Juan Arcones: «Uno siempre que monta un proyecto espera que sea exitoso. Si no, no lo monta»

Uno de los escritores más influyentes en redes sociales nos habla del proceso creativo que se esconde tras sus obras.

Fernando De La Calle Medrano
El Buscalibros
6 min readMar 24, 2017

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Hace tiempo que sigo muy de cerca el trabajo de Juan Arcones, un joven escritor madrileño autor de obras como Dextrocardíaco, Eterno amor adolescente o Komorebi, su trabajo más reciente con la editorial Hidroavión.

Sin embargo, su interés por el arte no se limita únicamente a la escritura. En 2012 lanza Holden, un cortometraje rodado en París, haciendo uso de sus conocimientos adquiridos en la New York Film Academy (New York) para, solo cuatro años después, alcanzar el éxito con una adaptación de su primer libro en el Teatro Lara de Madrid.

Pero ¿qué hay tras el verdadero Juan Arcones?

Empecemos por ‘Dextrocardíaco’, tu primera obra en el mercado y que tanto éxito ha cosechado tanto en el ámbito literario como artístico. ¿Cómo surgió la idea de escribir sobre un tema todavía tabú para muchos como es el mundo LGTB?

No es que me surgiera la idea de escribir sobre el mundo LGTB. Simplemente, decidí escribir una historia, no pensé más allá. No me planteé nada sobre el mundo LGTB ni ninguno en particular. Quería contar una historia, lo más real y cercana posible.

Hay quien piensa que el libro llega a tener ciertos rasgos autobiográficos en algunos personajes. ¿Cuánto de Juan Arcones hay en cada uno de ellos?

Cada personaje tiene un trozo de mí, pero Marc es el que más se asemeja a mí.

¿Cómo fue el proceso de adaptación de la obra al teatro? Búsqueda de actores, local, redacción del guion…

Tuve la gran suerte de que el dueño de la sala Nave73 había leído Dextrocardíaco y le había encantado. Me dijo que cualquier obra que quisiera, cualquier texto… que la sala era mía, así que confianza cien por cien. Los actores… eso ya fue más complicado. Alba Fontecha estuvo desde el principio. Y Brays Efe casi también. Encontrar a un Marc adecuado ya fue una tarea más titánica. ¡Estaba haciendo de mí! Y eso es difícil de encontrar.

En cuanto al guion… bueno, lo bueno de Dextrocardíaco son las reflexiones del protagonista, pero no quería llenar la historia de monólogos aburridos… así que di con la clave: que los amigos fueran las voces del protagonista, su mente, sus recuerdos… algo así como un inside out… y funcionó.

Teniendo en cuenta la buena acogida que tuvo ‘Dextrocardíaco’ entre los lectores, ¿esperabas tanto éxito con la obra de teatro?

Bueno, uno siempre que monta un proyecto espera que sea exitoso. Si no, no lo monta. ¿Que lo iba a ser tanto? Tenía mis sospechas (se ríe), el material era muy bueno. A ver, la verdad es que pensé que todo se quedaría en Nave73. Que nos llamara el Lara fue algo que nadie esperaba.

Tras ‘Dextrocardíaco’ llegó ‘Eterno amor adolescente’, un proyecto diferente a lo que nos tenías acostumbrados y en el que trabajaste mano a mano con Sanz i Vila. ¿Cómo nació esta colaboración?

Nació en un hospital. Yo acababa de ser operado de apendicits y me aburría como una mona en la camilla de mi habitación. Hacía tiempo que Pau y yo éramos amigos y a ambos nos gustaban nuestros respectivos trabajos, así que, una tarde de aburrimiento supremo, hablando por WhatsApp, dijimos: «Oye, ¿y por qué no hacemos algo juntos?». De hecho, el primer nombre que barajamos para el proyecto era Apendicitis.

Imagino que tendrás en mente más colaboraciones que te gustaría llevar a cabo con gente a quien admires y de la que sigas su trabajo. ¿Alguna colaboración pendiente que te gustaría llevar a cabo si te diesen la oportunidad de hacerlo?

Pues la verdad es que no te sabría decir. No quiero pecar de flipado, pero las colaboraciones, lo bueno que tienen, es que salgan de una forma orgánica. Así que me encantaría colaborar con mucha gente, pero prefiero callar por ahora (se ríe). El misterio del escritor.

Tu último trabajo, ‘Komorebi’, nos muestra un Juan Arcones mucho más sensible a través de una historia que nada tiene que ver con el resto de tus obras. ¿Temiste en algún momento que el público que te sigue, y que está acostumbrado al otro Juan Arcones, no acogiese todo lo bien que esperabas está nueva faceta?

Sí, claro que lo temí. Pero tengo ese temor con todas las cosas que hago, así que me lo tomo con filosofía.

¿Cómo fue ponerse en la piel del protagonista de ‘Komorebi’? ¿Fue sencillo encarnar a un niño pequeño y, sobre todo, plasmar la inocencia característica a esa edad en papel?

La gente lo ve como algo muy complicado, pero, no sé, creo que si tienes una buena historia, puedes ponerte en la piel de cualquier personaje.

Todos tus libros tocan, de una forma u otra, temas que pueden llegar a generar exclusión social. ¿Qué opinas sobre ello y cuánto de cerca lo has vivido a lo largo de tu vida?

Yo, por suerte, no he vivido nunca etapas de exclusión en mi vida (salvo ciertos episodios en el colegio, pero por suerte quedaron muy atrás). ¿Qué opino? Pues que se necesita mucha más educación… no solo en este país, sino en el mundo en general. El hombre teme lo que no entiende, lo que es diferente. Hay que cambiar el concepto.

‘Dextrocardíaco’, ‘Komorebi’ y ahora ‘Basoréxico’, secuela de tu primer libro en el que estás trabajando actualmente. ¿De dónde viene tu gusto por las palabras raras? ¿Es interés por ellas o puro marketing?

Me gusta que las palabras tengan un significado extra, que haya algo más. Un secreto escondido. Supongo que por eso me gustan.

Como ya he mencionado, actualmente te encuentras trabajando en una secuela de ‘Dextrocardíaco’ que se publicará este mismo año. ¿La tenías en mente cuando escribiste la primera parte o ha sido algo totalmente inesperado?

Cuando escribí la primera parte… cuando la escribía no. Cuando la terminé… tampoco. Pero me gusta hacer una secuela, sobre todo porque Dextrocardíaco dejó muchas secuelas en el protagonista. Era algo inevitable.

Me consta que en el proceso de creación de este nuevo libro estás haciendo partícipe a los lectores a través de las redes sociales. ¿Qué papel crees que juegan actualmente ese tipo de redes sociales para con toda esa gente que, de alguna forma u otra, se dedica al mundo de la escritura, el cine, el teatro…?

Un papel muy importante. Sin ellas, yo no estaría donde estoy, lo más seguro. A la gente le encanta sentirse partícipe de algo, de un proyecto, de un reto, de un algo mayor. Es la gracia. De lo ajeno hacemos lo propio.

¿Tienes algún referente a la hora de escribir? ¿Algún autor que te haya marcado por su estilo o atmósfera literaria?

Soy muy raro para eso. Todo lo que leo (o veo) me marca de una forma u otra. Puedo pasar de leer Los renglones torcidos de Dios a El guardián entre el centeno, o Philip K. Dick y Pesadillas, pasando por Las ventajas de ser un marginado. Puede que mi referente para crear a mis protagonistas sea El talento de Mr. Ripley, pero quién sabe.

Imagino que, como para la mayoría de los que escriben un libro, no fue sencillo publicar tus obras y en cambio ya lo has conseguido con varias editoriales. ¿Cómo fue ese proceso de búsqueda de editoriales interesadas en publicar tus libros una vez terminados?

Aburrido, agotador, pero excitante… y frustrante. Todas las emociones en una sola.

¿Cuánto de Juan Arcones nos queda por ver en los próximos años? ¿Algún proyecto nuevo en mente?

Pues espero que mucho, pero mejor centrarse en Basoréxico, que queda mucho aún.

Vamos a lo realmente importante…

¿Lucas o Marc?

Diego.

¿Fantasía o realidad?

Realidad fantástica.

¿Día o noche?

Noche.

¿‘Grease’ o ‘La La Land’?

Grease.

Si pudieses viajar a cualquier punto del Universo, ¿dónde irías?

Donde estoy.

¿Solo o acompañado?

50–50.

¿Invisibilidad o teletransporte?

Teletransporte.

Un libro.

El talento de Mr. Ripley, de Patricia Highsmith.

Un autor.

Kerouac.

Una película.

El apartamento.

Un sueño por cumplir.

Ganar un oscar.

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Fernando De La Calle Medrano
El Buscalibros

Químico y escritor. Madrid. Autor de libros como "Alexitimia: la imposibilidad de decir te quiero" y "Mochilas de papel".