A los Desaires
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1 min readAug 14, 2020
Días que aborrezco,
a ustedes les hablo.
A ustedes,
con sus disfraces malolientes,
con sus verdades pasajeras,
con sus espejismos efímeros.
Con rabia y pólvora en la guata vengo a abrazarlos,
y a decirles que los quiero,
pero también que no se queden.
Sean pasajeros.
¡Los abrazo!
Pero, por favor no se queden.
Hay un hotel a cuadra y media de aquí,
pero mejor quédense en la 1977 de los dúplex.
Ahí vive la abuelita que sabe cuidar lobos
y hace cantar las hienas.
Quédense ahí.