Hábitos Atómicos: la flexibilidad de la identidad.

En los albores del final del 2022 tuve la oportunidad de leer un libro que por mucho tiempo me recomendaron y que causaba alta estima en las paginas motivacionales y las redes sociales: hábitos atómicos se erigía a mis ojos como la luz, la biblia que toda persona mínimamente autónoma y desarrollada debía leer.

El libro ciertamente tiene una estructura sencilla de leer y su planteamiento general es sencillo: tener hábitos buenos te cambia para bien y tener hábitos malos te cambia la vida para mal; si, se que suena obvio incluso ofensivo, pero es un axioma del cual el autor parte para desarrollar su planteamiento.

Cuando tienes hábitos positivos tienes cambios de conducta que conllevan finalmente a un cambio de identidad y este es el estadio deseado por el autor, no identificarse como perezoso sino como un atleta, como ocioso sino como lector, llegar a la profundidad del ser para alterar su subconsciente en el propio autorreconocimiento a partir de la implementación de hábitos diarios y transformadores.

Pero ¿cómo lograr ese fin último? ¿cómo implementar hábitos que trastoquen la identidad misma? Pues bien, he aquí el desarrollo propio del texto y la metodología que lo ha hecho famoso. Para implementar un nuevo habito tienes que hacerlo:

• Visible
• Atractivo
• Fácil
• Satisfactorio

Por el contrario, para eliminar los hábitos negativos deberás hacerlos:

• Invisibles
• Poco atractivos
• Difíciles
• Insatisfactorios

Lo anterior por cuanto todo habito se alimenta de un ciclo compuesto por cuatro fases: (i) señal (ii) deseo (iii) respuesta (iv) recompensa.

La verdad es que es un método aplicable, practico y una gran guía para implementar un habito a costa de la repetición consciente y dirigida hacia un cambio de identidad.

Mas allá del libro mismo que recomiendo a cualquiera que lea esto, me resulta curiosa la noción de la flexibilidad de la identidad, ¿existe entonces un concepto irresoluto de la identidad que defina de forma permanente a una persona? Tal parece que no, que la mutación, el mimetismo, lo dinámico, abarca no solo el espectro físico y espaciotemporal del movimiento, sino que también, la esencia misma del ser humano.

La identidad es la que, al fin y al cabo, yo quiera construir en torno a mi ser, es algo que yo defino y no un lazo en la que esta me define a mí. Sobre ello se derriban líneas que algún día fueron intrazables y puentes que alguna vez fueron incruzables. Quizás trazar esa línea y cruzar ese puente sea el primer paso de caminar hacia nuestra libertad.

“no puedes aferrarte a una versión única de identidad. El progreso requiere desaprender lo aprendido. Para lograr ser la mejor versión de ti mismo, es necesario que edites constantemente tus creencias y que actualices y expandas tu identidad.”