‘Las tareas de casa y otros ensayos’, de Natalia Ginzburg

Leer a Natalia Ginzburg es, al mismo tiempo, un placer y un trabajo. Un ejercicio necesario y maravilloso para todo el que quiera pensar(se).

molinos
El Buscalibros
4 min readSep 8, 2016

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Este año se cumple el centenario del nacimiento de Natalia Ginzburg y las editoriales están echando la casa por la ventana reeditando sus obras. Las tareas de casa recoge artículos y ensayos publicados por Natalia durante más de veinte años en distintos periódicos y revistas.

Abriendo este volumen, y recogidos bajo el epígrafe «Nunca me preguntes», encontramos los ensayos de tono más intimista, que recogen pensamientos sobre su vida diaria, sobre las pequeñas cosas de la cotidianidad a las que la mayoría de las veces no prestamos atención, no pensamos y que damos por supuestas. Natalia hace un ejercicio de introspección y reflexión sobre todas ellas proporcionando al lector la sensación de que, efectivamente, en esas pequeñas cosas y en cómo las vivimos, pensamos y recordamos está la esencia de lo que somos y de nuestra vida. Ginzburg habla de la búsqueda de una nueva casa para su familia.

«En aquella casa había construido mi guarida. Era una madriguera en la que, cuando estaba triste, me escondía como un perro enfermo, y bebía mis lágrimas y lamía mis heridas. Allí dentro estaba como con una chaqueta vieja. ¿Por qué cambiar de casa?».

Escribe sobre la vejez, lo sorprende de la sensación de reconocerse viejo, mayor. Cuenta su experiencia en terapia con un psiquiatra o sus sensaciones sobre la música.

«Siempre tengo la sensación de que habría podido gustarme la música, pero que se me escapó por un trágico error».

Ginzburg piensa y escribe. El lector casi puede imaginarla bolígrafo en mano, con el cuaderno encima de la mesa pensando con la mirada perdida, tratando de enhebrar el hilo de sus pensamientos. Ideas que todos podemos hacer nuestras. Jamás pontifica ni sienta cátedra. Todos sus artículos comienzan en un tono que parece decir (cuando no lo dicen explícitamente): voy a escribir sobre este tema, a ver si así consigo aclarar mis ideas. Poco a poco traza un texto siguiendo el hilo de sus pensamientos, llegando, muchas veces, a alguna conclusión que está lejos de la intención con la que había comenzado el artículo. Es maravilloso leer el discurrir de su pensamiento y acompañarla en esa ordenación de ideas.

No me resisto a rescatar este párrafo sobre las novelas y lo que significan.

«Porque las novelas están entre esas cosas del mundo que son a la vez inútiles y necesarias, totalmente inútiles porque carecen de una razón de ser visible y de cualquier clase de finalidad, y no obstante necesarias en la vida como el pan y el agua, y entre esas cosas del mundo que a menudo se ven amenazadas de muerte y que, sin embargo, son inmortales».

Bajo el epígrafe «Nunca lo sabremos» se recogen los artículos que Ginzburg escribió en los años finales de los sesenta y los setenta para distintos periódicos y revistas, muchas veces como resultado de una petición de un determinado medio para que diera su opinión sobre algún suceso de actualidad del momento: política, la muerte de un escritor o actor famoso, la promulgación de una ley polémica, etc. Es impresionante cómo muchas de las reflexiones de Ginzburg sobre hechos ocurridos en los años setenta son completamente aplicables a situaciones de actualidad en el 2016.

Rescato este párrafo que retrata exactamente a nuestra sociedad.

«El ser humano de hoy no ignora ya nada de lo que le ocurre a sus semejantes bajo el sol; y por eso no puede soportar la convivencia consigo mismo, odia su imagen y siente sobre sus extremidades el peso de una conciencia universal e intolerable. Su liberación consiste en suprimir de su espíritu toda inclinación hacia el dolor y el esfuerzo; y con ellos, cualquier sentido de culpa, cualquier solitario terror. Su liberación consiste en refugiarse en un estado de adolescencia eterna, de extrema irresponsabilidad y de libertad; ocultar sus complejos, sus inhibiciones, sus neurosis; después de haberlas explorado durante mucho tiempo, desembarazarse de ellas, como de sombras o pesadillas; considerarlas inútiles, y considerar inútil junto a ellas, el mundo del espíritu».

Cuesta creer que Ginzburg no esté hablando de nosotros.

Natalia Ginzburg es una de esas personas que te hubiera gustado conocer, charlar con ella, leer los artículos que escribiría sobre el mundo ahora mismo, escucharla, pensarla y aprender. La parte buena es que sus libros son tan fabulosos que se puede aprender, pensar, emocionarse y rascarse el alma con ellos.

Las tareas de casa y otros ensayos. Natalia Ginzburg. Traducción de Mercedes Corral Corral y Flavia Company Navau. Lumen. Madrid. 2009. 448 páginas. 22,90 euros. Comprarlo en Amazon.

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