La soledad de los trenes
En el 2021, cuando el mundo se encerraba y pasaba productos de limpieza la compra diaria, yo sentí la necesidad de conectar con mi base. Una especie de regreso al origen.
Al llegar el fin de semana, cerraba la computadora, agarraba mi cámara de fotos, y aprovechaba la libertad.
Siempre me gustó sacarle fotos a las personas. Pero el contacto social no era lo recomendado. Así que cambié la mirada a algo más global: un proyecto personal que me obligara a salir de casa y que resultara interesante retratar.
Las modelos de este proyecto, entonces, fueron las estacione de tren.
Los trenes en Uruguay
Un poco de controversia política.
Nacionalización de las Central and Midland Uruguayan Railways y un presidente que luego decide que hacer rutas que corran –casi– en paralelo a las vías del tren sería una buena forma de quitar esos caballos de hierro del camino.
El presidente tuvo razón.
Hoy, en el siglo XXI, hay uno o dos trenes en funcionamiento. Los edificios, magníficas construcciones, hermosas, típicas de la época, hoy descansan en soledad.
Algunas de las estaciones han sido re-significadas: centros sociales, cafeterías, incluso museos. En muchas ciudades, la estación del tren sigue siendo el lugar donde las personas se encuentran a tomar mate, a conversar.
Esas son las estaciones con buena fortuna.
Las otras aún esperan un mejor porvenir.
El proyecto fotográfico
Manejaba por la ruta 5 y pensé “ya llegará el propósito”, de momento la idea era salir de casa, sacar fotos, meter ruta. Todas las cosas que me gustaban. Las estaciones de tren eran la excusa.
No sabía qué esperar. ¿Un momento revelador? ¿Conocer a una persona que protegiera la historia? ¿Una forma de conectar el pasado con el futuro, como las vias de tren conectan un pueblo con el siguiente y todas culminan en Montevideo?
Fuera lo que fuera, mientras avanzaba de estación en estación, algunas me presentaron el descuido del paso del tiempo: con sus tejados podridos, humanos conviviendo con animales bajo un techo que está tan roto como el sistema ferroviario.
Otras se presentaron como esperanza. Ciudades enteras que encontraron un nuevo propósito al edificio, que prefirieron conservar y reconvertir ese trozo de historia.
Y todas las que he recorrido me han mostrado que la conección, una vez que se pierde, se llena de ruido, de perros callejeros, de casas de bajo recursos que apropian terrenos que el estado dejó a su azar.
La soledad de la fotografía, también
Para mí, sacar fotos es algo que se hace sola. Claro, se necesita un equipo cuando trabajamos. Necesito modelos, si me gusta retratar personas. Pero la conexión que siento con la cámara, con lo que quiero retratar para la posteridad, eso es algo que hago sola.
Agarrar la cámara y salir a la ruta, con la radio a todo volúmen, cantando las canciones que ofrecían las emisoras, mientras seguía las rutas marcadas por GoogleMaps, ha sido catártico.
De momento he cubierto estaciones de tren en Canelones, Colonia, Soriano, Flores, Florida y Lavalleja.
El mundo ha vuelto a girar; una vez más fotografío personas y el contacto humano vuelve a ser recomendado. Ahora me toca meter ruta a lugares más lejanos, por lo que tendré que buscar emisoras en diferentes departamentos para poder cantar esas canciones, también.
Canelones:
(Editar no es de mis actividades favoritas y, ya que es un proyecto personal, aquí ven las fotos directo de la cámara).
