‘No me cuentes cómo termina la historia’, de Carlos Carranza

Roque ve en su beca Erasmus la oportunidad de empezar de nuevo, pero ¿es tan fácil dejar todo atrás y empezar de cero?

Luismi Beire
El Buscalibros
5 min readMar 10, 2017

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Carlos Carranza Comercio lanza su primer libro bajo el manto de Ediciones Hidroavión, una editorial joven que, pese a tener solo dos años de vida, ha publicado obras como Eterno amor adolescente, Niño marica o Confetti en los bolsillos, entre otras, que han llegado a gran parte del público español y se han convertido, en su breve espacio de vida, en obras referentes para muchos escritores. La nueva apuesta de la editorial es este joven escritor aragonés que nos regala una novela que tratará uno de los problemas universales más comunes entre todas las personas: desaparecer.

Ya en la dedicatoria la mayoría de nosotros nos podremos sentir identificados: «A todos los que alguna vez han querido estar en cualquier otra parte». ¿No nos incluye esto a todos? La novela trata esta cuestión bajo el punto de vista de Roque, un joven zaragozano que se encuentra a escasos días de irse a vivir a Dijon (Francia) gracias a una beca Erasmus. Roque no ha conseguido terminar de encajar en su vida y cree que cambiar de ciudad le puede ayudar a sentirse más cómodo con su día a día. Esta es la premisa del libro, se trata de un viaje más emocional que una aventura, y así nos lo deja claro ya en sus primeras líneas:

«Si desapareciera ahora mismo nadie se daría cuenta. Siento esto en la mayoría de las situaciones de mi vida desde que era pequeño. Y en realidad no es algo que me haga sentir incómodo. A veces estoy rodeado de gente y me quedo callado, simplemente observo, como si nadie más se diera cuenta de que estoy ahí, como si fuera invisible. Me gusta estar y no estar. Pero siempre estoy. Aunque no quiera. Aunque nadie quiera».

El hecho de centrarse en una historia de estas características hace que lo más importante sean los personajes, sus relaciones y su evolución. No vamos a encontrar personajes planos y estáticos, todos son elementos vivientes de la novela, crecen y se desarrollan junto a ella, forman parte de la gran historia del libro e influyen en ella mediante su interacción con otros personajes. Incluso hay momentos en los que te llegas a preocupar realmente por los personajes más secundarios, puede que más que por el protagonista, ya que empatizas con esos breves momentos y te sientes identificado con sus problemas y sus vivencias. Carlos es consciente de que este es el fuerte de su libro y lo ha trabajado de una manera muy natural y sencilla, preocupándose por el interior de sus personajes y no porque su participación en el libro se base en una gran aventura.

Hablando de los personajes debemos resaltar a dos de ellos: Roque, el protagonista, y Lola. Ambos se conocen en el viaje en tren hacia Dijon y desde un primer momento su relación se basa en su contraposición: Roque es un joven taciturno, poco hablador y que disfruta de la soledad, mientras que Lola es una de las chicas más expresivas y vivarachas que me he encontrado nunca en ningún libro. Sus primeras interacciones llegan a ser desternillantes gracias a que, a pesar de que nuestro punto de vista sea el de Roque, Lola cautiva nuestros corazones desde el primer momento con sus formas dicharacheras y vistosas frente a las sombrías e introspectivas de Roque.

Encontraremos otros personajes secundarios como Logan, un chico escocés que vive al final del pasillo de la residencia de Roque, o Carla, una chica española que vive muy cerca de la residencia de Roque. Además, hay personajes con apariciones breves, pero que son capaces de conquistarte el corazón. El hilo argumental de la novela son las relaciones de Roque con el resto de personajes y los vínculos que establece con ellos.

Roque es un joven confuso que descubrirá su homosexualidad durante el viaje. Es importante este punto porque se trata de una forma muy natural en el libro y, aunque hay ocasiones en las que Roque siente presión por ello, es algo que no va a definir al personaje ni a su historia. La homosexualidad de Roque se trata de una forma muy profunda, pero sin que ello se convierta nunca en la característica principal del personaje. Este tema se tratará en otros personajes y, también, en cómo sus amigos reaccionan ante la homosexualidad de Roque, momento que creará empatía con algunos de ellos y veremos reacciones que no esperábamos de alguno de los personajes.

Además de estas relaciones, es muy importante el trato que se le da a la familia, pues, aunque sea más reducido que con sus amigos, nos acerca a Roque de una manera más íntima. Las breves conversaciones con su madre son maravillosas y creo que todos nosotros imaginaremos a nuestra propia madre en la pantalla del ordenador mientras hablan por Skype. Además, uno de los puntos que más nos preocupan del libro es la relación que Roque mantiene con su abuelo y cómo este intenta normalizar toda la situación que están viviendo en casa mientras saluda a su nieto a través de la pantalla del ordenador.

Son situaciones que los alumnos Erasmus deben vivir y este libro retrata muy bien toda la parte que las personas que no lo han vivido no conocen: desde los interminables papeleos, los momentos de absoluta soledad, el terror por el final de la historia, la magnificación de los sentimientos o la actitud frente a los problemas del lugar que dejan atrás.

Carlos Carranza ha trabajado muy bien el estilo de la obra, escrita en primera persona y en presente, que en ningún momento pierde la fluidez a pesar de ser una novela introspectiva. La evolución de los personajes se desarrolla a la vez que sus acciones, por lo que no encontraremos largos y aburridos monólogos internos que nos hagan cerrar el libro. Lo abriremos para no volver a cerrarlo hasta haberlo terminado.

A pesar de ser el primer libro de Carlos, muchos ya lo conocerán por dirigir el canal de YouTube «La cueva de Charles», donde realiza reseñas de libros, listas y diferentes juegos con ellos. Su estilo fresco y vivaz refleja que es un gran lector, que conoce perfectamente la historia que quiere contar y cómo quiere hacerlo, por lo que estoy seguro de que su aventura como escritor no ha hecho más que comenzar.

El libro puede clasificarse como juvenil/adulto, pero no considero que haya una franja de edad determinada para esta historia. Todo el mundo puede sentirse atraído por las cuestiones que plantea y sentirse identificado con alguno de sus personajes.

Sin duda alguna se trata de un gran libro que consolida a Carlos como una de las promesas de la literatura actual. Así que, Carlos, sigue escribiendo, porque aunque no quieras saber cómo termina la historia, nosotros queremos conocer muchas otras.

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Luismi Beire
El Buscalibros

Monzón, 1989. En mi empeño por hacer del mundo un lugar peor...