Postales de Holguín en Mayo

Alba León Infante
El Caimán Barbudo
Published in
4 min readMay 10, 2022

Hermanita, ¿Qué te puedo contar de estas Romerías de Mayo? Sabes que tengo las palabras oxidadas y prefiero “hablar” desde la cámara, así que mejor te cuento de algunas fotos que traje de su edición 29… y de otras que se me escaparon.

Aquí te van, a modo de postales.

La ciudad de mi primer llanto en este mundo todavía se me hace esquiva; por eso aproveché cada enredo con el transporte del evento para hacer la caminata desde el Hotel Pernik hasta el parque Calixto García y viceversa. Con Cronos llevándome del brazo y Helios tostándome la piel — ambos implacables- apenas llegué a guardar la presencia, no así la esencia, de rostros y fachadas holguineras como la de esta casa en cuya terraza distinguí dos cerdos enormes, una tropa de patos y gallinas y ese león de rugido mudo. ¿Tendrán también gatos, tantos como nosotras?

Casa holguinera

Una de las mejores cosas de Romerías es encontrarte con amigos de toda Cuba. Esta vez mi sorpresa feliz fue el reencuentro con Andante, la tropa teatrera de Bayamo a quienes conocí en la edición 30 de la Cruzada teatral de Guantánamo, justo antes de que la pandemia nos cambiara la vida.

Como había visto su obra “El Modelo” y conocía el final, intenté adivinar quién sería el elegido entre el público para “interpretar” el rol. Acerté. La risa de este señor se escuchaba por encima de todas las demás en el parque Calixto García. Era su cumpleaños.

“El futuro está asegurado”, dice uno de los carteles de la obra “El modelo”, del grupo Andante… y así lo confirmé en el desfile inaugural de las Romerías.

Gabriel Dávalos lo hizo de nuevo, esta vez con Holguín como escenario y el grupo Codanza como protagonista. Sus fotos de bailarines en espacios urbanos atraían las miradas de todos los que atravesaban el parque Calixto García, y los hipnotizaban durante minutos a pesar del sol intenso.

Hermana, en este viaje por primera vez vi llorar a una estatua.

Espera, no me digas loca todavía. Su llanto cobra todo el sentido si te digo que era una estatua viviente y lloraba por su padre, Alcides Carlos González. Quizá este nombre no te diga mucho, pero si nombro a Tití enseguida recuerdes al promotor cultural santiaguero. No llegué a conocerlo personalmente, ¡pero lo sentí tan cercano en el homenaje que le hicieron esa noche!

Es la del rostro blanco, con esa mueca impropia en una estatua que antes sostuvo una expresión vacía y distante. Escuchaba su llanto pero no veía sus lágrimas hasta que me di cuenta de que estaban en mis ojos y en los de los miembros de la AHS que cantaron y brindaron en su memoria justo a las 12 de la noche, en otro año de sobrevida de Tití.

Tres generaciones de mujeres trovadoras fueron las encargadas de cerrar el espacio “Destrabando la trova”, con Fernando Cabrejas como anfitrión. A la familia Cabrejas Loyola se sumó Yeni Turiño, unida a ellos no por el nombre pero sí por el arte.

Esa noche no me atreví a salir. El dolor del alma y el del cuerpo le ganaron a mis deseos y deber de estar en la vigilia que sustituyó a los conciertos programados para esa noche porque ese día una mortal explosión en el Hotel Saratoga enlutó a La Habana y a Cuba entera. Te mando la luz de la vigilia en las fotos de Víctor Pando González.

Aún hay cuerpos bajo los escombros mientras te escribo y siento una culpa tremenda por haber estado tan lejos de mi ciudad en ese momento; por compartirte postales de alegría y belleza mientras otros colegas inundan las redes con imágenes de dolor.

Un árbol nuevo crece desde este sábado en Holguín. Un eucalipto. Como es tradición, se siembra durante la clausura de cada Romería mientras se iza el hacha de la ciudad en el acto de clausura; esta vez el hacha llegó solo hasta la mitad de su recorrido en señal de duelo.

Allí vi árboles sembrados en ediciones anteriores cuyas raíces han sobrepasado el estrecho límite de concreto de una jardinera. Crecieron a pesar de y con el dolor. No me llevé su foto. La dejo para el próximo Mayo cuando el dolor actual sea una cicatriz y estés conmigo en la ciudad de los parques para cantar juntas, hermana, la canción de la alegría

--

--