‘La puerta’, de Magda Szabó

La historia de la relación entre una escritora y su criada, un personaje memorable. Una novela llena de símbolos. Imprescindible.

Esta novela arranca con un principio deslumbrante, el sueño pesadillesco de la protagonista, y ya desde la segunda página nos desvela el final de la historia:

«He vivido con valentía hasta ahora y espero morir así, con coraje, sin mentiras, y para ello es necesario que declare de una vez por todas que yo maté a Emerenc. Yo quería salvarla, no destruirla, pero eso no cambia nada».

La puerta es la historia de Emerenc, o mejor dicho, la historia de la relación entre Emerenc y la narradora, una escritora perseguida por el régimen comunista húngaro durante años, finalmente reconocida con un premio nacional y que solo al final la autora nombra como Magda; una mujer cultivada, sensible, que necesita el tiempo para crear y que explota su talento con mucho trabajo y esfuerzo. Emerenc es su criada, que la ayuda a gobernar su vida doméstica y que se convierte en el sostén que le permite crear.

La relación entre las dos mujeres es una extraña relación que viene marcada por la personalidad de Emerenc, un personaje inolvidable. Una mujer brusca, primitiva, áspera, encerrada en sí misma, para la que el mundo se divide entre «los que barren y los que ordenan barrer». Una mujer mutilada de afecto, incapaz de darlo y recibirlo, porque si ama a alguien entonces queda en deuda, y ella quiere vivir en su independencia, sin ataduras de ninguna clase. Emerenc hace, sin embargo, por el prójimo mucho más que los bondadosos de libro, aunque lo suyo es puro instinto animal. Emerenc vive la vida que le ha tocado vivir y no trata de cambiarla, de disfrazarla, de atenuarla. Ella está entre los que barren, sin querer salir de allí porque allí es donde está su verdad.

Emerenc vive con sus gatos en el apartamento reservado a la portera de un edificio del que se ocupa como conserje. No deja entrar a nadie en su casa, y recibe a sus vecinos y conocidos en la antesala. Una vez traspasada esa puerta, todavía hay otra que solo un policía amigo franqueó una vez, cuando Emerenc era todavía joven, y que guarda su secreto como el cura que guarda la confesión de un feligrés. Magda tendrá el privilegio de franquear la primera puerta de la casa de Emerenc, «soporte que sostiene su existencia y el aura mítica que la envolvía».

Como decía arriba, el libro empieza desvelándonos el final, aunque el auténtico final del libro es otro: cuando se nos revela lo que hay detrás de la puerta de la casa de Emerenc, un final lleno de simbolismo y de inteligencia. El relato de la relación entre Emerenc y Magda, una relación compleja que traspasa, sin hacerlo, la puerta de la intimidad, una relación de amor y respeto, también de lealtad, una relación entre dos mujeres antagónicas a las que une la necesidad de la una con la otra.

Amigos, he leído una novela extraordinaria. Una prosa que te bebes, una maravillosa creación de personajes, de ambientes y de construcción de la historia, una estructura que le viene como anillo al dedo y una magnífica gestión de las voces. Literatura de primera clase. La puerta, de Magda Szabó. Leedlo, es una orden.

La puerta. Magda Szabó. Traducción de Márta Komlósi. Editorial Debolsillo. Barcelona, 2016. 313 páginas. 9,95 euros. Comprarlo en Amazon.