me lo imagino haciendo el guion y cargándose a personajes de este tipo. Y también me imagino luego las críticas, pésimas, como en la mayoría de las adaptaciones cinematográficas de las obras de Pérez-Reverte (o por lo menos a mí me lo han parecido).

Falcó, a la vez apuesto que mujeriego y chulo, también es un tipo peligroso, pero el autor se entretiene demasiado en hablar de sus facultades para la muerte para después tener errores inesperados para el lector tras describirlo como una máquina de matar. Es en este punto donde se puede hablar de su relación con Eva Neretva (antes Eva Rengel), la espía rusa que en el primer episodio de esta saga se transformó en una falangista para hacer fracasar la misión de sacar a José Antonio Primo de Rivera de la cárcel y que, por supuesto, también tuvo su aventura amorosa con Falcó.

Eva, descrita como solo Pérez-Reverte sabe describir a las mujeres, es decir, como si fuera un hombre, es el objeto de deseo más prohibido y por eso más ansiado de Falcó. Un amor entre la locura y lealtad por ser de la misma profesión que termina como la obra: sin saber muy bien qué ha pasado. Se anuncia con grandes rótulos y, durante toda la obra, Eva va apareciendo como a trazos, en pequeñas dosis, para un fin de fiesta que deja de nuevo todas las puertas abiertas para una tercera (y cuarta o quinta) parte de la saga.

Pero sí. Eva: una aventura de Lorenzo Falcó me ha gustado. Parece sorprendente después de esta crítica, pero soy un poco (bastante) fan de Pérez-Reverte desde mi pubertad. Y hasta me sabe mal criticarlo, porque la obra está perfectamente construida, narrada y documentada. Una delicia, vamos. Por eso, y a pesar de esta crítica, medio-buena, no dudo ni dudaré en recomendarla.

Eva. Arturo Pérez-Reverte. Alfaguara. España, 2017. 400 páginas. 12,95 euros. Comprarlo en Amazon.El Buscalibros es un proyecto comprometido con la difusión de la literatura. Nuestro objetivo es crear un santuario online para lectores, sin publicidad y sin barreras, gratuito para todos. Pero no podemos hacerlo sin ti. Cada vez que pinchas en alguno de los enlaces de compra en Amazon (como este), y compras cualquier producto en su plataforma (sea un libro o no), recibimos una pequeña comisión que nos ayuda a poder mantener activa la web.

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ruizmaso
El Buscalibros

Profesor de enseñanza secundaria, escribo en @elbuscalibros @ruizmaso