El primer libro de miedo que vi fue el último libro de miedo que leí
Cuando era pequeño, el colegio nos facilitaba libros para fomentar la lectura entre los niños y niñas de todos los cursos. Recuerdo que uno de los libros que había en las estanterías de nuestra pequeña biblioteca en nuestra aula, era el que presento en una de las imágenes que adjunto en la publicación. Su portada me daba tanto miedo, que jamás me atreví a llevármelo a casa, sostenerlo y quedarme observando la imagen de esa siniestra niña mirando por la ventana me daba respeto, a pesar de la enorme curiosidad que sentía por leerlo.
Los años pasaron, (treinta y tantos, aproximadamente) pero la imagen de ese libro permaneció grabada como una fotografía en mi cabeza. Hasta que un buen día se me ocurrió intentar localizarlo buscando por Internet. Y tras muchas búsquedas para recordar cómo se titulaba, editorial, año de edición, etc… logré localizarlo. Estaba a la venta, en una librería de segunda mano en Madrid llamada “Desván del Libro”. Era exactamente el mismo libro que buscaba: Misma edición en español de España, año de impresión, portada, etc. Además, estaba en buen estado, según la descripción de la tienda. Así que no dudé en comprarlo. Me costó 7,50€ un precio irrisorio para el valor emocional que significaba después de tantos años. Recuperar un libro concreto, de hace 30 años aproximadamente, que te quedaste con ganas de leer, no es precisamente sencillo.
Recibí el libro. Su estado era bastante bueno, la portada bien cuidada, el libro no había sido abierto de manera forzada, dando la sensación de no haberse leído nunca. Eso sí, sus páginas estaban bastante amarillentas, esencia del tiempo. Lo cual me encanta.
Me leí el libro en dos noches, metido en la cama antes de dormir. Tengo que decir que las historias no dan miedo para un adulto, vamos a dejarlo en cuentos cortos infantiles entretenidos con un ápice de terror. Aunque para un niñ@ pequeño, sí que pueden llegar a dar un poco de mal rollo, pero no hasta el punto de tener pesadillas o no poder dormir.
Comprar este libro, ha sido como recuperar una pequeña experiencia de mi pasado infantil. Ahora ya no lo recuerdo como un libro que vi por última vez en la librería de mi aula. Ahora está en la librería de mi casa.
