‘La filosofía no da la felicidad… ni falta que le hace’, de Roger-Pol Droit

¿Es la felicidad una nueva y sofisticada forma de totalitarismo? Lectura interesante y amena, tan profunda como el lector quiera permitirse.

Lucía Lab
El Buscalibros
3 min readFeb 24, 2017

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Hoy en día, el que no es feliz es porque no quiere. Así nos lo gritan miles de anuncios de gimnasios, comida baja en calorías, ropa fitness o gafas de sol, además de todas las fotos de tus amigos, conocidos y completos desconocidos a cuya felicidad también asistes a través de tu pantalla. ¿Que no te sientes satisfecho con tu vida? Es evidente que algo estás haciendo mal, porque la felicidad está al alcance de cualquiera. ¿Es que no ves lo felices que son todos?

Este ensayo es una crítica a todos los «filósofos de la felicidad» que dicen tener la ansiada fórmula para la plenitud del alma, conocer las claves que te llevarán a la dicha eterna, el «secreto de la vida». Hablando en plata, estamos ante un «antiPaulosCoelhos». El libro de Droit desmonta los falsos mitos establecidos en torno a filosofía y felicidad y reflexiona sobre la relación entre ambas: ¿qué entendemos por felicidad? ¿Todo el mundo quiere ser feliz? ¿Da la sabiduría la felicidad? ¿De qué depende encontrarla? Para ello el autor nos explica cómo ha variado desde el principio de los tiempos nuestro concepto de «ser feliz», así como los elementos que han condicionado dichos cambios, como la religión y la ciencia.

En la Antigüedad se entendía que la felicidad dependía en gran parte del azar. Pero a día de hoy parece que nuestra felicidad está condicionada por nuestra capacidad de eliminar el «factor suerte» de nuestras vidas y minimizar todo riesgo de contingencia. Es decir, que lo que se lleva hoy es cómo pasarlo lo mejor posible sin esforzarse o sufrir demasiado: una felicidad sin ideales, sin trabajo, sin sufrimientos y sin horizontes.

Vamos, que podría ser que la felicidad que nos intentan vender (y que tanto deseamos comprar) no es más que una vida en perenne estado de insípida placidez que pone el bienestar por encima del bien:

«Sin sobresaltos, sin tensiones, sin conflictos… Cuando por fin seamos sobrios, sanos, esbeltos y serenos, también seremos felices […] ¿o bien, finalmente, todos seremos esclavos de una misma representación de la existencia humana desengrasada, desapasionada, desfigurada?».

La felicidad no depende exclusivamente de uno mismo, y filosofar sobre ella al módico precio que se nos pide por un libro, un coach personal o una crema anticelulítica no va a convertir nuestra vida en un muro de Instagram. ¿Es la felicidad una nueva y sofisticada forma de totalitarismo? ¿El mejor negocio del siglo XXI? ¿Estaremos construyendo nuestra propia jaula para protegernos de los riesgos inevitables de la vida? Estas y muchas otras cuestiones que no quiero mencionar para no destripar el contenido son las que plantea Droit. En definitiva, una lectura muy agradable, interesante y entretenida, con reflexiones tan profundas como el lector esté dispuesto a plantearse.

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Lucía Lab
El Buscalibros

Profesora y periodista. Viajera y lectora insaciable. Siempre llevo conmigo una libreta para garabatear.