El mundo de Roald Dahl

Un estudio de los elementos controvertidos del autor

Luisdadeleon
El Circulo
5 min readNov 13, 2020

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Roald Dahl es acusado de muchas cosas; misógino, antisemita, un hombre desagradable e intolerante. Sin embargo, todavía podemos contemplar algunas de sus obras que han perdurado en el tiempo y siguen cautivando a niños todas partes del mundo.

Roald Dahl (1916–1990), 11 de Diciembre en 1971.

Siendo indiscutibles clásicos de la literatura infantil títulos como “Charlie y la Fábrica de Chocolates”, “Matilda” y “James y el durazno gigante”.

Incluso, con todas las adaptaciones cinematográficas ya existentes de sus obras es inevitable sentir el ascenso de una nueva generación de remakes; como es el caso de la más reciente versión de “Las Brujas” de Robert Zemeckis.

¿Pero entonces si fue tan terrible como es que logró vender más de 200 millones de copias en todo el mundo? ¿Y encima, porque muchos de sus títulos siguen siendo considerados entre los más populares dirigidos a lectores en las edades de 7 y 9?

Criticas adultas

Dahl nunca ha estado lejos de la controversia, desde la publicación de “James y el durazno gigante”, su primer libro infantil, recibió críticas de padres y editores e incluso varios intentos de censura. La obra originalmente se publicó en Estados Unidos en 1961, pero no fue mostrada en Reino Unido hasta 1967.

Como autor recibió una inmensa cantidad de críticas de asociaciones parentales. Se ha calificado su prosa no solo de vulgar y violenta, sino también de promover la desobediencia en los menores.

“Matilda” de Roald Dahl — Quentin Blake

Si bien es fácil descartar dichas críticas y atribuirlas a solo una exageración por parte de padres histéricos, ciertamente un lector detallista no podrá evitar sentir cierta incomodidad al encontrar elementos problemáticos en algunos pasajes de sus libros.

Hay claramente una representación absurda de los Oompa-Loompas como una sociedad tribal aparentemente feliz de vivir bajo un sistema esclavista o la insistencia de usar mujeres gordas, deformes, crueles y estúpidas los antagonistas regulares en varios de sus argumentos.

El libro “Las Brujas” fue completamente baneado de librerías inglesas por su representación negativa de las mujeres, siendo tildado de sexista.

Estilo en su obra

En el mundo de Dahl, no hay matices discernibles. Sus personajes poseen personalidades caricaturizadas y su humor retorcido inclinado a la flatulencia o el castigo físico, no son más que recursos narrativos para brindar al lector más joven un tipo de catarsis al final de la historia.

“James y el Durazno Gigante” de Roald Dahl— Quentin Blake.

Protagonistas como James o Matilda, son niños sensibles e inteligentes que a menudo son marcados por algún tipo de tragedia (ya sea por la muerte de sus padres o la falta de afecto de estos) y viven constantes castigos e injusticias por parte de adultos ineptos, abusadores o de plano malvados sin ningún ápice de redención alguno (Tronchatoro o las tías).

Es mucho más satisfactorio para un lector observar al protagonista obtener un final feliz en donde puede acabar con sus villanos pagándoles con la misma moneda.

Otro ejemplo, es la muerte de las brujas, convertidas en ratas por parte del personal del hotel. Algo que no puede ser en nada reprochable o triste, si de todas formas ellas planeaban realizar lo mismo con todos los niños de Inglaterra.

¿Manipulativo? Por supuesto, ¿eficiente? Sin duda…

La vida del “podrido” Dahl

Es casi inevitable intentar dar una valoración a un autor sin explorar aspectos de su vida íntima, un vistazo rápido a algunas de las anécdotas de Roald Dahl nos daremos cuenta de que también hay bastante tragedia.

Fue enviado a un internado donde recibió constantes castigos y abusos físicos, luchó como piloto en la Segunda Guerra Mundial, su hija mayor murió a la edad de siete años, su único hijo varón fue atropellado por un taxi y terminaría sufriendo de daños cerebrales.

Su primer matrimonio con la actriz Patricia Neal terminaría bajo muy malos términos después que este le fuera infiel con una de sus amigas. Además, no es muy difícil encontrar algunas entrevistas donde deja en evidencia comentarios de espíritu evidentemente antisemita.

Por supuesto, podemos intentar separar el autor de la obra si creemos que sus actitudes más reprochables como individuo no se manifiestan en el trabajo.

¿Pero hasta qué punto es esto verdad?

“Las Brujas” de Roald Dahl — Quentin Blake

La mirada infantil

Sin duda, hay algo inherentemente macabro en muchas historias infantiles. No hace falta más que ver muchos de los relatos de tradición oral transcritos por los hermanos Grimm o Charles Perrault.

Dahl supo cómo hablar directamente a su audiencia, usaba un lenguaje colorido con palabras inventadas como “Hopscotchy” y “Whizzpopping”, argumentos absurdos, chistes repugnantes y un tipo de crueldad que solo puede ser asociada con la propia inmadurez.

Es interesante la cita de Maria Nikolajeva, profesora de literatura infantil que defiende el legado del autor británico diciendo:

“¿Habría sobrevivido Dahl siendo un dulce, benévolo contador de cuentos? ¿A quién le interesan historias dulces, benévolas?”.

Si de algo podemos atribuir a la literatura de Dahl, es su énfasis en demostrar que la niñez es una etapa compleja, que no siempre está llena de inocencia o de buen comportamiento como se nos quiere hacer creer.

Roald Dahl en una firma de libros en 1988

También hay mezquindad, rabia y mucha crueldad por delante, que en ocasiones puede parecer una segunda naturaleza para un infante. Quizás no podemos atribuir demasiadas moralejas o aprendizajes positivos en el trabajo literario del Roald Dahl, pero ciertamente no parece que fuera esa su intención original.

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Luisdadeleon
El Circulo

English: I write about movies, comic books, literature, and screenwriting. Español: Escribo sobre cine, comics, libros o guiones. https://bit.ly/3loeZ4S