Lo que más me ha gustado de aprender a decir adiós.
Con la cantidad de veces que escuchamos un álbum, nos quedamos con ciertas cosas y dejamos a un lado otras. La gran mayoría de veces, nos quedamos con canciones. Elegimos nuestras favoritas, las añadimos a nuestras playlists y las mantenemos en nuestra reproducción habitual. Nos quedamos con el orden de las canciones, poniéndole atención a la manera en que se conectan. Recordamos las letras, lo que se siente relacionable a lo que cada uno está viviendo. Le ponemos especial atención al concepto que el artista quiere transmitir, lo bien que cuenta su historia, lo que nos hace sentir según su experiencia. Hay muchas maneras de conectar con un proyecto musical y la que quiero resaltar hoy en Sayonara de Alvarito Diaz es la producción.
Con un sonido muy propio que destaca en el género urbano pop latino, Álvaro Diaz estrenó Sayonara el pasado 17 de mayo. Ya tenía dos años de haber anunciado que el álbum existía y luego de muchos problemas de disquera, el artista puertorriqueño debutó #1 en Apple Music y #2 en Spotify al estrenar este proyecto. Había muchas expectativas frente al álbum, cosas nuevas que Álvaro quería presentar. El balance general confirma de cierta manera la expectativa, tiene un buen sonido, tiene buenas propuestas y, claro, existen descaches en ciertas partes del álbum, pero eso no le quita lo bueno que es. Álvaro Diaz no dejo nada a la suerte, se fue con lo que conoce, el sonido alternativo dentro del urbano latino que ha cautivado ya tantos fans.
Ya van 3 semanas de Sayonara y la rotación del disco en mis días ha sido tremenda. No solo ha sido repetir las canciones o escuchar el orden del álbum y “aprender a decir adiós” de las maneras en que Alvarito quiere que las entendamos, pero ponerles atención a los detalles en la producción y las pistas de las canciones. Estos momentos en la producción son lo que resaltan en el álbum y entre todo lo positivo y negativo que llega a tener Sayonara, me encuentro escuchando las canciones esperando estos momentos para siempre emocionarme como si fuera la primera vez que las escuchara.
Lo dijo Tyler, The Creator en una entrevista con HOT 97, aclarando la diferencia entre beat-making y producir. El rapero explica que producir se trata de momentos, de solo incluir ciertos riffs en algunos versos, de que el sonido que quiere solo vaya después de algún coro y que el hacer del tiempo de una canción se siente como una idea bien construida, no solo un loop cualquiera. A partir de esto, creo firmemente que la idea detrás de Sayonara incluye esta idea de crear momentos y es lo que a mi más me ha cautivado del proyecto.
Quiero hacer un corto repaso sobre los momentos que mas me llaman la atención dentro del álbum:
Cambios inherentes
En este álbum no hay transiciones entre canciones que uno diga “smooth”. Más bien, la producción se centró en darle las transiciones en las propias canciones, lo cual es una práctica común que se conoce, hacer un cambio de beat dentro de una canción. Sayonara lo tiene y lo hace muy bien. En LENTITO, el cambio para volver al reggaetón es un momento muy especial. SIN PODERES también tiene ese cambio a la parte “sad” del álbum. El segundo coro en EN PR NO HACE FRIO que cambia por completo el sentimiento de la canción. El cambio de beat en GOLDEN GUN. Estos momentos se llevan el protagonismo, creando una expectativa en el ambiente apenas inician las canciones, haciéndolas una experiencia entera.
El perreo hecho especial
Como buen artista latino pop, no puede hacer falta el reggaetón y en las canciones de este género sobresalen por sus momentos que nos llevan a esperar que la canción corra y no se acabe. En KAWA y GATITAS SANDUNGUERAS VOL.1 hay sonidos de motos en los momentos donde se mencionan las mismas, y al final de la primera canción podemos escuchar distintivos “OEOEO” que solo aparecen 4 veces, pero que se esperan con ansias. Igual en la segunda, se espera la entrada de Alvarito, con la producción detrás que crea un momento único. LENTITO dándole una gran entrada a 1000 CANCIONES, que se lleva el protagonismo en la fiesta de olvidar a alguien perreando.
La joya de la corona: MAJIN BUU
La propia PR de Alvarito Diaz, Loren Medina de Guerrera, dice que esta es la mejor canción que ha hecho el artista y no se equivoca. El tema está lleno de momentos y cosas únicas que de por si lo hacen una experiencia inigualable dentro de todo el disco. Empezando con la intro y los bajos. Ya entrando en los versos, donde cada vez que Álvaro menciona algo, la producción hizo el esfuerzo por ambientar la pista en función de ello. Dice pistola y suenan dos “pew pew” hechos por una boca. Dice Super Saiyan y suena el sonido de ambiente cuando un personaje del anime se vuelve en ese estado. Dice tocate como un bassline y suena una línea de bajo industrial por detrás. Dice facetime y suena el ringtone de cuando se hace la llamada. Habla sobre viajar en avión y suenan unos aviones por detrás. Antes del segundo coro hay un DURO que se siente como profecía a lo que vendrá en la canción. Finalmente, el último coro mas upbeat y la línea de sintetizadores del final que ambientan de gran manera. MAJIN BUU no para de explotarle la cabeza a uno.
El resultado de escuchar mucho algo crea gustos y disgustos, momentos que se retienen en la cabeza y la emoción de que va a llegar esa palabra, ese sonido, ese coro, que gusta tanto y tal vez es la razón que siga en reproducción esa canción. Escuchar Sayonara no es la experiencia conceptual más grande o la propuesta más innovadora que se esperaría de un artista como Álvaro Díaz. Sayonara son realmente esos momentos pequeños que conectan el álbum y se esfuerzan por captivar la atención de quien escucha. En 3 semanas, esta es la manera en que ha crecido en mí el álbum y estoy feliz con el resultado de las escuchas, ha sido un ejercicio satisfactorio.
Escucha Sayonara en plataformas:
Spotify: https://open.spotify.com/intl-es/album/7kfPf285KnlWUTbqaB1jnI?si=uwc3w0doR-WEwBICF8-uzA
