LA FALDA
Nuestro subconsciente a veces nos salva del ridículo; una mujer que cruza por delante del coche de un compañero de trabajo, y antes se alisa la falda un momento. A la vez arranca el automóvil y este se pone en movimiento. Ella mira al rostro del conductor, no mira el coche que es el que puede causar un accidente, tampoco mira la distancia que se acorta, mira al hombre, a quien en definitiva ha visto un par de veces y sabe que acabará deteniendo el vehículo. Porque su subconsciente (tiene que pensar) no terminará chocando con una falda que lo había distraído.