‘Cosas que le pasan a… Una madre sin superpoderes’, de Molinos

Las desternillantes aventuras de una familia en el día a día de la crianza, contadas desde la primera línea de fuego.

Daniel Torregrosa
El Buscalibros
3 min readFeb 17, 2017

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Solo los más grandes lo consiguen. Porque parece fácil, pero en realidad no lo es. Porque se requiere un talento innato. Porque tras buscar durante años solo podría nombrar apenas una docena de libros que lo han conseguido. Porque divertirse y conmoverse es, al fin y al cabo, una de las pequeñas recompensas que cualquier persona espera recibir cuando navega por las páginas de un libro. Y Cosas que le pasan a… Una madre sin superpoderes, la ópera prima de Molinos, lo consigue. Divierte hasta lograr la carcajada más sonora, esa que te obliga a dejar el libro e ir corriendo a buscar a alguien para contarle lo que has leído, y, por si fuera poco, conmueve y emociona. Como al final emocionan todos los buenos libros de humor. Esos libros que al terminarlos acaban depositados en un lugar privilegiado de tu biblioteca con un gesto de caricia en el lomo y a los que les dices: «Volveré. No sé cuando, pero volveré a por ti». Y vuelves, porque en el fondo los necesitas leer de nuevo.

Molinos es Ana Ribera. O Ana Ribera es Molinos. Y al contrario de lo que sugiere en el título de su libro, sí que tiene superpoderes. Y no se trata aquí ya de los superpoderes de Molimadre, uno de los entrañables personajes que nos encontraremos en sus páginas, con su «mano termómetro» o su «brazo de goma», envidia de cualquier personaje del universo Marvel. El superpoder de Molinos es el superpoder de saber contarnos, como pocas veces recuerdo, la vida misma, sin estridencias ni fuegos artificiales. El superpoder de reflejar una época de la vida, los primeros años de la maternidad/paternidad, con la naturalidad y complicidad del que ha pasado por las mismas experiencias y piensa ese «sal de mi cabeza» o expresa un efusivo «¡lo has clavado!». Molinos tiene el superpoder de hacernos reír a carcajadas con su tierna ironía, algo que, como he dicho antes y saben los buenos aficionados al género, muy pocos autores consiguen.

En este libro las auténticas protagonistas son María y Clara, las hijas de Molinos, las princezaz. Ellas son las cicerone optimistas que nos guían, las que nos enseñan las lecciones que solo desde la inocencia se pueden impartir, las que viven la vida exactamente como hay que vivirla, las que nos arrancan la sonrisa y la lágrima. Son ellas, son nuestros hijos y somos nosotros. O lo fueron. O lo fuimos.

¿Todo esto significa que Una madre sin superpoderes es solo un libro para padres o madres recién aterrizados? No, en absoluto. El libro se puede disfrutar como una crónica de realismo familiar o como un aviso para navegantes. O puede servir para pasar un buen rato, todo depende de la capa de barniz que se quiera rascar.

Decía Quevedo que hay libros cortos que para entenderlos como se merecen se necesita una vida muy larga. Una madre sin superpoderes es un libro corto en el que el tiempo pasa rápido. Como la vida misma.

Muy recomendable.

Cosas que le pasan a… Una madre sin superpoderes. Ana Ribera García-Rubio (aka Molinos). La esfera de los libros. Madrid, 2013. 296 páginas. 16,90 euros. Comprarlo en Amazon.

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