Horchata Magazine
La revista perfecta para pasar un rato de paz, echar unas buenas risas y aprender algo.
Las revistas son el equilibrio perfecto entre el periodismo y la literatura. Son la combinación de un arte y un oficio que han difuminado sus diferencias con el paso del tiempo, hasta no saber distinguirlas. El formato les permite convivir e incluso mutar en uno u otro sentido. Quienes reconocen en las revistas estas capacidades saben que el riesgo de publicar vale la pena.
Porque las revistas, por más que se las condene a la desaparición, son un símbolo de la resistencia. La resistencia de la escritura. Pero no la de largo aliento que aparece en las novelas, ni aquella fugaz impresa en los diarios. Hablamos de la escritura en todos los sentidos, la escritura al servicio de contar, la escritura como forma de comunicación, la escritura como placer: las revistas tienen espacio para todas. También es el símbolo de la resistencia de las imágenes silenciosas que encienden el motor de los cerebros, esos que a veces se quedan sin palabras para explicarse una fotografía o una ilustración.
En estos tiempos de crisis las revistas levantan su mano herida para llamar nuestra atención. Es así como nos alegramos de conocer una publicación como Horchata Magazine. Como su nombre indica, tiene un carácter absolutamente valenciano y mediterráneo: es, como sus creadores la definen, una publicación fresca.
Su mayor característica es su indefinición, dicho en el mejor de los sentidos. Es decir, es imposible encasillarla en un tipo de revista. Porque lo mismo te encuentras un poema que una receta o una guía para hacer tus propias ilustraciones o sobre quiénes integran las diversas tribus alimenticias de los últimos tiempos. Todo hecho y presentado con mimo y calidad.
Cuenta con una gran potencia visual que se explica en la última página. De los diecinueve «colaboradores horchateros» que aparecen en el directorio, diez son ilustradores. Y eso se nota. Quizá en gran parte se debe a un cuidado trabajo de edición que permite al lector deleitarse con las imágenes que, a pesar de salir de diferentes manos, logran una cohesión que dan personalidad a la revista.
De la misma manera el tono sarcástico se conjuga de manera natural con la narrativa más rigurosa o los falsos horóscopos que te arrancan más de una carcajada. Seguramente, como sucede con todo, el paso del tiempo los guiará por uno u otro camino. Encontrarán la mejor voz que les permita expresar ideas diversas. Tal vez lo mismo suceda con las ilustraciones. Sin embargo, esto no es algo malo en sí, al contrario. Es parte de un desarrollo natural que, en muchas ocasiones, debe seguirse para seguir vigentes a través de un público cautivo. Ya se sabe que los modelos mueren, porque solo los procesos continúan.
Por eso las revistas como Horchata siguen en pie de guerra (o de guerrilla), porque han sabido adaptarse a los nuevos tiempos, porque saben que la tecnología es un medio y no un fin, porque reconocen que entre tanta modernidad todavía hay quien busca la paz del papel para palpar un rato la tranquilidad en un café o en el asiento del metro.
Las revistas se abren como brazos abiertos al lector. Siempre ponen su mejor sonrisa y suelen ir vestidas de gala. Horchata es un poco más austera, pero todo lo hace con tal naturalidad que cuando te das cuenta te la habrás terminado y solo queda el sonido de la pajita en el vaso vacío.
Horchata Magazine. 6 euros. Puedes comprarla online o en cualquiera de estos puntos de venta físicos.
