Aterciopelados: “Somos bailables, felices, deprimidos y melancólicos”

Raúl Enrique Medina Orama
El Caimán Barbudo
Published in
7 min readNov 13, 2019
Aterciopelados en el Festival Patria Grande 2016 (Foto: Alba León Infante)

A la cantante Andrea Echeverri y al bajista y productor Héctor Buitrago se les da bien eso de regresar. “Ruiseñora” y “Conector” son el núcleo duro de la banda colombiana Aterciopelados, una de las míticas en la historia del rock latino.

Desde inicios de los 90 se ganaron un puesto a la cabeza del punk en el continente, sin abandonar las influencias de músicas folclóricas. En 2012 su álbum Río (2008) fue considerado el número seis entre los diez discos de rock latino de todos los tiempos, según la revista Rolling Stone, por encima de producciones de Santana, Manu Chao y Os Mutantes en una lista que también incluyó a Soda Stereo y Los Fabulosos Cadillacs, entre otras leyendas.

Por eso no es difícil imaginar, cuando entrevisto a Andrea Echeverri (también artista de la cerámica, feminista…), que su espectáculo será uno de los inolvidables del Festival Patria Grande 2019. Aterciopelados encabeza un cartel de notable calibre, con otros grupos internacionales de calidad como Rabanes (Panamá) y Tijuana No! (México).

Los colombianos ya estuvieron en la tercera edición del evento (2016), sin embargo, su concierto de entonces se interrumpió ante la noticia del fallecimiento de Fidel Castro el 25 de noviembre de ese año. Ahora vuelven para sellar aquella presentación largamente esperada en la isla.

Siguen incombustibles, quizás mejor, y adaptándose al nuevo ecosistema musical. En 2018 lanzaron Claroscura, su único fonograma de estudio luego de en una década desarrollando proyectos en solitario. Con ese álbum, que mereció el tercer Latin Grammy de sus carreras, los autores de “Florecita rockera” y “Bolero falaz” añadieron música electrónica a su habitual cóctel de rock y ritmos tradicionales.

“Tenemos una lista de canciones que incluyen varias de Claroscura y clásicos nuestros. Es similar al show que se ha estado tocando últimamente por toda Latinoamérica”, adelanta la cantante sobre el concierto que ofrecen junto a los cubanos de Toques del Río.

Andrea Echeverri y Héctor Buitrago (Foto: Alba León Infante)

¿Qué significa regresar, luego de la primera experiencia de 2016?

Es como una aventura. Por un lado, para nosotros fue todo un esfuerzo llegar hasta Cuba en 2016 y luego cuando se canceló, pues fue muy triste. Volver a tocar en el Patria Grande es muy lindo. Luego está el asunto de hacer ahora un show especial y una propuesta única con los chicos de Toques del Río, lo hace más emocionante, exótico, porque nunca hacemos ese tipo de cosas. Siempre actuamos todos los miembros de la banda y tocamos un show estable ya, muy armado con todos los del equipo. Entonces ahora solo participamos tres y vamos a ver cómo fluye todo. Así que está chévere.

¿Tienen influencia de la música cubana?

Toda Latinoamérica ha escuchado música cubana, sobre todo bailable. La música tropical cubana con la que crecimos nos ha influenciado a todos, aunque sea de una manera lejana porque Aterciopelados somos medio punks. Además, fui muy fans de Silvio Rodríguez en la universidad, lo vi una vez que vino a Bogotá al teatro Jorge Eliécer Gaitán. Recuerdo que en la universidad no teníamos discos, circulaban casetes que la gente se grababa. Ahí circulaban Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. También rock argentino. Eso era lo que escuchábamos en esa época, así que por ahí pueden ser nuestras influencias.

¿Qué ha cambiado y qué no de los primeros Aterciopelados a este momento?

Pues muchas cosas han cambiado. Vamos a cumplir 30 años de hacer música juntos, Héctor Vicente Buitrago que es el bajista y yo. Imagínate en 30 años cuántas cosas pasan y cambian. Muchísimas a nivel personal, profesional, familiar. Cambian tu cuerpo, tu mente. Te estás volviendo viejo y en un comienzo eras joven, loco, intenso (ríe). Pero hay cosas que a uno lo marcan desde pequeños y esas siguen firmes, como el tipo de música que uno escuchó, el mensaje que quiere dar.

Crecimos oyendo canción protesta, a Víctor Jara, Violeta Parra, Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa… También punk. No somos músicos de academia, más bien nuestra aproximación es mucho más de sensibilidad y de lanzarnos a hacerlo con los pocos ingredientes que tengamos, pero le damos mucha importancia a las letras, a lo que queremos decir. También le damos importancia a las fusiones en la música, a buscar una cosa nuestra, una identidad, algo que nos haga distintos a los demás. Tenemos ese elemento de rebeldía que sigue siendo importante y luego también una experimentación, eso va muy con Héctor que es el que produce y todo el tiempo está investigando, oyendo músicas nuevas. Queremos mezclar todo y hacer algo muy nuestro.

El disco Claroscura, sobre todo, tiene mucho recorrido, muchos kilómetros, muchos mensajes más maduros, pero a la vez juega con distintas músicas y juega a sonar actual, moderno y diferente. Tratamos de no repetirnos y buscar siempre cosas creativas y sorprendentes.

¿Qué define el sonido de Aterciopelados hoy? ¿Cómo recibieron sus fans esa evolución?

Como te dije el último disco tiene un sonido muy moderno, pero a la vez dimos importancia a los mensajes. Los mensajes que aterciopelados ha ido construyendo a través del tiempo tienen que ver con ecología, derechos humanos, feminismo, con lo ancestral... Entonces nuestro sonido por un lado tiene ese peso conceptual, esas ganas de dar mensajes, pero a la vez hay mucho juego con las músicas. Somos muy eclécticos y pasamos de estar bailables, felices, arriba, a estar súper deprimidos, melancólicos y todos los matices entre los dos estados. Queremos sonar actuales, eso está chévere, pero a la vez en vivo somos orgánicos y no hay muchas pistas, grabaciones ni nada, somos los músicos ahí tocando.

Los fans lo han recibido bien. Hay seguidores de toda la vida, gente contemporánea a uno, pero también otros mucho más jóvenes a quienes los papás le ponían Aterciopelados. Cuando llevas vigente y haciendo música tantos años también sirves como puente generacional. Ahí vamos. Generalmente a nuestros conciertos asisten públicos de todas las edades, desde gente grande a jovencitos.

¿Algún fonograma nuevo en camino?

No estamos muy seguros de hacer un disco completo otra vez. Cuando regresamos con Claroscura el mercado estaba ya totalmente cambiado y parece que ahora cuando haces un disco completo, luego de que lances dos o tres canciones todas las plataformas te dicen que eso ya es viejo. Nos dimos cuenta en carne propia. Ahora van lanzando temas y luego de que publiques X número de canciones, entonces la juntas y viene un disco. Tiene más sentido comercial así, digamos. Si no, como ya dije, las plataformas y los lugares donde puedes distribuir tu música consideran que esa producción es vieja, así que vamos a funcionar más de esa manera.

Ahorita tenemos dos lanzamientos muy importantes, un cover de una canción que es sorpresa para el 22 de noviembre. Todavía no puedo decir cuál, pero está súper chévere, tiene un video buenísimo. También vamos a ser parte de la serie Ruido Capital, sobre la Bogotá de los años 90. Compusimos una canción tema para la serie y actuamos ahí un poquitico así como medio Hitchcock, “de laíto”.

Estamos haciendo muchos videos. Tendremos uno de esta canción de la serie, que se llama “Los 90”. Estamos haciendo otro con unos estudiantes de cine, su trabajo de tesis es el video de “Ay Ombe (Vamo’ a Relajar el Pony)”, una canción contra el maltrato intrafamiliar que en Claroscura tuvo la participación de Jorge Celedón, cantante de ballenato muy famoso de Colombia. Ya se hizo un remix de ese tema con un artista que se llama Bleepolar, versión que será la del video.

También filmaremos “Soñemos un bosque”. La idea es trabajar con una chica que se llama Dayra Benavides. Ella tiene un trabajo hermosísimo en trajes y ha ganado tres premios en el Carnaval de Negros y Blancos (Nariño, Colombia). Queremos utilizar sus trajes fantásticos, increíbles, y también trabajar con otros chicos que están haciendo realidad virtual. Ahorita en fin de año todo empezó a suceder al mismo tiempo.

En América Latina se viven tiempos de convulsión social y política en varios países ¿algún mensaje para sus pueblos?

Digamos que alguna canción con un mensaje directo, pues… Precisamente cuando estábamos ayudando a convocar al paro del 21 de noviembre en Colombia, estuvimos hablando que en 2020 cumple 25 años un disco muy importante nuestro: El dorado. Notamos que una cantidad de canciones nuestras que tienen más de 20 años y hablan de la violencia, la desigualdad, podrían ser escritas hoy. Es lamentable, muy triste.

Hemos estado trabajando con la Comisión de la Verdad. En 2019 hicimos dos o tres eventos con ellos interpretando un repertorio que recopila todas esas canciones antibélicas, anticorrupción o que hablan de casos de violencia específicos. Por ejemplo, compuse una para el documental Retratos de familia, que habla de los falsos positivos, un crimen de Estado terrible: secuestran civiles, los visten como guerrilleros, los matan y los ponen en el campo de batalla. Hacia adentro de las fuerzas militares eso funciona casi como una empresa, si matas más guerrilleros tienes ventajas, es horrible y parece una película de terror.

El caso es que tenemos un repertorio amplísimo y muchas veces lo que hacemos es juntarlo. Vamos a ver qué sale próximamente en todo caso, porque las cosas que oyes y ves todos los días van doliendo, causando un efecto.

¿En qué momento crees que está el rock en español?

Depende del país, pero es un género un poco más como de nicho. Definitivamente lo masivo hoy es el reguetón. Sin embargo, hay muchos representantes del rock en español buenísimos. Hace poco estuvimos en un festival en México, en Hermosillo, y actuaba Café Tacuba. Vimos todo su show y es una propuesta increíble. Se les nota sus treinta años, es una cosa vibrante pero madura, sorprendentemente bien armada, muy linda. Así también hemos visto a los Caifanes, y a los Babasónicos. Cada vez en los festivales te vas encontrando con colegas del rock en español que están muy bien (ríe). Estamos haciendo una música muy linda. Tal vez no seamos los más populares, pero seguimos firmes.

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