Entretrenernos.
En aquel tiempo de cambios
creamos nuestra prehistoria
de nómadas adolescentes.
Siempre nos gustó poner
tierra de por medio
subir a trenes sin destino
alejarnos de todo y de todos
de este jodido mundo.
Desde las afueras,
nos sentíamos viviendo
náufragos en una isla
tú recogías conchas
yo las colgaba en tu cuello.
Desde las afueras,
lanzábamos al cielo de la noche
nuestros mejores deseos
algunos sin moneda
y todos se cumplieron.
Allí en nuestras afueras,
estábamos tú y yo
un par de locos
nos amamos sin pensar en un final
– lunáticos perdidos –
y mucho menos
que pasados ya los años
llegaría el día de volver
de dar el paso
un pequeño y único paso
en busca de un tiempo perdido
y el deseo por venir.