10 libros sobre Londres

Por molinos y Elena Rius

El Buscalibros
El Buscalibros
9 min readSep 27, 2016

--

De los tradicionales empleados de la City con bombín y paraguas a las muchedumbres de todas las razas y vestimentas que deambulan un día cualquiera por Notting Hill; del Londres monumental y patricio — la columna de Trafalgar Square, la Torre, el palacio de Buckingham — a los bloques de viviendas sociales de Brixton o Peckham; de las elegantes tiendas de Mayfair a los mercadillos de Camden, Londres tiene muchas caras y encierra muchos mundos. A lo largo del tiempo, ha sido capital de un imperio, centro de poder, pero también una máquina trituradora de los débiles y los desfavorecidos. Cientos de libros han pretendido capturar su esencia y ninguno lo ha logrado por completo, porque la ciudad se reinventa constantemente. Los diez que componen esta lista constituyen otros tantos retratos de Londres a lo largo del tiempo. De mediados del siglo XIX a principios del XXI, diez lecturas genuinamente londinenses para amantes de esa ciudad.

1. ‘David Copperfield’, de Charles Dickens

Por Elena Rius

Pocas cosas hay que resulten más londinenses que la ciudad sucia de hollín y llena de mocosos descalzos, personajes de reputación dudosa, oficinistas que malviven al borde de la miseria y burgueses respetables que pinta este gran autor británico en la mayoría de sus novelas. David Copperfield es, además, la más personal de las obras de Dickens, ya que hay en ella mucho de los recuerdos de infancia y juventud del autor. Tenemos un niño desgraciado, un padrastro tiránico, maestros severos y castigos injustos, pero no todo son desgracias: también hay mucho humor — a costa de la peculiar familia Micawber — , gente bondadosa y, en el trasfondo, el bullicio del Londres victoriano, lleno de olores y de ruidos. Dickens solía pasear durante horas por su ciudad, que conocía como nadie y todo el poder de sus observaciones se plasma en novelas como esta. Un verdadero viaje en el tiempo al Londres de finales del XIX.

Comprarlo en Amazon

2. ‘From Hell’, de Alan Moore y Eddie Campbell

Por molinos

¿Quién no conoce la historia de Jack El Destripador? Posiblemente el asesino más famoso de todos los tiempos, uno de los más siniestros y que permanece como un misterio sin resolver, a pesar de todas las investigaciones que se han llevado a cabo. Alan Moore realiza una reconstrucción pormenorizada de los asesinatos acudiendo a todas las fuentes, estudiando todos los datos, las conexiones, los indicios, la prensa de la época, los estudios posteriores… todo. Un auténtico trabajo de erudito, casi una tesis doctoral sobre el tema. A partir de todos esos datos plantea una teoría sobre quién fue realmente Jack el Destripador y por qué mató a esas cinco mujeres. Es una historia rocambolesca y muy rebuscada, pero tal y como la presenta Moore parece tener sentido. En cualquier caso, lo importante no es quién era Jack el Destripador, sino cómo está contada la historia. El dibujo de Eddie Campbell consigue meter al espectador en las calles oscuras, apenas iluminadas por las nuevas farolas de gas, en los tugurios en los que Jack El Destripador encontraba a sus víctimas, en la famosa niebla que todo lo engulle y esconde. Un cómic para pasar miedo y casi escuchar tus pasos en el empedrado y mirar hacia atrás, aterrorizado paseando por el Londres más tétrico.

Comprarlo en Amazon

3. ‘La gente del Abismo’, de Jack London

Por Elena Rius

Antes de que se inventaran los documentales (de cine y televisión) estaban los reportajes periodísticos. Jack London, además de novelista, marinero, buscador de oro y muchos otros oficios, fue un gran periodista. En 1902, disfrazado de pordiosero, convivió con las gentes miserables que poblaban el East End londinense. Así, desde abajo, da voz a la marea de personas invisibles para la sociedad, que se hacinan en infraviviendas, duermen al raso o hacen cola en los albergues a los que solo unos pocos lograrán entrar. Es un texto descarnado y combatiente, que denuncia la injusticia social y señala sus causas, a la vez que una llamada a acabar con ellas. Y, aunque ha pasado más de un siglo, sentimos que algunas de sus conclusiones aún se pueden aplicar hoy: «El lugar donde tú no querrías que tu hijo viviera, creciera y aprendiera las realidades de la vida, no es un lugar apropiado para los hijos de los demás. Esta regla de oro es tan lógica como sencilla. Y si la economía política y la supervivencia del más fuerte dicen lo contrario, pueden irse al carajo».

Comprarlo en Amazon

4. ‘¡El autor, el autor!’, de David Lodge

Por molinos

Es una biografía ficcionalizada (¿se puede decir así?) de Henry James. James era americano, pero vivió gran parte de su vida en Londres, inmerso en las costumbres, los usos y las estrictas normas de etiqueta de la sociedad inglesa de principios de siglo. En cierta manera, él era más inglés que los propios británicos. Lodge traza un retrato perfecto de la vida de un solterón, convencional, egoísta, envidioso, inseguro, lleno de rigideces morales y, al mismo tiempo, un artista volcado en su trabajo y su vocación con una devoción absoluta a su tarea como escritor. Lodge consigue llevarnos al Londres de finales del siglo XIX y principios del XX y dar a James una dimensión cercana más allá de la que reflejan sus (pesadas y densas) novelas. Leyendo a Lodge casi se escuchan los cascos de los caballos de los coches y se ve la niebla nocturna sobre el Támesis.

Comprarlo en Amazon

5. ‘La señora Dalloway’, de Virginia Woolf

Por Elena Rius

En esta novela, publicada en 1925, Virginia Woolf encontró una forma original y propia de plasmar las realidades de Inglaterra tras la I Guerra Mundial. Los críticos destacan de ella su carácter de obra modernista — describe las experiencias subjetivas y los pensamientos de sus personajes a lo largo de un día, de manera fragmentada y fluida — y, de hecho, su forma de narrar supuso una verdadera revolución en el arte de la novela, pero es también un retrato incomparable del Londres de la época, La ciudad, aquí, no es un simple decorado, sino que todos los lugares que aparecen mencionados tienen una función: Buckingham Palace o el Parlamento simbolizan el poder del Imperio; Piccadilly y su tráfico endemoniado, los avances de la modernidad, mientras que las campanadas del Big Ben que puntean la historia sirven para recordarnos el inexorable paso del tiempo, tan relevante en este caso que su autora dudó si llamarla Las horas (un título que Michael Cunnigham tomaría prestado para su novela de 1999, llevada después al cine).

Comprarlo en Amazon

6. ‘El intocable’, de John Banville

Por molinos

Esta novela del escritor irlandés ganador del Premio Príncipe de Asturias nos lleva a Londres en los años veinte, el periodo entreguerras y la II Guerra Mundial. Banville, simulando unas memorias, escribe la historia de Anthony Blunt, un personaje real, complicado, retorcido y sofisticado. Blunt formó parte del grupo conocido como «Los cinco de Cambridge», cinco jóvenes que fueron reclutados por el KGB por sus supuestas inclinaciones comunistas y que desde el mismo centro de los servicios de espionaje británicos (MI5 y MI6) transmitieron información a los soviéticos durante toda la II Guerra Mundial y la Guerra Fría. Blunt fue historiador del arte y responsable de la colección real hasta que fue conocida su traición y cayó en el más absoluto de los descréditos. Banville reconstruye toda su historia, su vida, retratando al mismo tiempo la vida londinense de las clases altas: los felices y disolutos años veinte, las preocupaciones políticas de los años treinta y la época bélica con los bombardeos de la ciudad. Una novela extraña, con un protagonista antipático que, sin embargo, retrata perfectamente el carácter británico con todas sus contradicciones.

Comprarlo en Amazon

7. ‘La historia secreta del Día D’, de Ben Macintyre

Por molinos

Este libro aborda una parte de la II Guerra Mundial muy desconocida para el gran público, el papel de los dobles espías captados primero por los alemanes, pero que desde el principio trabajaron para Gran Bretaña y los aliados. Ellos fueron los responsables de tramar y tejer la red de desinformación que hizo creer a los alemanes que el desembarco del día D se produciría en Calais y Noruega y no en Normandía. Macintyre cuenta la historia personal de los espías, entre los que encontramos al español, Juan Puyol «Garbo», que empezó como criador de pollos y acabó de superespía gracias a una imaginación desbordante. Es un texto muy ameno que se lee casi como una película en blanco y negro de espionaje, con muchos personajes e historietas y también muchísima información. La mayor parte de la historia transcurre en Londres, que es donde los espías son formados y donde los mandos del contraespionaje inglés se enfrentan a todos estos espías, cada uno de su padre y de su madre, cada uno con su personalidad y sus circunstancias, e intentan controlarlos, manejarlos y, al mismo tiempo, protegerlos.

Comprarlo en Amazon

8. ‘La dama de la furgoneta’, de Alan Bennett

Por Elena Rius

Lo más probable es que a los lectores les suene Bennett como dramaturgo, autor entre otros muchos éxitos teatrales y televisivos del famoso The History Boys. El ingenio, el humor y la penetración de que hace gala en sus obras para el escenario es lo que más llama la atención en este breve y espléndido libro (a caballo entre la novela y la autoficción) ambientado en el Londres de los años setenta. Como otros barrios de Londres, por aquella época Camden Town se estaba «gentrificando» (o sea, que los antiguos residentes de pocos medios estaban siendo desplazados por la bohemia burguesa con más posibles), pero evidentemente la vieja dama de extraño aspecto y costumbres aún más raras, que vivía en una desvencijada furgoneta y escribía panfletos, había elegido permanecer allí a toda costa. Bennett — quien en un momento de debilidad le permitió refugiarse en su jardín — relata su siempre difícil (y a menudo divertida) convivencia con la furgoneta y su ocupante. A partir de esta en aparente simple anécdota, Bennett es capaz de crear una obra que cuestiona la idea de normalidad y el trato que la sociedad da a los que son distintos y se resisten a integrarse.

Comprarlo en Amazon

9. ‘NW London’, de Zadie Smith

Por Elena Rius

¿Puede haber algo más londinense que una novela que lleva como título el nombre de uno de los distritos de Londres? Con la novela de Smith — uno de los grandes valores de la narrativa británica actual — este recorrido literario por la ciudad llega a nuestros días. En NW, la autora retrata «los barrios mestizos de la capital británica» a principios del siglo XXI. No es este el Londres de los turistas, sino el de la mezcla de gentes y de razas. Feas torres de viviendas sociales que lindan con coquetonas casas victorianas rehabilitadas que ahora cuestan un dineral. Especuladores que se hacen de oro en la City. Gentes tocadas por la crisis económica, por la falta de perspectivas, por una cierta desesperanza. «En los barrios pobres te roban el teléfono, en los ricos te roban la pensión». Como en las novelas de Dickens — a quien Smith dedica algún guiño — en NW aparecen multitud de personajes, que callejean incesantemente por el Londres de hoy buscando un futuro que no saben si estará ahí. (Y eso que aún no existía el Brexit).

Comprarlo en Amazon

10. ‘Londres bajo tierra’, de Peter Ackroyd

Por Elena Rius

Terminamos esta lista con una obra que habla del Londres que casi nadie ve. Peter Ackroyd, con su monumental Londres. Una biografía ya demostró ser un perfecto conocedor de esa ciudad, es el mejor guía para adentrarnos en sus oscuras galerías. A diferencia de su biografía londinense, un grueso volumen de esos que conviene tener en la mesilla de noche para ir leyendo de forma pausada, este Londres de los subterráneos es un libro breve, que se lee de un tirón, entre la fascinación y algún estremecimiento (¡esas ratas enormes que, enloquecidas por los ultrasonidos se estampan contra las paredes!) y que abre un mundo de posibilidades insospechadas: resulta que es posible hacer una travesía en barco por alguno de esos canales sumergidos; también cruzar el Támesis por debajo, a pie, por uno de los más de veinte túneles que lo atraviesan. El subsuelo londinense no solo alberga las lógicas y necesarias conducciones de alcantarillado, gas, electricidad, sino que en él tienen cabida otros túneles más misteriosos, como la compleja red que se rumorea pertenece al gobierno y se utiliza para albergar secretos departamentos, o el sistema de túneles que un tal William Lyttle — apodado por la prensa «el hombre topo» — excavó bajo su propiedad en Hackney con propósitos nunca desvelados y cuya existencia solo se descubrió en 2000 gracias a un accidente. Ese vasto subsuelo, que aún no ha sido cartografiado por completo, contiene también tesoros: del Banco de Inglaterra sale una red de pasadizos donde se amontonan miles de lingotes de oro. Estos y muchos más datos interesantes o curiosos expone Ackroyd, a los que hay que añadir algunos fantasmas y alguna incursión en la literatura. ¡Ah, y Jack el Destripador (que, quién sabe, quizá utilizó el metro para llegar al escenario de sus crímenes)!

Comprarlo en Amazon

--

--

El Buscalibros
El Buscalibros

Reseñas, listas y artículos de los redactores de @elbuscalibros.