El rock como vida, muerte, resurrección y… muerte.

Gastón Zumbo
El Circulo
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10 min readJan 16, 2020

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Vuelvo a mi setup conocido luego de una larga semana de amargura y procrastinación, (eso suena a nombre de banda, debería patentarlo), sentado incomodo, con la espalda torcida de forma anormal, y el teclado en frente, a compartir un partir de pensamientos, quizá algo oscuros, pero no tanto. Pero suficiente de mi monologo personal, no quiero aburrir a mis lectores, all three of you.

Últimamente estuve pensando en muchas cosas. La vida, la muerte, que pasa después de la misma y el porqué de la existencia (spoiler; ¡nada tiene sentido!). Todo muy típico, y no, juro que esto no es una introspección sobre la condición del ser humano. Bien, algo a lo que siempre termino volviendo cuando tengo estos pensamientos es que el «porqué» está eternamente ligado a la idea del legado. Lo que queda detrás cuando ya no estamos físicamente presentes en la Tierra. Y bueno, para no volverlo tan pseudo-intelectual, me voy a centrar en algo que sin duda alguna murió y dejó un legado importante en el inconsciente colectivo, si se quiere.

El rock es un género musical (o un «estilo de vida», dice Mario, de cuarenta y tantos años, con más parches en su chaqueta de jean de los que se pueden contar), que uno se imagina bastante fácil. Guitarras con distorsión, un baterista haciéndose el loco, pelo largo, pantalones ajustados, drogas, groupies, todo el combo. Uno dice rock y piensa en Led Zeppelin, Black Sabbath, AC/DC y cuantos otros nombres propios se puedan imaginar. Bien, este es un argumento conocido, pero lo propongo: el rock es una actitud, similar al punk pero con un enfoque más individual, pensando en la libertad personal (strong Freebird vibes). Rock es ir contra la norma, decir «a la mierda el sistema» (a diferencia de decir «a la mierda el sistema; vamos a tirarlo abajo», eso déjaselo al punky), levantar el puño y no dejar de agitarselo a alguien hasta que te fuercen a hacerlo.

Sin duda alguna, la música y el “estilo de vida” rockero dominó la cultura pop prácticamente desde su concepción hasta principios de los 90, época a partir de la cual bandas como Nirvana o Pearl Jam desarmaban lo que significaba ser un rockero hasta sus raíces (aunque los fanáticos de estos referentes del grunge ignoraran el mensaje anti-rock, en su mayoría). En esta década y luego del cambio de milenio, el rock pasó a ser secundario frente al pop de Jackson, Spears y Madonna, y luego terciario frente al auge del hip hop, comenzando en los 80 y realmente explotando en la década siguiente con N.W.A, 2pac y Biggie. Los 2000 fueron una época en la que se empezó a decir con seguridad que el rock había “muerto”, sí, había bandas de rock para disfrutar, y muchos de los clásicos seguían haciendo música, pero había quedado suplantado en la juventud, despojado de su puesto como la música rebelde y ansiosa de las masas a un nicho para padres enojados con el mundo.

En cuestión de dos décadas la música rock se volvió algo raro y poco popular, si bien casi universalmente los hits de bandas como Queen y Guns n’ Roses seguían siendo un fixture en cualquier radio (o ya entrando en los 2000, en los reproductores de mp3), es verdad que el rock como género, y como actitud frente a la vida, habían sido abandonados por la gran mayoría de los fans de la música… Porque dejaron de haber fans de la música. La rápida e intensa comercialización de la industria musical a partir de los 90 dejó fuera de lugar a muchos de los artistas que manejaban sonidos que fueran considerados “agresivos”, mucha gente no tenía interés en escuchar un álbum de su artista favorito por alguna especie de enriquecimiento cultural; sino porque la cultura del hit single, del videoclip, de MTV, y demás etcéteras, convirtió al oyente en un consumidor. Sí, esto se está volviendo anti-capitalista más rápido de lo que podés decir Trotsky, y si hay un consumidor, hay un producto. Las bandas de rock no eran fáciles de marketinear, apelar a las masas iba en contra de la actitud que muchos de estos old school rockers tenían, después de todo.

En ésta época de laissez-faire en la industria de la música, muchos de estos artistas de rock clásico lucharon para mantener cualquier semblante de relevancia que pudieran conseguir. Desde Aerosmith colaborando con el grupo de hip-hop Run DMC, a Metallica transformando su sonido en la versión más fácilmente digerible que jamás tuvieron (y haciendo un aparte para mencionar el fiasco de Napster, Lars Ulrich realmente fue el primer gran boomer de la historia, con su total falta de comprensión por el funcionamiento del internet en su infancia). El rock muere cuando sus principales referentes lo abandonan, y así, saltando años como en una rayuela, llegamos a la actualidad… o al menos en años de rock, lo que se considera la actualidad.

Si algún día hablo de “album covers” icónicas, The Next Day tiene que estar sí o sí.

David Bowie no necesita introducción, él fue una de las figuras más importantes de, no solo la historia del rock, sino de la cultura y punto, de los años setenta en adelante. ¿Por qué?, si mucha de la música de Bowie estaba hecha para mover las caderas, es decir, Dance no tiene ese nombre por casualidad. Es que Bowie jamás dejó de representar la actitud rockera, no importa si es poniendo el nombre de su álbum sobre la tapa de uno de sus hits más grandes (interpolar The Next Day encima de Heroes es realmente inteligente, pensando en la línea We can be heroes/Just for one day del sencillo de 1977. Bowie está preguntándonos que pasa después de ser héroes. Brillante).

En su último LP, lanzado al público días antes de su fallecimiento, Bowie habla largo y tendido sobre su situación física y emocional, afrontando la muerte que de tan cerca lo acechaba. Pero hace interesantes comentarios en la canción Blackstar, que le da nombre a su álbum de 2016.

En mi interpretación personal, esta estrofa refiere a Bowie aceptando no su muerte necesariamente, pero su desaparición como icono, notando que ya no es la super estrella que fue en el pasado y que alguien más va a ocupar su lugar. (Nota: una estrella negra o blackstar puede ser interpretado de muchísimas maneras. Personalmente, y especialmente teniendo en cuenta el «I’m a star’s star», pienso que estrella negra refiere a esto, citando libremente el artículo de Wikipedia, muy profesional lo sé, una estrella negra es un concepto de astronomía que consiste en la transición de una estrella a la singularidad, esto siendo el proceso por el cual se crean los agujeros negros. En esta estrella, que ya está muerta, no existe ni el espacio ni el tiempo, y asimismo esta creando algo nuevo. Wow. Eso, o black star es literal y Bowie está diciendo que el próximo en ocupar su lugar será un artista de color. La otra interpretación es más poética, ¿no?).

Como bien se puede observar, Bowie tenía mucho para decir en este álbum, y con esas cinco líneas a las que me referí me quiero hacer una pregunta, y obviamente la extiendo al lector. ¿David Bowie murió… pero se cumplió su profecía? ¿Alguien pudo ocupar su lugar como icono del rock?

En mi opinión, sí. Pero no, ni cerca. En los años posteriores a la muerte de Bowie y el lanzamiento de Blackstar, un puñado de otros artistas se asomaron a intentar impactar a la juventud de la misma manera que el inglés lo hizo en su momento. El rapero de Florida, xxxtentacion, al cual no voy a juzgar por su carácter humano sino por su impacto cultural, hizo olas entre la juventud Gen X y en los millennials con sus letras agresivas, violentas, y conscientes de sus problemas de salud mental. Los adolescentes se vieron atraídos por su comportamiento sin filtro, su historia de vida, y sus intentos de, teniendo todas las cartas en contra, intentar salir adelante. Jahseh Onfroy murió en un aparente robo en junio de 2018. Jah esperaba un hijo (que va a cumplir un año este mes). La música de Tentacion regularmente tocaba temas tabú para muchos de los padres que se criaron con el ya mencionado rock, auto-odio, soledad, depresión, todos temas con los cuales el rapero tenía problemas e intentaba sacar a la luz.

Billie Eilish, la super-mega estrella pop que explotó en la industria luego de una serie de singles que detonaron todas las redes sociales en la faz de la tierra, con su quirky actitud, vestimenta ridícula que invita a no observar la figura de la muchacha, sino a concentrarse en lo que tiene para decir (o bueno, en lo ridículo de su atuendo), es, sin duda alguna, y le pese a quien le pese, la voz de la generación actual. Su estética, sumada a los temas que aborda en sus letras, le hablan a muchos jóvenes que la encuentran genuina. Tan genuina como una millonaria nacida en cuna de diamante pueda ser…

Gustav Åhr, o mejor conocido como Lil Peep, es otro rapero de la camada de Tentacion (es decir, nacidos en la plataforma soundcloud, con estética lo-fi, producción minimalista y énfasis en la mezcla de géneros como el punk y heavy metal con lírica de rap). Pionero del emo revival de la década pasada, Peep trajo consigo una verdadera resurgencia de la actitud rock que uno esperaría de artistas como Bowie. Su influencia en otros artistas y oyentes alrededor del mundo es incalculable, en parte porque sus pensamientos sobre el suicidio, el dolor que el amor trae, y el abuso de sustancias, resonaron fuertemente con una generación que está cada vez más desnuda a situaciones de este tipo, y, crucialmente en muchos casos, carecen de las redes necesarias para mantenerse de pie. Y esto lo digo siendo que detesto la música de Lil Peep, no está hecha para mi, pero negar su importancia sería tonto como mínimo e irrespetuoso como máximo.

Åhr tendría que haber sido el próximo icono del rock del que Bowie hablaba en Blackstar… pero Lil Peep, como tantos otros artistas jóvenes de esta década pasada (Mac Miller, Juice WRLD), falleció a causa de su lucha con las drogas. Todo desde cocaína hasta xanax y benzodiazepinas (pastillas para la ansiedad). Y sin irme tanto por las ramas, investigando entrevistas anteriores a su muerte… es lúgubre ver como él mismo reconoce que su vida estaba yéndose a la mierda. Es cien por ciento consciente de que su problema iba a terminar por matarlo y estaba simplemente resignado. No quiero dibujar líneas paralelas entre Blackstar y esto, simplemente quiero decir que Peep no merecía morir sin poder volver su visión artística una realidad.

Sinceramente no sé cual es mi punto final, mi tesis para este artículo. XXXTentacion fue un joven que tomó muchas decisiones -muy- estúpidas a lo largo de su vida y justo cuando estaba intentando hacer las paces con las personas que lastimó, perdió su vida. Billie Eilish comenzó como un icono post-Green Day del pop-punk y ahora es una impresora de billetes que está en -todo- (va a hacer la canción de la nueva película James Bond. Qué carajo tendrá que ver con James Bond, nadie lo sabe), y en muchos aspectos, al menos para mi, perdió su atractivo como artista de contracultura. Y finalmente está Lil Peep, que en la mayoría de los aspectos, es la viva imagen de una estrella de rock antigua, tenía todo lo que un Bowie podía pedir, lo único que faltaba era alguien que pudiera extenderle la mano para ayudarlo a salir de la fosa séptica en la que se había metido.

Mi conclusión, supongo, es que el legado del rock es esto, artistas jóvenes que se venden a lo que más fama les asegure, o se mantienen firmes en su posición inicial, por más que les cueste ser tachados de violentos o drogadictos por aquellos que no se animan a escuchar su voz. El espíritu que Bowie profesa en el title track de su último LP, jamás va a pasar si el talento del presente sigue sucumbiendo a sus deseos nihilistas, y, más allá de que critique a Eilish por ser un producto más en un largo catalogo, o a Peep por hacer música que no me parece para nada agradable, es imposible negar que estos dos individuos nacieron en situaciones de privilegio, y aún así se expresan desde un lugar de depresión, ansiedad, y estrés. Por esto hay que prestar mucha más atención que nunca a cualquier señal de angustia emocional, y escuchar a la gente, especialmente a la gente joven, todas las señales pueden ser algo real y no hay que dejarlas pasar. Bowie fue una estrella llena de demonios internos, adicciones y ansiedades, y aún así, tanto él como su movimiento, que en sí está plagado de casos de deficiencias en la salud mental, dejó un legado de comprensión, esperando a la próxima estrella negra que nazca del oscuro vacío. Esperemos, entonces, que alguien se moleste en escuchar a quienes sigan en los pasos de Peep, X o demás artistas que se fueron demasiado jóvenes, porque después de todo:

¿Qué luz puede producir una estrella si no hay ningún ojo para observarla?

Creo que es más relevante que nunca dejar este link: seas de donde seas, acá vas a encontrar un número de teléfono en donde vas a encontrar alguien que te escuche. Un hombro para llorar o un oído en el que gritar. Y está bien, a veces se necesita descargarse con un desconocido, las caras conocidas siempre están cargadas de emociones y prejuicios que no siempre son bienvenidos.

Esto se me alargo más de lo que quería, sé que lo que más rinde son escritos cortos, pero no quería cortarlo en dos partes, me parecía poco genuino y de todas formas mi alcance es corto.

— Mi Twitter, si querés incendiarme por criticar a tal o a cual

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Gastón Zumbo
El Circulo

Mi motivación para escribir es airear pensamientos relativos a las cosas que me mueven emocionalmente (o me den gracia). Esto suele tener que ver con la música.