Asco, nada de lo que escribí me gusta. Juzgo a mi obra y también te culpo, quizás seas la musa equivocada, una mala guía o una traición ¿Pero quién soy yo para juzgarte?, si mi cabeza es un desliz, si pocas veces me entiendo, si jamás escribí frente al espejo.
Qué difícil decantar una idea, qué difícil tener buenas ideas. Escribir no es algo placentero, más bien es un hábito agobiante, me frustro más de lo que acepto y el goce es un hábitat precario.
Estuve toda la noche perdiendo el pelo, intentando desafiar la costumbre, jugando con el lenguaje. Hablar no es otra cosa que imprimir palabras en diálogos, y estamos repletos de diálogos vacantes.
Tengo que olvidarte, o quizás mejor sea perderte.
Mala musa, malos mis versos también.
Qué me creo yo, que creí en ti.
El triunfo de borrarte para empezar sin equipajes.