El precipicio de la esperanza perdida.

Cristhian Beltran
El Circulo
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2 min readDec 10, 2023

Dios sabe mi nostalgia, el tiempo a veces eterno, a veces efímero, sabe que añoro el pasado casi que con suplica, fue allá en aquel tiempo lejano en el que sentí el éxtasis, la fuente, el elemento central. Extraño sus risas y sus ojos, extraño su piel, su abdomen y sus senos. Extraño, necesito amar en cuerpo y presencia.

Hoy me embarga el vacío, un vacío cruel, estático, me carcome, se burla sin clamor de mis fútiles intentos de reemplazarla, de reemplazar no, más bien de mi intento de volver a sentir algo, de enlazar mi ser en otro ser o de hallar en otra persona el mínimo vestigio de aquel amor que feneció y escapo en el devenir aciago del tiempo.

No te puedo odiar, odio no poder odiar todo de ti, quiero que no me importes, que seas una más, preferiría nunca haber sentido ni haber subido al éxtasis que tu amor me produjo para nunca tener que descender en esta larga caída al infierno que no tiene fin, un precipicio sin salida y sin conclusión.

No quiero, no puedo darle final a tu amor inconcluso y acá sigo sin la gallardía ni la voluntad de amarte en presencia sino solo de extrañarte en ausencia, en dolor, en melancolía, la llamarada de lo que se conoce como el infierno debe tener un aire enfermizo de dolor eteno, de desazón de una esperanza perdida, una esperanza paradójica, contradictoria, por añorar lo perdido, por extrañar lo irrecuperable, por amar lo que no se puede amar.

“Nunca te arrepientas de tu caída, oh Ícaro del vuelo audaz, porque la tragedia más grande de todas es nunca sentir la luz ardiente”. Oscar Wilde.

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Cristhian Beltran
El Circulo

En busca del alivio a través de los intrincados caminos de la escritura cebeltranb21@gmail.com / ig @beltranb21